“En las fincas de banano se le guardan más consideraciones a una mata de banano que a un peón”. Esta contundente afirmación la escribió hace casi un siglo la costarricense Carmen Lyra (1887-1949), una autora que vivió muy preocupada por las desigualdades sociales y por la marginación y humillación de las mujeres. “Su voz nos habla al oído sobre lo que sabemos que sigue pasando hoy”, afirma la escritora Bibiana Collado, autora del prólogo a Bananos y hombres.
“Su escritura genera un desasosiego profundo. Quién hubiera dicho que el exceso de luz pudiera ser tan inquietante. El sol nos resquebraja en la lectura y nos estrangula la certeza de que todo continúa igual a medida que avanzan las páginas”, afirma Collado. La editorial Espinas publica por primera vez en España el libro de relatos Bananos y hombres, que vio la luz originariamente en Costa Rica en 1931.
A pesar de su imagen como destino turístico, país neutral, estable y sin ejército en una Centroamérica azotada por frecuentes conflictos, Alicia de la Fuente, editora de Espinas, argumenta que en Costa Rica perviven grandes desigualdades de clase y género. “Su proyección exterior”, dice, “no se corresponde con la verdadera realidad socioeconómica y con prácticas en la industria bananera que han mejorado poco en las últimas décadas. Por ello, creo que la literatura de Carmen Lyra, una activista social y feminista, mantiene actualidad”.
Como ocurre con tantas otras autoras extranjeras y, en especial, latinoamericanas de primera fila, la brillante trayectoria de Carmen Lyra, seudónimo de María Isabel Carvajal, era una absoluta desconocida en nuestro país. Maestra, pedagoga, escritora de literatura infantil y más tarde para adultos, sindicalista y dirigente del Partido Comunista, nació en 1887 fruto de una relación fuera del matrimonio. A pesar de ello, su ascendencia burguesa le permitió estudiar en Francia, Italia e Inglaterra durante su juventud y se convirtió en una impulsora de la renovación educativa de la italiana María Montessori a su regreso a Costa Rica. “¡Qué poca luz se ha arrojado sobre esta escritora a la que apenas conocemos a pesar de su importante papel como pedagoga, activista, política y, por supuesto, narradora!”, subraya la novelista y poeta castellonense Bibiana Collado, autora de Yeguas exhaustas.
En sus relatos de Bananos y hombres, Lyra refleja sin miramientos la miseria en la que se desarrolla la vida de los jornaleros y de sus mujeres e hijos, que sufren una doble explotación. Bajo la sombra omnipresente de la United Fruit Company, la multinacional agrícola de Estados Unidos que manejó los hilos de la política y de la economía en Centroamérica durante un siglo, los obreros luchan por una vida digna. La autora contrapone con ironía los anuncios para que los ricos niños yanquis consuman plátanos como alimento sano con las condiciones en los campos bananeros: “La mujer y los chiquillos, seres anémicos, raquíticos, hinchados; estos niños que no han probado más leche que la materna”.
No ahorra Carmen Lyra críticas a sus compatriotas en unos símiles que sin duda pueden recordar la situación actual en muchos países de América, donde miles de hombres, mujeres y niños intentan escapar de la pobreza y la represión en unos viajes infernales hacia Estados Unidos. “A menudo”, anotó, “estas compañías yanquis se valen, para accionar en los países latinoamericanos, de individuos latinoamericanos inteligentes que conocen bien las debilidades de nuestros pueblos para cogerlos a través de ellas. Es claro que tales individuos tienen que ser personas sin escrúpulos, con la conciencia en venta”.
De la literatura a la política
El compromiso de Carmen Lyra con la educación y con la literatura la hizo desembocar en la política y con más de 40 años se afilió al Partido Comunista de Costa Rica. Paso a paso, la faceta militante de esta mujer fue arrinconando a su vertiente como intelectual. Por otra parte, muy poco se sabe de su vida privada, más allá de su formación católica de origen y de su posterior conversión al marxismo. Lyra llegó a ocupar un puesto dirigente en el PC costarricense en una época en la que muy pocas mujeres figuraban en la cúpula de los partidos políticos.
Lyra también se implicó en las luchas feministas por la igualdad de salario y en defensa del sufragio universal. En 1948, unas turbulentas elecciones presidenciales desembocaron en una guerra civil, en la que los comunistas apoyaron al presidente Rafael Ángel Calderón que resultó derrotado por las fuerzas rebeldes al mando de José Figueres, fundador de la Costa Rica moderna, que abolió el ejército en este país centroamericano. Esta derrota obligó a Carmen Lyra a marchar el exilio en México donde falleció al año siguiente. No obstante, la escritora está considerada una gloria nacional en su Costa Rica natal, donde su memoria y su legado han recibido numerosos reconocimientos.
Fundada en 2021, la editorial Espinas ha apostado por descubrir y publicar autoras desconocidas tanto españolas como extranjeras. Su primer libro sirvió como toda una declaración de principios, ya que se trataba de Dostoievski, mi marido, obra de Ana Dostoievskaia, esposa, editora y biógrafa del célebre autor de El idiota. Entre las escritoras españolas, Espinas ha publicado a Matilde Cherner (1833-1880), una periodista salmantina, republicana federal y una de las primeras intelectuales que se posicionó en contra de la prostitución legalizada en su novela María Magdalena. “Por supuesto, quedan todavía muchas autoras por descubrir”, opina Alicia de la Fuente, “y, por ejemplo, en el siglo XIX parece que Emilia Pardo Bazán fuera la única mujer que publicaba cuando contamos con personalidades de la talla de una Gertrudis Gómez de Avellaneda. Todo ello sin remontarnos al Siglo de Oro o a otros periodos”.