Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

12 superinventoras españolas que no aparecen en los libros de texto

Portada de 'Supermujeres, superinventoras'

José Antonio Luna

Los creadores de la Historia, escrita con mayúscula y por hombres, no siempre son justos con todos sus protagonistas. Es el caso de la leonesa Ángela Ruiz Robles, que recientemente ha reconocido el Ayuntamiento de Madrid dándole su nombre a una calle. Un nombre que quizá no sea tan popular como el de Bill Gates o Steve Jobs, pero no por ello menos importante: fue la verdadera precursora del e-book en 1949.

Para vislumbrar su figura y la de otras 89 mujeres nace el libro Supermujeres, superinventoras, lanzado por Lunwerg Editores. Con este trabajo, la ilustradora y escritora Sandra Uve pretende rendir homenaje a una serie de inventoras que transformaron la humanidad pero que, aun así, pasaron desapercibidas

A pesar del esfuerzo que supone recuperar referentes silenciadas e infravaloradas, de las que poco o nada queda en las bibliotecas, su autora consiguió un catálogo de unas 3.000 mujeres. De todas ellas, seleccionó 90 para un libro en el que le interesaban “las más importantes, como Marie Curie o Rosalind Franklin”, pero también aquellas que destacan por “la forma en la que han luchado para obtener su invento”.

Uve pone como ejemplo la primera persona que abre la obra, Abigail M. Fleck, una niña de ocho años que creó un sistema para calentar tiras de bacon sin ensuciar nada, algo que era motivo de disputa diaria en su familia. “Su invento no dependía de un nexo económico, ni productivo, ni de cambiar el mundo, sino de que sus papás se llevaran bien en casa”, explica la escritora.

Valiéndose de dotes detectivescas y de sus acuarelas, Sandra Uve ha conseguido confeccionar un glosario con el que aspira a “cubrir muchos espacios en blanco en las escuelas” para alcanzar una educación más equitativa. Científicas, profesoras, creativas… Muchas tuvieron que lidiar con unos impedimentos legales y sociales que, incluso hoy, les impiden ser protagonistas. Precisamente por ello, conseguir información de cada una de ellas no ha sido sencillo.

Según Uve, gran parte del trabajo ha sido posible gracias a Internet, porque se ha convertido “en una gran biblioteca con muchos archivos históricos digitalizados”. Pero con esto no era suficiente. También ha tenido que buscar fechas en censos, fotografías, pinturas, periódicos o incluso preguntar a los propios familiares de la inventora. “Llevo desde el 2015 consultando, contrastando, eliminando…”, afirma la ilustradora.

Otras veces, el problema estaba relacionado con las patentes de mujeres registradas con seudónimos masculinos porque así lo impedían sus derechos civiles. Solo quedaban dos opciones: ocultarse bajo el apodo de un hombre o luchar contra una sociedad desigualitaria. Una lucha que, para Uve, continúa a día de hoy: “Las mujeres en la actualidad tenemos que seguir teniendo poderes para poder luchar, porque todavía quedan muchísimas cosas por las que hacerlo”.

Aunque más que poderes, este es un libro habla de superpoderes. ¿Cuándo han podido hacer los inventos?, se pregunta Uve. Todavía no ha sabido encontrar una respuesta, ya que “muchas de ellas no tenían tiempo”. Gran parte pertenecen a una época en la que, como matiza la ilustradora “las familias eran muy numerosas y se ocupaban de un hogar entero”. A pesar de todo, sacaban huecos para “desarrollar y llevar adelante una idea capaz de cambiar el mundo”.

Para reflejar cómo desconocemos brillantes creadoras, por muy nacionales que sean, hemos seleccionado los perfiles de todas las españolas presentes en Supermujeres, superinventoras. 12 figuras de las muchas que hay que recordar.

1. Ángela Ruiz Robles

Como recalca Uve, “es la mamá del e-book”. Fue la encargada de diseñar un prototipo de enciclopedia mecánica que pretendía renovar los métodos pedagógicos de la época. Mujer, trabajadora, viuda y madre de tres hijas en la Galicia de los años 50, Ángela Ruiz, según la ilustradora, era además profesora diurna y nocturna “para que las chicas que no podían estudiar tuvieran acceso a la información”.

2. Candelaria Pérez

En 1889 obtuvo una patente revolucionaria y avanzada a su tiempo: un mueble multiusos que se adecuaba a espacios pequeños. “Lo tenía todo: cama, lavabo, bidé, cocina, escritorio… Estaba todo ahí. Además, lo plegabas y te lo llevabas a otro piso”, menciona Uve, quien además cree que si ahora recuperaran la patente de Candelaria “sería muy útil para todos”.

3. Celia Sánchez – Ramos

Sánchez – Ramos consiguió que la realidad superase la ciencia ficción. Aquello que hoy aparece en películas como Misión Imposible fue previamente ideado por esta zaragozana nacida en 1959. Como detalla Uve, inventó un sistema para “autentificar la identidad a través del reconocimiento por córnea”, un método de seguridad biométrica que ya han adquirido oficinas, bancos, hoteles y toda clase de interesados.

4. Concepción Aleixandre Ballester

La valenciana Concepción Aleixandre nació en 1862, un contexto histórico incompatible con algunas de sus ideas. Como doctora en ginecología, ideó un dispositivo con dos pesarios mecánicos en forma de anillo que eran flexibles y se podían amoldar para adaptarse a la vagina. Su función era similar a la que hoy cumplen las bolas chinas: fortalecer el suelo pélvico. “Caminabas con ellos y ejercitabas la musculatura vaginal. Imagínate en su época… Seguro que recibió de todo menos elogios”, considera la autora de Supermujeres, superinventoras

5. Cristina Casadevall de la Cámara

Casadevall presentó en 2002 lo que Uve considera el invento “más ecológico y sostenible” en lo que llevamos de siglo. Se trata de un material reciclado con cáscaras de frutos secos mezclada con otros elementos, todos ellos naturales. La masa compacta resultante, además de ser muy versátil, también puede ser un sustituto de la madera.

6. Elia Garci – Lara Catalá

En 1890 diseñó un aparato para ahorrar tiempo en las tareas domésticas. Este era un dispositivo multifunción que lavaba la ropa, la aclaraba, la secaba, la planchaba y, por último, la doblaba. “Era la máquina perfecta que todos necesitamos, pero desgraciadamente nunca se comercializó”, apunta la escritora.

7. Fermina Orduña

Fermina fue una inventora del siglo XIX considerada la primera mujer en registrar una patente a su nombre. Concretamente, vaticinó el auge del eco food ahora presente en muchas ciudades vendiendo a domicilio leche recién ordeñada de distintos tipos (vaca, burra o cabra). El sistema funcionaba de forma automática: el animal subía a la máquina, era ordeñado, y la leche se servía en un tarro donde quedaba caliente.

8. Flora de Pablo Dávila

Flora es un doctora en medicina especializada en biología molecular todavía en activo que ha dedicado su investigación al estudio de la insulina y a su precursora, la proinsulina. “Ha desarrollado varias patentes para el cáncer, para el Alzheimer, tiene una composición farmaceútica que es neuroprotectora… Es como una superdoctora que salva vidas”, explica la diseñadora.

9. Margarita Salas

Uve indica que Margarita Salas ha dado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) una de las patentes más importantes de la historia: “Resumiéndolo, permite amplificar el ADN a partir de cantidades muy pequeñas”. A la escritora le parece destacable que haya sido una mujer quien haya registrado “la patente más rentable en España” donde todavía “estamos luchando por la igualdad de sueldos”:

A sus 79 años, continúa investigando en el campo de la bioquímica y la la biología molecular.

10. María del Carmen Ortiz de Arce

Aunque conocida como sor Perboire, fue maestra y fundadora de una escuela para niños invidentes. Basándose en su experiencia, antes de fallecer en 1932, inventó un sistema llamado Sor de lectroescritura. Según Uve, “era una regleta con un punzón que permitía que los invidentes escribieran en braille”, facilitando así el trazo de caracteres con relieve y detectables al tacto.

11. Pilar Mateo

En Supermujeres, superinventoras mencionan que si Pilar Mateo fuera un personaje animado sería Campanilla. Esta científica nacida en 1959 ha creado una pintura que incorpora inhibidores para controlar la presencia de artrópodos que contagian la enfermedad de Chagas. “Ahora le ha declarado la guerra a la Malaria. Aunque ella dice que le ha declarado la guerra a todos los bichos de más de dos patas, y a algunos de dos también [risas]”, bromea Sandra Uve.

12. Teresa Gonzalo

Teresa Gonzalo creó en 2012 un gel vaginal que inhibe en un 80% el contagio del VIH para que algunas mujeres puedan protegerse sin permiso de su pareja, algo prohibido en según qué lugares. De esta manera, como indica Uve, “la mujer se lo puede poner sin consentimiento de nadie más que ella misma, que es como siempre debería ser”.

Etiquetas
stats