El mar ha sido uno de los grandes protagonistas del cine, como ha puesto de manifiesto el capitán de fragata de la Armada Fernando de Cea Velasco, ensayista y novelista, en “Cine y navegación. Los 7 mares en 70 películas” (Berenice), un recorrido antológico por las películas de tema marítimo.
La mar es “un ámbito hostil por naturaleza donde el ser humano se vuelve torpe y vulnerable y ”una perfecta desconocida para el hombre que tan solo ha explorado una mínima parte de su inmensidad“, de ahí que, entre otras razones, las películas de tema marítimo constituyan un género dentro del arte cinematográfico, que De Cea Velasco subdivide en cinco apartados.
El más numeroso de ellos, el de Aventuras, donde incluye los epígrafes Piratas“, Motines y Clásicos de la literatura, seguido en número de títulos por el Cine bélico, aunque esta antología dedica también capítulos específicos a Comedias, Dramas y Crimen y suspense, con filmes que, según ha dicho De Cea a Efe, han sido seleccionadas por criterios de calidad pero también de popularidad.
Ese segundo criterio le ha hecho incluir “Piratas del Caribe” y “Titanic”, películas que comparten esta antología con clásicos como “El acorazado Potemkin”, “¡Hundid al Bismark!”, “El motín del Caine”, “Y la nave va” y “Tener y no tener”, y la que el antólogo considera su preferida, “No eran imprescindibles”, que ha calificado como una de las mejores cintas de John Ford.
Precisamente, en el grupo de películas de asunto bélico se encuentran, según De Cea, los filmes de mayor calidad, seguidas de las de cine negro y suspense, también de tema marítimo, entre las que han sido seleccionados títulos de Orson Welles y Howard Hawks.
El temporal es protagonista de las películas agrupadas en dos epígrafes del capítulo reservado a los Dramas, los denominados Catástrofes y A toda vela, como la película “Tormenta blanca”, de Rydley Scott, y la que con el mismo título de la expedición cuanta la gesta de “Kon-Tiki”, la gesta protagonizada por cinco noruegos y un sueco que surcaron 8.000 kilómetros en una balsa sin otra ayuda que el viento y las corrientes.
A cada uno de los 70 filmes seleccionados, De Cea, que también ejerce como crítico de cine, dedica una “reseña” valorativa, una completa sinopsis, comentarios sobre cómo está reflejado el mundo del mar, las técnicas marítimas y otras cuestiones relacionadas con la navegación y, en ocasiones, sobre la historia de la película, las vicisitudes de su rodaje, y detalles sobre actores y directores.
“Cine y navegación” incluye un apéndice con algo más de quinientas “sea pictures”, como se las denomina en Hollywood, pese a que se ha limitado a los navíos de superficie y ha excluido las películas sobre submarinos, que el autor considera “un mundo apasionante, muy dado a la expresión cinematográfica por su dramatismo como demuestran tantas películas de género bélico”.
Igualmente, ha excluido los filmes protagonizados por buceadores y los que cuentan con criaturas marinas como protagonistas y otros largometrajes en los que el mar tiene una presencia importante aunque su acción se desarrolle en tierra firme, o los que transcurren a orillas del mar o en islas, también muy numerosos y muchos de ellos de gran calidad cinematográfica.
De Cea, hijo y nieto de militares, aunque no marinos, fue el encargado del cine-club durante los años en que cursó sus estudios en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra) y ha asegurado que en su escala de devociones primero llegó el cine y después el mar, ya que sus padres le provocaron esa afición haciéndole frecuentar las salas de cine en su infancia.
Fernando De Cea ganó el Premio Nostromo con su novela “Visibilidad Cero” (Editorial Juventud).