Llegan un año más las Fallas a Valencia y, con ellas, el ruido atronador que caracteriza a estas fiestas con los diferentes espectáculos pirotécnicos que inundan la ciudad durante días, lo que provoca que muchas mascotas teman salir a la calle para no encontrarse con sus temidos petardos.
La mejor forma de evitar que los animales, especialmente los perros, no quieran salir a la calle durante estos días es, según asegura a Efe la veterinaria Celeste Roig, “socializarlos cuando son cachorros”.
“Es más sencillo acostumbrarlos cuando son pequeños” debido a que en ese momento aún no tienen miedo, pero si no es posible, lo mejor es, según la experta, “prevenir los momentos de más ruido” e ir “habituándolos poco a poco”.
La educadora canina propone que en los momentos de mayor intensidad se aisle a la mascota en la habitación más insonorizada de la casa, “cerrar las ventanas y trasladar todos sus juguetes y sus cosas a ese nuevo ámbito”.
En los casos más extremos, aquellos donde el miedo que sufre el animal pasa a ser una fobia, Celeste Roig aconseja sacar a la mascota de las zonas donde más ruido se genera e, incluso, de Valencia.
Además, añade que en estos casos el tratamiento es más largo, ya que se trata de un “proceso progresivo en el que interviene la intensidad del sonido y la distancia del animal a este”.
“Se trata de pánico irreversible”, advierte, a la vez que apunta que los perros “asocian y generalizan” los sonidos y por ejemplo, “se asustan cuando escuchan a la banda de música porque saben que luego hay petardos”.
Para estos casos, explica que existen medicamentos para “ayudar a calmar” a las mascotas, entre los que se encuentran los psicofármacos, que sirven para “atenuar” el estrés o el sufrimiento que los petardos les provocan, y aconseja no obligar a la mascota a bajar la calle si no quiere.
Pero además de a perros y gatos, las mascotas más habituales, el estruendo también afecta a los caballos de las unidades ecuestres de la policía que patrullan por la ciudad.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía explican a Efe que sus equinos son instruidos para “acostumbrarse al sonido de los petardos” durante las Fallas e incluso de tambores y otros sonidos de instrumentos que pueden ser intensos.
Por el contrario, el oficial de la Policía Local de la Unidad de GOES de Valencia, Ángel Zahonero, explica que los caballos con los que patrullan las calles durante los días falleros no están entrenados en este sentido.
“Intentamos sacar siempre a los más tranquilos y que los más jóvenes salgan los con más veteranos para que así aprendan y se calmen entre ellos”, explica Zahonero.
Tanto la veterinaria como el oficial coinciden en que es de gran ayuda cómo reacciona el propietario de la mascota o el jinete en el que se producen los sonidos.
“Los dueños tienen que controlar la situación, tienen que estar calmados y actuar con normalidad. Darle mucha importancia refuerza el miedo; creen que están ante una amenaza”, manifiesta Roig.
También las colonias de palomas y las cotorras que viven por la ciudad reaccionan ante el sonido de los petardos y “huyen ante la amenaza”, al igual que hacen los caballos, que según Zahonero, “huyen pero no atacan”.