El músico Mark Lanegan ha fallecido este martes a los 57 años, después de haber lidiado con las secuelas de la COVID-19. La familia ha indicado en el perfil de Twitter del artista que no proporcionarían más detalles sobre su muerte, salvo que ha ocurrido en su casa en Killarney (Irlanda). Se había mudado allí mo hacía mucho tiempo, aunque había nacido en Estados Unidos.
Lanegan marcó con la hondura de su voz el tono del grunge con su banda Screaming Trees, activos entre 1985 y el año 2000. Lanegan tuvo una posterior carrera en solitario con once discos, alrededor de un blues muy personal y el rock de raíces, y colaboró con diversos grupos, como Soulsavers o Queens of the Stone Age.
De la experiencia con la enfermedad, Lanegan escribió su libro de memorias Devil in a coma, en el que narró como entró y salió del coma durante meses a lo largo del año 2021, e incluso le originó una sordera.
Su voz profunda y dramática voz fue una de las características de Screaming Trees, banda de Ellensburg, (Washington), cerca de Seattle, el epicentro del grunge, y que se formó entre varios compañeros de instituto. Sacaron siete álbumes y estando el grupo activo, Lanegan comenzó su carrera en solitario, que llevó paralela a la banda y continuó cuando esta se disolvió en el año 2000.
Además de Devil in a coma, Lanegan escribió varios libros más. En su autobiografía Sing Backwards and Weep, contó cómo Courtney Love le salvó la vida al pagarle un proceso de rehabilitación de varias adicciones. Confesó también que tras la muerte de su gran amigo Kurt Cobain en 1994, necesitó alejarse de la escena grunge. “Llevó una vida salvaje con la que algunos de nosotros solo podíamos soñar”, ha dicho Peter Hook, bajista de Joy Division y New Order, en su tuit de homenaje y despedida.
“No puedo procesarlo”, ha dicho John Cale, exmiembro de The Velvet Underground. “Mark Lanegan siempre estará grabado en mi corazón”, ha añadido. Velvet Underground fue uno de los grupos que le inciaron en la música y le llevaron a formar su propia banda, tras descubrir a Sex Pistols, Damned, Ramones o Iggy Pop, según contó en sus memorias.
“No me gusta hablar de mi música. De hecho, creo que no me gusta hablar de música. Te diría incluso que no soy muy fan de hablar, en general. Me enamoré del rock en mi adolescencia porque solo me pedía escuchar”, confesó en una entrevista en El País en 2012, quien ya venía precedido por una notoria fama de parco en palabras y elusivo en sus respuestas.
Su último concierto en España fue en el festival BIME, de Bizkaia, en 2019.