¿Hay hueco en la industria musical española para (lo que quiere hacer) Famous?
Hace una semana se obró la sorpresa en el plató de Operación Triunfo. El cantante Famous Oberogo, sevillano de 19 años y de raíces nigerianas, fue la primera persona negra en ganar un concurso musical en España. La sorpresa no tuvo que ver con sus atributos vocales, a todas luces privilegiados, sino porque parecía que el programa se iba a decantar por un perfil más comercial como el de alguna de sus compañeras.
Sin embargo, el chico que eligió a George Michael para darse a conocer y regaló algunas de las mejores actuaciones de la edición de la mano de Bruno Mars, Jennifer Hudson y César Sampson, se ha alzado con el preciado oro. Un chaval que se comunica con sus padres en inglés y que se ha decantado durante todo el concurso por una mezcla de R&B, gospel y pop norteamericano, acaba de firmar con Universal por un futuro incierto.
La primera canción que el sello ha compuesto para Famous es la de Eurovisión, y es una mezcla de pop y lo que han calificado como “gospel” en español. No significa que eso sea lo que Universal tiene pensado para su recorrido profesional , y en tal caso él se ha mostrado conforme. Pero, ¿y después? ¿Cumplirá el sueño de seguir unos pasos parecidos a los del austriaco César Sampson?
Según el balance del año de Spotify, en España triunfa el reggaeton o, como mucho, el pop en español. Aunque a nivel mundial el R&B y el pop con tintes negros como el de Drake, Beyoncé o Ariana Grande encabezan las listas de lo más escuchado, en nuestro país están lejos de ser los géneros preferidos (por detrás del rock, el pop patrio y el flamenco).
Aún así, hay gente joven que está luchando por hacerse un hueco desde la península en un estilo minoritario, como Junior Esemuede (Madrid, 1992), más conocido por su alias musical John Grvy. Aunque no le gusta encasillarse en el R&B y el soul puros, la música del hispanonigeriano coquetea con estos géneros y los mezcla con el pop y la electrónica.
“A veces la gente confunde el R&B con pop, pero poco a poco va cambiando y las generaciones más jóvenes, como la de Famous, lo han mamado mucho más, sobre todo por Internet y por las redes sociales, las series, las nuevas influencias y la música urbana, donde hay una gran parte de R&B”, explica Grvy a este diario. Aún así, reconoce que “es un estilo que cuesta más trabajar porque no es autóctono de aquí y el R&B puro y duro no es mainstream”.
El error está, dice, en tomar a los grandes sellos como Universal como el oráculo del triunfo. “Hay artistas que no entran en los 40 Principales y que se escuchan mucho más fuera y a un nivel internacional. Basta con ver los números en Internet”, opina. Aún así, las multinacionales también han comenzado a ampliar el foco y a fichar a nuevos talentos que se mueven por un género menos comercial, como Samuel O'Kane.
Grvy también sabe que es una transición lenta que necesita años para consolidarse. “El mundo digital ahora funciona muy rápido y, si no consiguen esa agilidad mental que te da el estar viviendo esta generación, es muy difícil que estemos a la altura de otros países”, asegura. Él acaba de lanzar su mixtape Gris después de haber pasado por festivales a ambos lados de nuestras fronteras, pero no le cuesta reconocer que su música “se orienta hacia España porque vivo aquí y hablo español, aunque cante en inglés”.
Es una carrera de fondo que se alarga sin el apoyo de un gran sello, pero esto es algo que también sufren las discográficas que confían ciegamente en este género. La catalana Black Music Productions es la aguja en un pajar cubierto de mainstream y radiofórmula, pero su director es consciente de las desventajas de los idealistas.
“El soul y el R&B son básicos para entender la evolución de lo que ahora es el rap, el pop, o muchísimas de las músicas que escuchamos en radiofórmula. Pero no deja de ser un sector minoritario del que cuesta mucho sobrevivir sin ”prostituirse“ e ir a parar a cosas más comerciales”, afirma Oriol Carbonell, fundador del sello, a este periódico.
En el caso de Famous, confía en lo mismo que John Grvy: que las discográficas abran los oídos a lo que funciona en otras plataformas y otros países del mundo. Carbonell, sin embargo, tampoco esconde cierto escepticismo sobre la estrategia de programas como Operación Triunfo.
“Se crea un producto de forma artificial, porque durante equis meses le brindan muchísimos medios y lo exponen en prime time, pero luego es un producto efímero. Porque la evolución no ha sido sostenida por un trabajo constante, sino que sube como la espuma y, si no da los resultados esperados, los que te han dado todo ese sustento te lo quitan”, asegura.
Tiene una opinión parecida al respecto de que el joven pueda desarrollar su carrera en inglés o que le construyan un perfil R&B en español. “Tengo el prejuicio de que esta música debe ser en inglés, porque si no me suena raro. Ten en cuenta que es prácticamente la lengua materna en el 80% de países europeos, pero en España es la lengua extranjera y además se le hace el caso que se le hace. Por supuesto que no tiene calado hacer canciones en inglés”, sentencia Carbonell.
“Me fastidia porque verdaderamente se podían hacer mediáticos estilos de música que son muy potentes y muy importantes”, dice el representante de artistas cada vez más escuchados como The Sey Sisters y By the Gospel River.
Lo que sí piensa John Grvy es que a Famous le van a intentar convertir en un cliché, y en el peor de los casos en la versión española de algunos de los cantantes negros que triunfan internacionalmente. “Hay que darlo por sentado porque en eso consiste el mainstream. Te reduce a un personaje, a algo simple, para llegar al mayor número de gente posible. Pero puede aprender de otros compañeros como Amaia, que está intentando salirse de lo que ”tocaría hacer“ después de OT”, propone.
Este riesgo existe al carecer España de referentes racializados que elijan libremente su estilo de música. “A mí es algo que me marcó muchísimo. Al ser negro, todo el mundo asume que hago música negra. Y muchas veces es así, pero a veces es solo electrónica o indie. El hecho de tener este color de piel a mí me ha clasificado en el R&B o soul. Incluso me ha estigmatizado a la hora de crear”, reconoce John Grvy.
Por eso agradece que Famous haya sido alzado por el mainstream y quizá desde allí logre cambiar ciertas lacras de nuestra sociedad. “El tema racismo no creo que vaya a afectar en este caso. Ha ganado OT, es una muy buena forma de normalizarlo. Yo siempre he pensado que la mejor forma es llevar esto a la cultura, trasladarlo a la televisión, a la música y al cine”, dice. Y concluye con la clave de que existan todo tipo referentes: “Que la gente no vea a un negro y piense en un mantero. Ahora la gente ve a un negro y puede pensar en Famous”.