Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
ENTREVISTA | Rels B

“Invertir en videoclips es lo mejor que puede hacer un artista ahora mismo”

Rels B

David Sarabia

Dani, Rels Beats, Rels B. Todo empezó en 2012 en YouTube y cinco años después continúa ahí. Si a algo ha contribuido la plataforma es que artistas jóvenes puedan pasar de la nada al todo en cuestión de unos pocos meses. Un vídeo, dos vídeos, tres vídeos y a triunfar. Las reproducciones se cuentan por millones; los fans de Rels B, también. La nueva generación era esto: Millennials haciéndose de oro con montajes en vídeo a la altura de un clip de Jay Z.

Aunque reconoce que YouTube podría pagar mejor, Skinny Flakk (como también le gusta que le llamen) sube su trabajo a la plataforma de Google y también a Spotify. Nunca tuvo discográfica ni la tendrá, asegura que “no te dejan ser libre” así que por eso, la autoproducción. El mallorquín de 24 años es uno de los máximos exponentes de la nueva ola de rap que inunda nuestro país. Eppur si muove, diría Galileo Galilei al ver cómo el género que importamos a principios de los 90 de los EEUU hoy trasciende más allá del bombo y la caja.

¿Cómo de importante es la imagen hoy en día? ¿Qué pasó tras el boom del rap en los 2000? ¿Quién trajo el trap a nuestro país? ¿Son menos machistas las letras que se hacen hoy de las que se escribían hace unos años? ¿Ha mutado definitivamente el hip-hop hacia una simbiosis entre base electrónica y Auto-Tune? Aún no es consciente de que su mensaje llegue a miles de personas: dice que sus letras no son machistas al mismo tiempo que asegura no estar a favor “ni del machismo ni del feminismo”. También confirma que la política le “aburre” tanto como los políticos, que son “unos vende humos”.

Con dos discos en su haber (Boys don't cry e Inéditos) ahora le espera un verano cargado de festivales y conciertos. Tras haber llenado la sala Ochoymedio de Madrid el pasado viernes, compartimos una mañana en la redacción de eldiario.es con él y Buco Sounds, su amigo y productor.

¿Le molesta que le etiqueten como un “rapero”?

Rels B: Un poco sí, la verdad. No me gusta que me encasillen. Ni una cosa ni otra. Soy músico. Hago música urbana y ya está. No soy rapero solo. Hago canciones de rap, sí. Pero también hago canciones cantadas que no haría un rapero. No me gusta que me llamen así.

¿Y cómo diría que ha cambiado el rap desde ese boom de los 2000 hasta ahora?

R.B.: Ha cambiado desde el 2012 o el 2013 con una nueva generación. De 2011 a 2013 o así se murió por completo. Había cuatro raperos, no había más. Quedaban los típicos de siempre que los escuchaban los típicos de siempre, los puretas.

Buco Sounds: Mucho Muchacho o 7 Notas 7 Colores tienen una edad ya. Es muy difícil que un chaval de 18 años se sienta identificado con ellos. Si llega un tío nuevo, de su edad, que cuenta las historias que más o menos viven, tiene todas las de ganar.

R.B.: Hay muchos chavales que me escuchan que no saben quién es SFDK, por ejemplo, o grupos de antes. No los conocen porque ya han entrado con esta generación, no con la anterior. Como un nuevo ciclo. Aunque hace 10 años había conciertos de rap que reunían a 5.000 personas. Aún así, antes este mundillo era muchísimo más secta que ahora. Antes, el rapero era el rapero.

Antes eras rapero, ibas a una discoteca a bailar reggaeton y tenías a todo el barrio diciendo que eras un desgraciado. Ahora, yo mismo bailo reggaeton. Solo quiero bailar reggaeton en las discotecas.

Los jóvenes ahora escuchan de todo. Es algo multicultural. Al final, tu oído escucha tantas cosas que es buenísimo, porque no vas a sonar a “eso”, a solo un género. Tienes tantas influencias en la mente que vas a sonar de una manera diferente, nueva. Aunque eso sí, hay gente de treinta años que escucha Auto-Tune y casi le da un infarto.

Reconozco que a mí me ha costado. No termino de encontrar la magia tras el Auto-Tune o en grupos como por ejemplo PXXR GVNG o C. Tangana.

R.B.: Yo tampoco [Risas]. Pero hablando de PXXR GVNG... Son ellos los que han abierto muchísimo la mente de los jóvenes. Ojo, que serán lo que sean y harán la música que hagan. Pero el panorama lo han cambiado ellos en gran parte.  Cuando empezó la movida del trap, todo el mundo les conocía. A mí me gusta Yung Beef. Los otros dos... bueno, algunas canciones. Pero no soy de ponerlo en casa. Yung Beef sí, es bueno.

Coincidido en esto. PXXR GVNG ha marcado el inicio. Sin embargo, ¿con qué raperos se ha criado usted?

R.B.: Lo típico: 50 Cent, etc. Lo que entraba en el instituto. Yo no tenía un ordenador para mirar qué había, escuchaba lo que escuchaba el de al lado: Eminem, 50 Cent... Cuando me hice con un ordenador, hubo un tiempo que me aficioné mucho al Old School, como no había vivido eso...

B.S.: El boom-bap.

R.B.: El boom-bap, el real hip-hop [Risas]. Eso para mí era nuevo y me gustaba. Pero me tiré dos años escuchándolo y me rallé. Todo me sonaba igual. Empecé a escuchar otras cosas. Me volví al reggaeton otra vez, que fue lo primero que escuché, antes que rap. Mi instituto era un instituto público donde estaban todos los latinos, el Estaciones. Éramos tres españoles de 40 en clase, había cultura de todos lados. Los latinos eran los guays y escuchaban reggaeton y yo escuchaba reggaeton. Luego ya me dio más por el hip-hop.

Las visitas de sus vídeos en YouTube se cuentan por millones: ¿Qué papel ha jugado la plataforma en los últimos años para el desarrollo de los artistas?

R.B.: En los últimos cuatro o cinco años ha sido todo.

B.S.: Sí, y más para los que no tienen soporte a las espaldas, para los que no tienen apoyo. Ahora lo puedes hacer de manera individual todo. Manejas tu cuenta, la estadística, sabes dónde se te escucha más... todo.

R.B.: No dependes de nadie, simplemente de tener esa red social activa y subir tu material ahí. Y eres capaz de llegar a China si quieres sin pagar un duro. Que eso es por lo que antes había negocio con las discográficas.

B.S.: Ahora, con una buena canción ya te has comido todos esos pasos que tenías que hacer antes.

¿Es YouTube el principio del fin de las discográficas como las entendemos actualmente?

R.B.: Como no cambien un poco el plan y empiecen a ofrecer cosas mejores y que puedan interesar realmente... Hay artistas que siguen cayendo. Hay artistas que no tienen mucho coco y no lo saben ver y dicen: “Hostia, esta discográfica... firma, firma”. Y luego ¡pum!, 10 años de contrato que no te aportan nada.

B.S.: Siguen con un formato muy antiguo. Como dice él, las ataduras esclavas son muy exageradas porque, además, tú no sabes la longevidad que vas a tener en la música como para estar 10 años atado. Y ellos mismos matan tu proceso creativo.

R.B.: No te dejan ser libre. Hoy en día, nosotros estamos donde estamos por la campaña de marketing que hemos llevado desde que salimos. Eso te lo cortan también, porque te limitan a hacer lo que ellos quieren. Y si ese invento está mal hecho da igual, porque son los que mandan. Tú has firmado y te han pagado por un disco, por una serie de canciones. Y ya está, haz lo que te decimos y punto.

La libertad es la que te hace poder decir: “Mierda, hoy he sacado un tema que no ha funcionado, la semana que viene saco otro hablando de otra cosa totalmente diferente”, y lo remontas. Con la discográfica lo sacas, no funciona, da igual: vas a salir en todos lados pero no está funcionando, y te vas a pique.

B.S.: Tiene que cambiar el formato. Tienen que ofrecer cosas mejores para volver a levantarse. Si no, sí que puede ser el principio del fin.

R.B.: No digo que no sean buenas. Si eres un artista que está empezando sí que te puede venir bien tener contacto con alguna de ellas. Pero es que tampoco te buscan, porque no eres nadie. Solo te buscan cuando eres alguien. Cuando ya eres alguien no te interesa tener a esa gente.

¿Paga bien YouTube?

R.B.: Bueno... Más o menos, sí. Podría pagar mejor. Spotify paga mejor, la verdad. Hay un problema con YouTube y es que tú realmente cobras por anuncio reproducido. No cobras por visita. Si tú tienes un ordenador y tienes AdBlock, con esas visitas no gano un duro. Y como tú habrá un montón. 

Eso es un gran problema. He leído que en 2018 van a empezar a funcionar con anuncios incrustados en el vídeo para que no puedas saltarlo ni quitarlo con nada. Se están yendo a pique realmente los artistas gigantes. Ya no suben cosas. Drake, por ejemplo, ya no sube vídeos a YouTube porque no le genera beneficios. Colgar una canción es Spotify es cuatro veces mejor que en YouTube porque paga mejor.

B.S.: Aparte de todo el pirateo...

R.B.: Claro. Exacto. Coges Clipconverter... ¡Pum! Te lo bajas en MP3 para tu ordenador. Con Spotify no puedes. Pero bueno, el cambio que van a hacer es una buena idea. Es jodido para el público, porque se comen un anuncio, pero es bueno para el artista porque va a tener dinero para seguir haciendo música.

A diferencia de hace unos años, sí que hay una preocupación evidente por la imagen. Todos los vídeos intentan llamar la atención al máximo del que lo ve. ¿En qué medida es determinante esto?

R.B.: Es casi todo. Es marketing puro. La gente ya no escucha por los oídos, escucha por los oídos y por los ojos. Todo lo que te entra ya no es solo audio, es audiovisual. Me cuesta muchísimo encontrar un grupo que solo tenga una foto y decir... “Hostia”. No le prestas la misma atención que si te ponen un buen audiovisual. 

Tengo un canal de YouTube con una serie de suscriptores. Si subo un vídeo que sea solo audio con una foto y a la semana siguiente saco el videoclip, le supera en cuestión de horas. Y es lo mismo: es la misma canción, pero tira mucho más el audiovisual ahora que la música en sí. Invertir en audiovisual es lo mejor que puede hacer un artista ahora mismo. Una canción mediocre puede ser un hit solo por el videoclip.

Tiene muchas letras que hablan de mujeres. Al rap se le tacha a veces de machista porque las canciones incluyen expresiones como “zorra” o “puta”. ¿Cree que hemos avanzado algo, que ahora se incluye menos contenido machista?

R.B.: Bueno. Sí que se hacen más canciones de amor ahora. Lo hablábamos el otro día...

B.S.: Sí. Pero lo malo es que lo que “lo peta” normalmente suele ser el topicazo y la gente se basa en eso. Pero luego hay mucha buena música, mucha gente que habla de otras cosas. Hay hits con letras que son el topicazo: drogas, tías, diamantes... ¿Y qué pasa? Que el que no sabe nada dice... “Ah, sí, sí, así va el rollo”.

R.B.: Ha cambiado mucho. Al principio, por las canciones que hacía de amor me insultaban y ahora esa misma gente está haciendo canciones de amor. A mí me gusta. El amor está en todos lados y el amor todo el mundo lo vive, todo el mundo lo siente y el que lo escuche se va a identificar, seas lo duro que seas. Me encanta hacer canciones de amor. No hay machismo en mis letras. Sí que hay alguna “tiradera”, pero eso lo tiene todo el mundo. Igual que ellas me tiran a mi por otro lado. Estamos en paz. Pero no, machismo para nada. Me gusta el amor, y me gusta hacer música de amor y cuando tenga 90 años solo voy a hacer música de amor: baladas románticas con guitarra [Se ríe].

Está todo grabado.

R.B.: Terminaré siendo cantautor [Risas].

¿Hace falta más feminismo en la escena?

R.B.: No estoy a favor ni del machismo ni del feminismo. A mí no me gusta ninguna de las dos cosas. Y ahora mismo creo que hay puntos del feminismo que están llegando a un límite que no me gusta.

B.S.: Al final todo el mundo se vuelve muy extremista, no se puede hablar de nada.

R.B.: Ha habido gente que me ha llamado machista por el título de mi disco, que se llama Boys don't cry. “¿Por qué los niños no lloran? ¿Y las niñas qué?” Yo soy un niño, a mí, mi madre me decía “no llores niño”. No voy a poner “las niñas no lloran”. No me gusta que se llegue hasta esos puntos. Estoy en contra del machismo y del feminismo, ninguno me parece bien. Tiene que haber una igualdad en todo, somos lo mismo. Personas, igual.

Pero son conscientes de que la sociedad es eminentemente machista...

R.B.: Sí, pero también hay feminismo. Lo hay y mucho. Hay las dos cosas. Machismo hay más, está claro. Pero es que la mente de un hombre es muy taruga. Es muy difícil cambiar la mente de un hombre y es más fácil cambiar la de una mujer. Los hombres son más cazurros, más tontos, más ególatras.

Bad Gyal, por ejemplo, es una artista urbana con un potente discurso feminista. ¿La conocen?

R.B.: De las charlas más interesantes que he tenido de publicidad y de marketing ha sido con su Dj. Ella es muy buena. Estuvo en Mallorca con nosotros y la música que hace me flipa. Le va bien, está tocando en el extranjero incluso. Suena muy bien, es el futuro. 

B.S.: No hay muchas como ella. El resto tiran para el rollo “trap queen” que eso sí que no puedo. Es demasiado agotador. La Zowi, CHANEL... 

R.B.: Bueno, respeto para ellas. Yo no me meto con la música. Si te funciona, te funciona, me alegro un montón por ellas.

¿Y cómo ven el resto de la escena de música urbana en España ahora mismo?

R.B.: De puta madre. De lujo. Hay un montonazo de grupos ahora viviendo de esto, comiendo de esto, cosa que hace unos años era impensable. Hay chavales llenando salas ya de 1.000 personas, 2.000 personas...

B.S.: O gente que acaba de empezar que ya se está moviendo.

R.B.: No sé si irá para arriba o para abajo, pero está convirtiéndose en la música más comercial del momento. El hip-hop o la música urbana, como lo llamemos. ASAP Rocky haciendo un anuncio de Mercedes. ¡Dónde estamos llegando! Esto está increíble, que arde. En EEUU es la música más comercial. No hay un género que funcione más que el hip-hop allí. Aquí, como va un poco más lento todo va a acabar siendo igual. Que siga, que siga.

¿Qué hay del rap político, grupos como Los Chikos del Maíz?

R.B.: Bah, me aburre.

B.S.: Yo es que la política... Ella está ahí, yo estoy aquí y estamos bien.

R.B.: A mí en la música me gusta pasármelo bien. Y que haya algún mensajito así, entre líneas, bien. Pero que te me pongas a hablar del telediario en una canción... Me cuesta, me aburre. Hay otras cosas para hablar de eso. La música es música.

B.S.: Tiene su público, está claro.

R.B.: Pues respeto para ellos. Todos los grupos que vivan de la música tienen mi respeto y mi apoyo, pero no les voy a escuchar.

B.S.: Con la política lo justo y necesario. Porque la mitad es mentira todo.

R.B.: Es una basura. Vende humos. Igual que los traperos [Risas].

Etiquetas
stats