KaseO resucita en Vistalegre

Algunos llevaban esperando este día una eternidad, cinco años por lo menos. La vuelta a los escenarios en España de Javier Ibarra (Zaragoza, 1980) generaba expectación y nervios. KaseO apareció en el Palacio de Vistalegre incólume. Un poco más canoso, un poco más arrugado, pero triunfante, sonriente y feliz.

No había 15.000 personas -la capacidad máxima del recinto- porque en algún sitio había que colocar el escenario. Un stage en el que cupieron todos: Los Magnéticos -la banda de jazz de Kase-, Kami, Lírico, Shohai, RdeRumba. Fuera del escenario, algo más de 7.000 personas cantando y moviendo los brazos, primero con jazz, después con el DJ. Pura adolescencia.

Antes de las 21:30, el telonero Kultama calentó al público que ya aguardaba impaciente su reencuentro con Javato Jones -uno de los múltiples alias que Ibarra ha usado durante su carrera-. Después llegó Jazz Magnetism, la banda formada por Dani Domínguez, Dani Comas, Jp Balcazar, Hugo Astudillo y el propio KaseO. No fue el mejor sonido el del Palacio de Vistalegre, aunque mejoró ligeramente conforme pasaba el tiempo. La luz y los efectos visuales sí que estuvieron a la altura. En conjunto, el espectáculo fue sobresaliente, pero cómo no serlo si ante los ojos estaba una parte viva del rap en España.

Hace tres años, KaseO anunció que se marchaba. No definitivamente, porque muchos no se lo habrían perdonado. Fue un retiro temporal, un reencuentro consigo mismo. Javier Ibarra se fue a Colombia, a Medellín, a descubrirse, a descubrir a su gente del otro lado del charco. A España las noticias llegaban con cuentagotas: un proyecto de un disco, un nuevo vídeo, una colaboración con tal o cual artista, una entrevista via WhatsApp con Vice. La recompensa les llega a los que saben esperar. Al final, tres nuevos temas y una fecha de regreso: 9 de octubre.

El rap es mensaje

La gira “Despedida y bienvenida de proyecto” lleva colgando el sold out desde que empezó. En el Razzmatazz de Barcelona, en Vistalegre en Madrid y en la Industrial Copera de Granada. Las tres únicas citas nacionales -junto con Zaragoza- han sido un éxito. Todo indica que sus próximos destinos en Chile, Argentina y Colombia, también lo serán. Terminará el tour en el país donde se exilió, en el lugar donde se ha expandido entre los confines del universo. Sin aristas, como el sol.

“A mí me gusta el surrealismo, el cachondeo y la diversión. Pero también me gusta la gente que es consciente, que tiene conciencia y sabe en el mundo que vive. Sabemos que el mundo está muy jodido. Nosotros quizás, no podemos hacer mucho, ¿verdad? Tenemos nuestros propios problemas, nuestra vida. No es fácil, pero sí que podemos tener conciencia del mundo en el que vivimos”, dijo KaseO entre canción y canción. Dos horas y media que distribuyó entre Jazz Magnetism y Violadores del Verso, porque David, Sergio y Rubén también estuvieron.

Tres veces desapareció para volver a escena. Cada vez más aplausos. Y entre ellos, alguna frase: “No me mola nada de lo que hago, me estoy rallando mucho”, decía el maño. La gente respondía jaleando y coreando su nombre. Javier Ibarra hacía reverencias al público, daba las gracias, sonreía con inmensa felicidad. Como el hijo que vuelve a casa después de unos años en el extranjero y abraza de nuevo a su familia. El del sábado pasado será el concierto que se recordará por el “yo estuve allí”. Por el show excelso que Javier Ibarra ofreció a un público entregado. También porque casi llora. Casi. Él es la palmera que se dobla pero aguanta el huracán. No hay nada que temer.