Pocas veces la marcha del compositor de la banda sonora es tan traumática como la del director de la película y, sin embargo, así ocurre con John Williams y Star Wars. Es más, el primero ha sobrevivido al mismo George Lucas en las nuevas entregas de una saga que se entiende peor sin la mano de sus artífices. Por eso nunca se van del todo.
Pero Williams ha dicho que se acabó, que tras el episodio IX abandonará el proyecto para siempre. Eran campanas que venían sonando desde hace tiempo y que reafirmó hace unos días la emisora de radio KUSC. “Con esta última, voy a redondear una serie de nueve bandas sonoras. Creo que ya es más que suficiente”, confesó el maestro en riguroso directo.
Razón no le falta: su caso es único en la historia del cine. Nadie, jamás, ha reescrito sus propias partituras durante más de cuarenta años para adaptarlas a los nuevos personajes y tramas de una misma saga. Solo John Barry hizo algo parecido en 10 de las 23 entregas de James Bond, y ni siquiera fue durante años consecutivos. No es de extrañar que el octogenario compositor quiera desmarcarse de la cansina ruleta a la que juegan en Lucas Films y Disney.
John Williams no ha tenido ningún problema en ceder su batuta a otros músicos más jóvenes y menos cansados. Lo hizo con Michael Giacchino en la trilogía Rogue One y próximamente con John Powell en el spin off de Han Solo. Pero su mensaje es claro: si quieren seguir exprimiendo la saga principal, lo tendrán que hacer sin él. Y eso se va a notar.
“Cambiará mucho. El problema va a ser conseguir que la saga tenga nueva voz sin perder la esencia”, dice Jaime Altozano, youtuber, divulgador musical y fan absoluto de John Williams. Para este músico, un ejemplo agridulce de lo que va a ocurrir a partir de ahora está en la banda sonora de Giacchino para Rogue One.
“Su elección es muy coherente, porque construyó en Perdidos uno de los universos leitmotívicos más grandes de la televisión. En la serie hay decenas de temas para cada personaje y están entramados de una forma muy compleja”, defiende. Pero, al mismo tiempo, “intenta parecerse tanto a John Williams sin serlo que queda peor, es como escuchar a un Williams de serie B”.
Por eso, Altozano apuesta por experimentar “urgentemente” con la banda sonora. “Todo van a ser intentos de igualar al maestro en lo que él mejor hacía y nunca va a ser tan satisfactorio”, resume. Es mejor adaptar la música al presente sin dejar de rendir tributo al pasado.
Pone como ejemplo un detalle de Rogue One que solo perciben los oídos más doctos en la saga. “Giacchino incluye el tema del Imperio que usó Williams en el episodio IV y que descartaron en el V. Es súper coherente con su posición (3.5) en la saga y una muestra de que se ha estudiado los leit motivs”, cuenta con fascinación.
Aunque John Williams sea una pérdida insustituible, el lenguaje que creó para Star Wars es más poderoso que el paso del tiempo. El reto está en que los nuevos compositores se acerquen ahora a la épica atemporal que creó él en 1977. Altozano piensa que esta transición es tan natural que se justifica con el propio contexto del cine.
“En los años 70, una película del espacio era puntera. La música te trasladaba a otras que ya habías visto y te la metía un poco en casa. En 2018, una película del espacio es el pan de cada día. La música ya no sirve para acomodarte en otro planeta perdido y rodeado de aliens, porque es el plan normal de cada fin de semana. Ahora, las BSO tienen muchísimo más hueco para explorar”, explica el youtuber.
Una de las prioridades de George Lucas, como explica Altozano, era que su historia galáctica fuese lo suficientemente clásica para no causar rechazo. Eso en los años 70 era una preocupación razonable, teniendo en cuenta las pocas películas del género que existían. Igual que la trama seguía la estructura tradicional de El héroe de Joseph Campbell -con un héroe, una princesa, un maestro y un malo-, el director quería lo mismo para su música.
“Lucas le entregó a John Williams un boceto del episodio IV con partituras clásicas que ya existían y que quería para cada escena de su película”, desvela el músico. Algo que, a la larga, le ha traido problemas al compositor y por lo que la sombra del plagio ha planeado durante décadas sobre su figura.
¿Plagios u homenajes?
John Williams nunca se ha esforzado por esconder los préstamos que tomó de otros grandes compositores para Star Wars. Es más, ha dado nombres y apellidos para ampliar la cultura musical entre los seguidores de la saga. Para Jaime Altozano, ahí radica la diferencia entre un plagio y una loable intención.
“Salvo que sea una copia flagrante nota a nota, que en ningún caso es lo que hizo John Williams, todos los compositores tienen sus referencias, las llevan en la manga, y se ven”, defiende el youtuber. Los Planetas de Holst, El cascanueces de Tchaikovsky, el ciclo Ring de Wagner o la banda sonora de Kings Row de Korngold son algunas de ellas.
En el caso de esta última, “coge las cinco primeras notas y luego su desarrollo es muy superior al de Korngold. Para mí, eso es un guiño. No ha cogido la melodía, ha cogido las primeras notas y a partir de ahí ha construido un universo con otra personalidad”, aclara Altozano sobre uno de los ejemplos más criticados.
“No hay tanta música, no hay tantas opciones. Muchas veces es mejor inspirarte en algo que ya existe que hacerlo de forma inconsciente y meter la pata”, dice quien se ha pasado horas estudiando, analizando y comparando cada acorde de Williams en Star Wars. Para él, no hay nada que revierta el hecho de que esta banda sonora sea su favorita del maestro, como es también la de generaciones enteras. Algo que, paradójicamente, no comparte su artífice.
Mucho más allá de la sala del cine
John Williams ha dicho muchas veces que la música que compuso para Star Wars no es “demasiado memorable”. Si bien sorprende a sus oyentes, viniendo de alguien que también desarrolla su actividad alejado de las pantallas y de forma mucho más compleja, es un sentimiento bastante normal. Aunque solo sus colegas de profesión puedan entenderlo.
“Es cierto, sus bandas sonoras no son demasiado complejas. Pero esa no es la función de la música de película; la función es ambientar. Williams crea unos leit motivs muy carismáticos, brutales, y los mezcla muy bien. Ese es el trabajo de un gran compositor de bandas sonoras”, explica Jaime Altozano.
No hay nada mejor que ver los vídeos de su canal para entender a qué se refiere: el músico mezcla las composiciones de cada personaje y, de una forma muy estudiada, las utiliza de interludio, de “premonición” o de presentación de las tramas.
“Además, ha sublimado y llevado a su máxima expresión un estilo que ya casi se reconoce por su nombre. Es muy sinfónico y con mucho mickey mousing (cuando la música imita los movimientos de los personajes). Cuando alguien se agacha y el oboe lo imita o cuando Yoda levanta la nave de Luke en el pantano de Dagobah y hay unas cuerdas que emulan el ascenso de la nave”, ejemplifica.
“Es un maestro. Tiene el mejor talento para crear músicas carismáticas y pegadizas en el cine. Le vamos a echar de menos en Star Wars por la complejidad que se ha obligado a mantener durante, de momento, ocho películas”, concluye Jaime. Una frase que no puede resumir mejor por qué la saga más emblemática del cine no va a volver a ser lo mismo sin su puño y letra en las partituras