Los asistentes tenían ganas de reconciliarse con el Mad Cool tras el caos inicial, y casi lo consiguen en la segunda jornada. Los culpables de trastocar el renovado ambiente que se respiraba en el recinto ferial de Madrid este viernes noche fueron Massive Attack y, de nuevo, la propia organización del evento.
Los primeros, por anular su concierto sin previo aviso alegando “molestias de sonido de otro Stage”, y los segundos, por tardar casi una hora y media en avisar al público a través de cuatro líneas en las pantallas del escenario, y otros quince minutos más en mandar el comunicado oficial con una explicación más detallada.
La banda británica era uno de los reclamos del cartel de esta tercera edición del Mad Cool y debían tocar a la 1:45 a.m en el escenario The Loop, a unos metros de donde se estaba celebrando el espectáculo de Franz Ferdinand en la misma franja horaria. Mientras los asistentes al concierto vecino bailaban al ritmo de los escoceses, el público de Massive Attack se impacientaba ante el retraso de sus ídolos.
La emoción contenida dio paso a los gritos y abucheos, e incluso algunos lanzaron vasos al escenario como muestra de indignación. Mientras tanto, silencio sepulcral por parte del Mad Cool.
Entre el público se empezó a correr el rumor de que los de Robert de Naja se habían negado a actuar en uno de los escenarios pequeños del evento. “Son más grandes que eso”, suscribían algunos. También hubo quienes prefirieron tirar de humor y bromear con que Naja se hubiese ido a hacer una intervención como Banksy, ya que el cantante ha sido señalado en numerosas ocasiones como la verdadera identidad del grafitero.
Al final, casi una hora y media más tarde del comienzo programado, la organización proyectó el mensaje que confirmaba los peores presagios. “Massive Attack cancela su concierto en Mad Cool justificando molestias de sonido con otro Stage”, se leía en una pantalla negra. Pero para negros, los ánimos de los presentes.
El día anterior también hubo quejas de que el sonido de los escenarios grandes, como el Mad Stage y el Cool Stage, se colaba en los conciertos menores. A estas se le sumaron las de quienes afearon el planteamiento al festival por programar a dos de los grandes en la misma franja horaria, relegando inevitablemente a uno de ellos a un espacio inadecuado según muchos de sus fans. En este caso, a Massive Attack.
Ante las críticas, las hojas de reclamaciones y las preguntas sin respuesta por parte de un personal a quien no se le había informado, llegó el comunicado oficial del Mad Cool. “Desde la organización hemos hecho todo lo posible por retrasar los horarios de otras bandas y buscar una franja horaria donde Massive Attack estuviesen cómodos, pero la decisión unilateral de la banda ha sido la de cancelar su show”, explicaron.
La segunda jornada del gran evento musical consiguió resarcirse de su debut en las primeras horas. Las colas a la entrada se sustituyeron por una riada fluida de gente accediendo al recinto, y la calidad de artistas como Arctic Monkeys, Ben Howard, Jack White y James Bay habían contagiado el optimismo a los pies de los escenarios. Pero este último imprevisto ha cerrado un viernes casi perfecto con un broche agridulce.
La prueba de que, ante un evento megalómano como este, hay que tener los ojos bien abiertos incluso cuando Alex Turner arranca las penas.