Lo 'nuevo-viejo' de Mike Oldfield y otros cinco discos de la semana

Mike Oldfield

Return to OmmadawnVirgin / EmiPROGRESIVO★Return to Ommadawn

6/10

Es complicado mirar atrás y situarnos en 1975 con la mirada limpia, sin dejarnos contaminar por cuatro décadas de bagaje musical. Para siquiera intentarlo, deberíamos partir de una premisa. Cuando Mike Oldfield lanzó Ommadawn estando en el punto álgido de su popularidad -dos años antes había publicado Tubullar Bells-, conceptos como los de new age y world music aún estaban por inventarse.

Es cierto que la tradición folk siempre ha tenido un peso importante en la música popular británica. También que un sector de los progresivos había tomado inspiración en leyendas ancestrales, con una irritante predisposición a hacer de lo élfico el tema central de su música. Pero con todo y con ello, que uno de los fenómenos musicales del momento confrontase folclore celta y pop fue una jugada maestra que se anticipó a muchos de los movimientos que estaban por llegar.

El título de este disco, vigésimo sexto de su carrera, no engaña. Hace mucho tiempo que Oldfield parece más interesado en reandar el camino que en explorar nuevos territorios, y qué mejor ejemplo de ello que las innumerables secuelas y hasta regrabaciones de Tubular Bells.

A propósito de este nuevo trabajo ha declarado: “Es una pieza genuina más que una producción: hay manos, dedos, uñas. No tenía un próposito, no se trataba de conseguir nada, ni de satisfacer a nadie”. Por el entusiasmo de Oldfield (“Return to Ommadawn supone un regreso a mi verdadero yo”), el disco parece no poder interpretarse más que como un éxito absoluto.

Pero he aquí que cuando una obra ve la luz pública se valora por su efecto en el que escucha, más que por el grado de autosatisfacción del músico. Sombreros fuera ante un Oldfield que aquí interpreta ni más ni menos que 22 instrumentos, prácticamente todos de forma magistral. Reverencia también ante su innegable capacidad para plantear estas dos sinfonías que se van hasta los 20 minutos.

Pero hagamos notar que el británico es un músico que un día pasó de pionero a nostálgico, de heterodoxo a guardián de las formas. Y en ese sentido Return to Ommadawn es lo que es: algo así como unas vacaciones pagadas al lugar en que fuimos felices durante nuestra infancia. Que eso sea suficiente o no es ya cuestión de las necesidades de cada uno.

 Austra

 

Future PoliticsDomino / Music As UsualPOP★Future Politics

7/10

Future Politics, tercer largo de los canadienses Austra, llega con manual de instrucciones. En los textos y entrevistas que han venido apareciendo en medios en las últimas semanas al hilo del lanzamiento, Katie Stelmanies se ha esforzado por vincular la razón de ser de este disco con una serie de lecturas: Inventing The Future: Post Capitalism in a World Without Work y The Accelerationist Manifesto de Nick Srnicek y Alex Williams, y Woman on the Edge of Time de Marge Piercy. Escritos que plantean respuestas a la profunda crisis política, económica y social en la que nos encontramos con un liberalismo que campa a sus anchas desmontando el sistema de bienestar.

El disco se enfrenta a ese deprimente paisaje general con una serie de experiencias personales, sugiriendo que ambas facetas (lo privado y lo público) se encuentran cada vez más interrelacionadas. 

Su visión se podría calificar de distopía futurista de no ser porque ese porvenir del que nos hablan Austra se empieza a construir aquí y ahora.

De igual forma, su apuesta por un pop electrónico, gélido y fuertemente influido por los sonidos de club (versión domesticada del pop gótico de Zola Jesus) es representativa de las formas y herramientas con las que su generación se ha aproximado a la música popular durante la última década.

 

Foxygen

HangJagJaguwar / Popstock!PSICODELIA★Hang

7/10

Los norteamericanos son casi tan eficientes como los chinos a la hora de clonar y rentabilizar pedacitos de la Historia, ya sea ajena o propia, y revisando sonidos clásicos como el rock o el soul. Aunque llevaban unos años funcionando como grupo, los californianos Foxygen acapararon la atención de los medios en pleno revival neopsicodélico gracias a San Francisco, una preciosidad de tema que podría haber figurado en cualquier compilación sobre los años del flower power. Unos discos más tarde sabemos que la dupla formada por Jonathan Rado y Sam France funciona casi como un proyecto de laboratorio, sin apenas sintonía emocional entre ambos y tomando sus decisiones en base a la posible cuota de oportunidades.

Hang tiene, de hecho, un algo de producto de laboratorio. Foxygen suman fuerzas con el productor de moda en el terreno del soul-pop indie, Matthew E. White, un tipo al que habitualmente le caracterizan productos tan impecables y resultones como carentes de alma. Para la ocasión han contado además con un presupuesto tirando a alto que les ha permitido contratar a una orquesta formada por cuarenta intérpretes.

El resultado es bastante similar a un paseo por los pasillos de The Venetian en Las Vegas: obviamente no tiene nada que ver con la sensación de atravesar los canales venecianos, pero no deja de resultar admirable que alguien se haya tomado la molestia de reproducir eso dentro del hall de un hotel. Por Hang se asoman David Bowie, Elton John, y buena parte del glam rock cabaretero de los setenta. La fidelidad del “homenaje” a la hora de enfrentarlo al original resulta asombrosa. Y ya.

 

VVAA

New GenXL / Popstock!GRIME★New Gen

7/10

En las notas interiores de New Gen Caroline Simionescu-Marin, responsable de nuevos talentos del sello londinense XL Recordings y principal inductora de este disco, habla de un futuro en el que los jóvenes británicos estudiarán la obra de los MC’s de hoy y se enfrentarán a evaluaciones sobre su valor literario. Lo más lógico es pensar que, fruto del entusiasmo de la juventud, sus predicciones se pasen de frenada. Pero es cierto que una de las escenas más fascinantes en el esclereotizado panorama musical británico es la relativa al grime, rap británico que refleja una diferente realidad social y pone el acento en los sonidos electrónicos y el dancehall.

Al igual que ocurre con el rap, la escena grime también cubre un amplísimo espectro que va de superventas como Wiley y Skepta a una inabarcable escena underground. La razón de ser de este New Gen es precisamente hacer la foto de esa escena que se mueve en los márgenes.

El disco se gestó hace un par de años, cuando Caroline comenzó a compilar los nuevos nombres de la escena en una serie de playlists. El disco es una consecuencia natural de aquella labor. No se trata propiamente de un recopilatorio, sino de meter en el estudio y poner a trabajar a algunos de los raperos y productores británicos más talentosos de la nueva hornada, gente como 67, Ray BLK, AJ Tracey, Nines o Avelino, para reflejar en la medida de lo posible todos los vértices y posibilidades de la escena.

 

Vitalic

VoyagerClivage Music / [PIAS]ELECTRÓNICA★Voyager

7/10

Pascal Arbez-Nicolas ha tardado cinco años en completar su particular homenaje a los pioneros del french touch. Y no, no se trata de esa primera oleada de house parisino que, con Daft Punk al frente, puso a París en el mapa permitiendo la aparición una década después de artistas como Vitalic. Sino de aquellos otros pioneros, los Jean Michel-Jarre, Cerrone o Christophe, que en los 70 exploraron las posibilidades de la música compuesta con máquinas.

En realidad Vitalic no hace más que sumarse con pasión (desde la portada hasta el título del disco tienen connotaciones retro) al proceso de revisión del sonido space disco que de un tiempo a esta parte ha inspirado a muchos de los principales productores de música de baile. Para que la fiesta sea completa su amiga y compañera de fatigas de los tiempos del electroclash, Miss Kittin, le echa un cable y ejerce de disco-diva en la evocadora Hans Is Driving.

Voyager cumple perfectamente su función como disco para la resaca del día después, aunque el resultado posiblemente decepcione a los que añoren al Vitalic hacedor de hits globales para la pista de baile. Y eso a pesar de que aquí hay algún tema de pegada inmediata como es Use It or Lose It, con Mark Kerr participando en las voces.  

 

William Basinski

A Shadow In TimeTemporary ResidenceMINIMALISMO★A Shadow In Time

9/10

Hace poco menos de un año tuvimos la oportunidad de charlar con William Basisnki en eldiario.es sobre su concepción general del mundo y el arte. El motivo era su paso por Madrid para presentar en directo sus dos últimos trabajos, A Shadow in Time y For David Robert Jones. Ahora esas dos piezas ven la luz a modo de lanzamiento discográfico y quedan definitivamente fijadas con una forma concreta, en tiempo y espacio, lo que no deja de ser una contradicción tratándose del músico de Texas, que ha levantado toda una obra a partir del conceptos como el paso del tiempo y la permanente mutabilidad del sonido.

En sintonía con el resto de su obra,  son dos largas piezas que se van más allá de los veinte minutos de duración cada una y en las que que el sonido más que elemento repetitivo (Basinski habitualmente ha estado vinculado a la escuela minimalista) es una suerte de masa informe y fantasmagórica que se retroalimenta y termina por llenarlo todo.

Al contrario de lo que sucede con Eno, que defiende el valor meramente instrumental de la música, en el trabajo de William Basinski hay un fuerte componente emocional y por eso no es casual que una de estas piezas esté dedicada a la figura de David Bowie, al que considera una figura esencial en su vida, y la otra hable de la sombra del tiempo.

A partir de elementos mínimos alcanza el éxito en una de las tareas más complejas a las que puede aspirar el artista: representar lo trascendente.