El pasado noviembre fue el más caluroso registrado en Madrid y culmina un año con temperaturas de récord

Para muchos madrileños, el pasado noviembre fue un mes atípico. Lo notaron muchos hogares porque tuvieron que encender menos la calefacción que otros años o, al menos, pudieron ponerla más suave. El motivo fueron unas temperaturas bastante elevadas para una época que solía ser la que marcaba el inicio del frío y que esta vez se ha quedado con valores menos extremos.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) registró este citado mes una temperatura media de 12,5ºC en Retiro, la más elevada de toda la serie histórica en la estación más antigua de la ciudad. Los datos, publicados recientemente en su página de efemérides históricas, van en consonancia con otros récords registrados desde el año 2022, siempre relacionados con valores más elevados que la media y extremos en muchos casos como el día más caluroso de la historia.

El de noviembre se suma a la lista de meses de 2024 durante los que se registraron las temperaturas más elevadas de la serie. Sucedió también en enero, cuando se registró la media más alta para ese mes en los registros de Retiro con 8,5ºC, y en agosto, en el que la media fue de 28,5ºC, la más elevada para cualquier mes desde que se colocó la estación meteorológica, hace más de cien años.

La tendencia que vive la ciudad en los últimos años, al igual que el resto de la península, es la de registrar cada vez temperaturas más altas, lo que en verano se traduce en un mayor número de noches tropicales y en invierno en valores mucho más suaves, con nevadas más esporádicas que antaño. También se están multiplicando los fenómenos extremos, como la DANA que se vivió en septiembre de 2023 en la región o el temporal de Filomena de 2021.

Los cambios climáticos se dejan ver en muchos aspectos de la vida cotidiana de la ciudad: uno de los más llamativos es el cambio en sus árboles y plantas. El vivero municipal de la Casa de Campo confirmaba este año que su producción ha aumentado porque sus pequeños brotes ya no detienen su crecimiento en invierno, debido a las altas temperaturas.