Frenazo de Almeida a los carriles bici de Madrid: cancela el presupuestado, declara otros inviables y pausa el de Castellana
Malos tiempos para la infraestructura ciclista en Madrid. Los avances que se desarrollaron durante la primera legislatura de Almeida parecen haberse frenado casi en seco con su segundo mandato: la que iba a ser la columna vertebral de los ejes ciclistas madrileños lleva casi dos años sin avances, y el único carril bici presupuestado para este 2024 en el corazón de Madrid ha desaparecido de los planes municipales sin que se conozcan las razones. Para 2025 no hay ninguno previsto.
El carril bici Castellana ejemplifica mejor que ningún otro el frenazo a las políticas de construcción de estas vías ciclistas. El Ayuntamiento de Madrid solo ha ejecutado uno de los seis tramos previstos en los Acuerdos de la Villa del año 2020. Almeida prometió tenerlos acabados al final de su segundo mandato, pero su área de Movilidad va a tener que acelerar si quiere llegar a 2027 con una vía ciclista segregada de Plaza de Castilla hasta Atocha.
La primera y única inauguración en este trazado tuvo lugar justo antes de las elecciones de 2023. El Ayuntamiento de Madrid lo desarrolló sin tener que reducir los carriles disponibles para los coches en la Castellana ni tampoco el espacio peatonal, ya que la mayor parte de la nueva vía discurre por antiguas zonas de aparcamiento. En los tramos restantes, que suponen el 69% del total, sí que será necesario achicar el espacio destinado a los vehículos motorizados.
El área de Movilidad no ha dado plazos sobre cuándo ejecutará lo que queda de carril bici hasta Atocha. La única pista la soltó su delegado, Borja Carabante, el pasado verano, cuando afirmó que licitarían la obra del segundo tramo -0,5 kilómetros- cuando acabe su fase de redacción. Pero no añadió fecha alguna.
El alcalde Almeida se presentó a su segundo mandato con la promesa de acabar esta conexión ciclista y avanzar en otras, como rezaba el punto 104 de su programa electoral: “Finalizaremos la construcción del carril bici del paseo de la Castellana, desde Nuevos Ministerios hasta Atocha, nuevas vías ciclistas en los distritos y prolongaremos el carril bici del pasillo verde de la Alameda de Osuna, entre otros”, aseguraba.
El carril bici de Castellana es un compromiso adquirido por todos los grupos del Ayuntamiento de Madrid en los Acuerdos de la Villa, rubricados en julio de 2020, y está recogido en la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360 “como una medida clave para promover la movilidad ciclista, peatonal y el fomento del transporte público”, aseguraba el consistorio en una de sus notas de prensa.
Un carril presupuestado y desaparecido
Los primeros presupuestos de Almeida con la mayoría absoluta, los de 2024, parecían acercarse a las promesas electorales ya que incluyeron un nuevo carril bici segregado en pleno corazón de Madrid, entre Puerta de Toledo y la Gran Vía de San Francisco.
Los 400 metros proyectados iban a permitir conectar el distrito Centro con la zona de Madrid río a través de un carril separado de la carretera, gracias a una idea presentada a los presupuestos participativos de hace tres años y que fue elegida como una de las más votadas en el distrito, con gran respaldo ciudadano.
Sin embargo, el año está acabando y todo parece indicar que los 1,3 millones presupuestados para este carril bici se van a quedar sin asignar o serán dedicados a otra cosa, ya que el proyecto tampoco se ha retrasado en los presupuestos de 2025 recién aprobados. El área de Movilidad no ha dado explicaciones a este periódico sobre qué ha pasado con esta iniciativa de movilidad sostenible.
Mientras no se proyectan nuevos carriles, el Ayuntamiento de Madrid está frenando otros que intentan impulsar los madrileños a través de la herramienta de participación municipal (los Presupuestos Participativos) o de sus organizaciones civiles.
La asociación Pedalibre, la de carácter ciclista más antigua de la capital, lleva varios días compartiendo en redes los informes con los que el Gobierno de Almeida ha descartado diferentes propuestas de construcción de carriles bici en los distritos de Madrid. Muchos de ellos están ya trazados en el Plan Director de Movilidad Ciclista, un documento municipal en vigor, pero al que los últimos alcaldes no han hecho demasiado caso.
El olvido de los carriles bici propuestos o incluso aprobados en los Presupuestos Participativos no es solo patrimonio del actual gobierno municipal, ya que el paso de Manuela Carmena por la alcaldía tampoco supuso el avance previsto en movilidad ciclista y varios proyectos de movilidad sostenible que tuvieron el aval ciudadano acabaron siendo descartados por el área de Desarrollo Urbano.
Los carriles bici que sí llegarán: A-5 y Castellana Norte
La única intervención ciclista de relevancia que ha visto la luz este año en Madrid ha sido la conexión ciclista de Plaza España con la calle Irún, que se abrió sin inauguración oficial hace unas semanas. También incluye una senda ciclista el parque Vicente Calderón que el alcalde inauguró a principios de mes, sin referencias al paso de bicicletas.
Los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid para 2025 aprobados esta semana no incluyen ninguna partida para la construcción específica de carril bici alguno y, salvo sorpresa en lugares como Delicias, donde muchos colectivos reclaman uno segregado, habrá que esperar al menos hasta finales de 2026 o directamente en 2027 para ver algunas de las grandes infraestructuras ciclistas planificadas por el equipo de Almeida.
La más importante será la que discurrirá sobre el soterramiento de la A-5, cuyas obras ya han empezado. El consistorio prevé un carril bici bidireccional a lo largo de todo el Paseo Verde del Suroeste, que tendrá una longitud de unos cuatro kilómetros y servirá para que los ciclistas llegados desde este corredor puedan enlazar con el existente en la avenida de Portugal y con Madrid Río.
También para esa fecha estará acabado el cubrimiento de la Castellana Norte, donde está proyectado otro carril bici que discurrirá junto al nuevo espacio verde que se creará en superficie, en el espacio ganado al asfalto.
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