Mazón dejó de ser presidente de la Generalitat tres horas el día de la DANA para irse de comida como líder del PP
El 29 de octubre, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, dejó sus responsabilidades como máxima autoridad valenciana a las 15 horas. Lo hizo cuando salió del Palau de la Generalitat, tras una reunión con patronal y sindicatos, para irse a comer al restaurante El Ventorro con una periodista en plena alerta roja por temporal y cuando ya había personas desaparecidas y municipios inundados. Al salir por la puerta del edificio noble, y durante el trayecto de siete minutos que lo separa del restaurante, Mazón se quitó el traje con el que representa la institución y pasó a ser solo el presidente del PP valenciano, un ciudadano más.
Al menos así se desprende de la última versión que ha facilitado el equipo de Mazón sobre los hechos que acontecieron el 29 de octubre, el tercer cambio en el relato de la jornada que ha dejado 223 muertos y cuatro desaparecidos, donde el Ejecutivo autonómico afirma que la comida que mantuvo Mazón, que llegó pasadas las 19.30 al órgano de emergencias, fue en calidad de presidente del Partido Popular. En calidad de presidente del PP le ofreció un cargo público, la dirección de la radiotelevisión valenciana, a la periodista Maribel Vilaplana, un puesto que según la ley corresponde determinar a un Consejo de Administración que el día de la DANA no estaba creado. Ella lo rechazó. Comieron, según una fuente autorizada por la periodista, una ensalada de ventresca, un revuelto de setas y un postre para compartir, además de una botella de vino entre ambos. Ese fue el menú frugal para un encuentro de tres horas, según su relato, y sobre el que todavía no se sabe el coste.
En la enésima versión de la comida que ha facilitado el equipo de Mazón, se desprende que el máximo dirigente valenciano no estaba ejerciendo como tal en las primeras horas de la tarde. Y como no era entonces presidente de la Generalitat, en la Generalitat no saben nada de la cuenta del ágape. A través del responsable de Transparencia, el Ejecutivo indica que la factura de la comida “no ha tenido entrada ni ha sido satisfecha con cargo a los presupuestos de la Generalitat”, ya que Mazón asistió “en su condición de Presidente del Partido Popular de la Comunitat Valenciana” y fue “íntegramente sufragada por su formación política”. Las explicaciones sobre lo que hacía o no hacía Mazón las ha proporcionado en todo momento su gabinete desde presidencia, no desde el partido.
Esta disociación de las facetas del líder sirve de escudo a Mazón para no mostrar la factura, que justificaría el encuentro tras los numerosos cambios en su historia, y para evitar que se conozca qué comió y bebió el presidente y durante cuánto tiempo permaneció en el restaurante. El Ventorro es uno de los lugares de referencia para el jefe del Consell en sus reuniones de trabajo como presidente de la Generalitat, donde cita habitualmente a periodistas y empresarios, aunque el entorno del dirigente quiera ahora desvincularlo de la gestión pública.
Cordón sanitario sobre cualquier responsabilidad penal
Su equipo y él mismo deslizan desde hace semanas que el presidente de la Generalitat no forma parte del Cecopi, que ni llegó tarde ni se le estaba esperando para tomar ninguna decisión, que la responsable de atender esos asuntos era la consellera competente en emergencias, Salomé Pradas, y que el dirigente se encontraba informado de lo que acontecía, pese a que no fue hasta más de media hora después de su llegada cuando sonó la alarma en los móviles de todos los vecinos de la provincia de Valencia y que no cogió el teléfono en varias ocasiones. Las fuentes presentes en el órgano han destacado que su ausencia retrasó la toma de decisiones, que hubo que ponerle al día de la situación y que en, al menos tres ocasiones, no cogió el teléfono a la consellera. En Presidencia están a un paso de defender que el presidente no tenía por qué estar en el lugar en el que se tomaban las decisiones.
El cambio de versión choca con la explicación que Mazón hizo en su comparecencia en las Corts Valencianes, donde no habló específicamente de la comida de más de tres horas, pero apuntó: “Mantuve mi agenda plenamente consciente de la situación” porque la consellera se había desplazado a supervisar la emergencia. En el portal de transparencia, donde es obligatorio publicar la agenda de los altos cargos, no figuraba ningún compromiso aquella tarde. Mazón relató en las Corts prácticamente el minuto a minuto de toda su jornada, hasta que a la hora de comer hizo un paréntesis de tres horas que cerró con una llamada desde el centro de l'Eliana, donde le advirtieron del riesgo de rotura de la presa de Forata y forzó su desplazamiento al Cecopi. Antes de eso, su equipo defendió que estaba en una comida privada, después que fue una comida privada de trabajo, hasta finalmente desvelar una parte del contenido. Minutos antes de recibir la alerta sobre Forata, también llamó al alcalde de Cullera, al que contactó desde su número personal a través de la aplicación WhatsApp. “No sé en qué estado estaba Mazón, en estado de alarma, no”, ironizó Jordi Mayor sobre esta conversación con el presidente que duró un minuto y ocho segundos.
Mazón no volvió a ser presidente públicamente hasta pasadas las 19.30 horas de la tarde, cuando el agua ya había arrasado Utiel y Chiva y había inundado los municipios de l'Horta Sud, a diez minutos en coche de València. Fue entonces cuando apareció en el Centro de Emergencias de l'Eliana. Durante cinco horas que mantuvo en blanco, el presidente abdicó. Era solo Carlos Mazón, el líder del partido conservador.
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