Serrat, “la verdadera marca España”

Alejandro Luque

8 de diciembre de 2021 21:26 h

0

Monkey Week, Sevilla, noviembre de 2021. La cita de referencia con el sector profesional de la música actual regresa a su formato presencial tras el año de tregua pandémica. Y como concierto inaugural se anuncia… un concierto de homenaje a Joan Manuel Serrat y su disco más emblemático, Mediterráneo. Una prueba más de que el artista del Poble Sec, que acaba de anunciar su despedida de los escenarios, no solo ha revolucionado la canción de autor en España, sino que también ha dejado una huella indeleble en el pop, incluso el más vanguardista.

“La idea fue en realidad de Tali Carreto, el promotor del Monkey. Él nos lio la cabeza”, comenta Íñigo Bregel, líder de Los Estanques, la banda encargada de tributar el citado homenaje. “Accedimos encantados, y volviendo de un bolo de Oviedo nos pusimos el disco Mediterráneo… Ahí pensé, me cago en Dios, a ver qué hacemos con todo esto. Porque el repertorio lo conocíamos de sobra pero es muy distinto escucharlo ociosamente que pensar en montarlo y llevarlo al directo. Nos dimos cuenta de que nos habíamos metido en un berenjenal”.

Bregel explica que interpretar a Serrat desde el pop es un examen exigente por la riqueza de sus canciones y la labor de los grandes arreglistas que siempre ha llevado consigo. “Aunque suene a tópico, lo mejor de Serrat son las canciones de Serrat, un cómputo de todo: las letras, los arreglos, las armonías bien elegidas, la producción…”, enumera el músico, que invitó a compartir la experiencia a compañeros como Annie B. Sweet, Carlangas, Dani Llamas, Luis Regidor, María Rodés, Miguelito García de Derby Motoreta Burrito’s Kachimba, Rebe o Raúl Rodríguez. “Todas las canciones han sido duras de adaptar, quizá la que más Vagabundear, solo por ser la que más notas tiene. Pero otra como Aquellas pequeñas cosas, para llevarla al máximo, también ha sido un reto”.

Lo mejor de Serrat son las canciones de Serrat, un cómputo de todo: las letras, los arreglos, las armonías bien elegidas y la producción

A Anni B. Sweet le tocó versionar en un principio el hit Lucía, pero luego la invitaron también a hacer Barquito de papel y una parte de Cantares. “Para mí Serrat siempre ha estado ahí, se escuchaba en casa cuando era pequeña y ya es parte de mi banda sonora”, reconoce. “Pero participar en este homenaje me ha hecho todavía más serratiana, porque no es lo mismo escuchar las canciones y cogerles cariño que abordarlas. Ahora no solo las disfruto de una manera animal, digamos, sino también técnicamente”.  

Para la malagueña, los giros vocales del maestro son una de sus mejores bazas, así como “el vibrato que tiene. Yo siempre he tenido mucho miedo a exagerar el mío, pero ahora que me he soltado… quién sabe, ¡puede que mi siguiente disco esté lleno de vibratos!”, ríe. “Ya me gustaría que se notara la huella de Serrat en lo que hago, esas melodías preciosas. Pero si sale, debe ser de forma natural”.   

Para el gaditano Luis García Gil, autor de libros dedicados al artista como Serrat canción a canción, Mediterráneo: Serrat en la encrucijada, Serrat y los poetas o Serrat y Sabina: a vista de pájaro, se trata sin duda de un cantautor que ha logrado trascender las etiquetas. “De hecho, creo que cada vez es menos cantautor, en tanto esa denominación resulta muy restrictiva en España. Su caso es el de un creador para el que la música ha sido siempre muy importante. Sucede también con un melodista nato como Luis Eduardo Aute”, asevera.

García Gil subraya además el modo en que Serrat ha logrado conectar con varias generaciones. “Una estrella del pop como Dani Martín tiene a Serrat como referente a través de su madre, que le hace escucharlo de niño. Y si no lo ha sido más, es por la manía que tenemos en España de delimitar espacios. En una revista como Rockdelux, Serrat no salía porque vendía muchos discos. En otra como Ruta 66, porque no encajaba como rockero. En Los 40 Principales… ¿Dónde metemos, pues, a un clásico como él? Eso no pasa en Estados Unidos con Dylan, ni en Francia con los grandes de la chanson, como Brel o Brassens”.

Quien no tiene a Serrat como referente es porque no lo ha escuchado, o porque tiene unos prejuicios atroces

Así, para este estudioso, “Serrat es la verdadera marca España, un cantante que ha navegado con libertad absoluta y con una trayectoria intachable, con unas canciones que todavía están vivas y con una fuerza tremenda. Basta escuchar tres discos grabados en apenas tres años, como Mediterráneo (1971), Miguel Hernández (1972) y Per al meu amic (1973) para comprobar esa atemporalidad que hace que hoy muchos lo descubran y redescubran”, añade. “En los 60 y los 70 ya aparecía como artista influyente en revistas como Mundo Joven, y ha seguido siéndolo. Quien no tiene a Serrat como referente es porque no lo ha escuchado, o porque tiene unos prejuicios atroces”.

De hecho, ni siquiera la Movida, de la que siempre se ha dicho que acabó con los cantautores, afectó significativamente a su carrera. “Por el contrario, fueron sus mayores éxitos, logró reinventarse y cosechar algunos de sus mayores éxitos. Quizá otros lo pasaron peor en aquel tiempo, pero Serrat, Aute o Víctor Manuel y Ana Belén no solo resisten, sino que llenan plazas de toros en los 80”.

Una prueba de esta vigencia constante son los discos de homenajes que desde el pop y el rock se han tributado al maestro catalán. Uno de los más exitosos fue aquel Serrat… eres único de 1995 que aunaba propuestan tan heterogéneas como las de Santiago Auserón, Antonio Vega, Kiko Veneno o Rosario Flores junto a las de Tahúres Zurdos o Los Enemigos. Tampoco ha pasado desapercibido un trabajo como Hijos del Mediterráneo (2019), álbum ideado y dirigido por Amaro Ferreiro y producido por Ricky Falkner en torno al disco del mismo nombre, donde se dan cita desde Jorge Drexler a Andrés Calamaro, pasando por Eva Amaral, Xoel López, Santi Balmes, Miren Iza, Depedro, Iván Ferreiro, Silvia Pérez Cruz o Josele Santiago.

Entre uno y otro, vio la luz en 2009 Serrat Pop, un homenaje con acento preponderantemente catalán a cargo de artistas de generaciones y estilos muy diversos: Antònia Font, Immigrasons, Pascal Comelade, Cris Juanico i Els Mags De Binigall, Jofre Bardagí, Pep Sala i La Clua, Glissando, Shuarma, Refree, Sergio Dalma, Miqui Puig i Arbre De Cabra, Marc Parrot, Pau Riba i De Mortimers y el irreductible Sisa.

Los primeros discos de Serrat en catalán para la sociedad catalana fueron como los de Jacques Brel para los franceses

“El amor y la admiración por Serrat la heredé de mis padres”, comenta uno de los cantantes de esta nómina, el barcelonés Marc Parrot. “Cuando era pequeño sonaban en casa sus primeros discos, discos que sigo escuchando –no diré que muy a menudo, pero lo hago todavía– como un referente. Los primeros discos en catalán para la sociedad catalana fueron como los de Jacques Brel para los franceses. Sí, Serrat fue nuestro Jacques Brel”.

“Me sigue impresionando mucho su primer disco, por su capacidad de captar su entorno de una manera muy sensible, a una edad en que no te lo esperas”, prosigue Parrot. “Y su siguiente trabajo, Com ho fa el vent, es una maravilla. Miralles es de los mejores arreglistas que ha tenido Serrat, sobre todo porque su estilo clásico ha hecho que estos discos sean atemporales. Se pueden escuchar sin que te suenen a otra época”.

En efecto, Serrat no parece ser ni mucho menos un producto caducado, sino, por el contrario, un faro vivo y necesario para muchos navegantes de la música actual. “El que se rija hoy por las modas está perdido”, concluye Íñigo Bregel, de Los Estanques. “El arte verdadero no entiende de tiempo ni de espacio. Y esto no solo vale para Serrat, sino para todos”.