Paloma Bravo: “El teatro no es pirateable, igual que la adrenalina de un concierto”

Paloma Bravo es una periodista y escritora madrileña, sus raíces están en el barrio de Chamberí. Allí creció, en el seno de una familia a la que dice agradecer el clima proclive para que desarrollase su amor por la lectura. Eso le ha permitido crear obras como La novia de papá, primero, y La piel de Mica más tarde. Ambas, tras haber sido un éxito de ventas, han sido adaptadas al teatro.

Todo comenzó cuando la acrtiz española residente en Estados Unidos, Clara Asensio, se fijó el ritmo vertiginoso de La Piel de Mica, era una especie de Woody Allen con un toque más femenino. Paloma recibió la llamada de la actriz que le proponíarepresentar su obra en el Off Broadway, en un teatro alternativo de Nueva York fuera de los ciruitos comerciales de Broadway. Así fue su primer contacto con el teatro. Una relación que cristaliza ahora con su segundo estreno, esta vez en España, de La novia de papá, con la que reconoce sentirse nerviosa días antes de su estreno.

La novia de papá es la segunda obra que adapta al teatro. Con La piel de Mica llegó hasta el Off Broadway ¿Cómo ocurrió todo para que acabase allí?La piel de Mica

Fue un proceso diferente. Se llevó al Off Broadway pero yo la adapté porque surgió la oportunidad. Alguien me dijo que me quería producir. Además fue muy rápido. La novela se publicó en mayo y la obra se estreno en Nueva York en octubre.

La productora fue la propia actriz protagonista, Clara Asensio. Ella lo leyó, me llamó y me dijo “esto hay que hacerlo en teatro y vamos a hacerlo”. Y es que es esa la sensación de que el teatro tiene menos esclavitudes que otros sectores, porque es cierto que cuesta dinero poner en marcha una producción, que tienes que conseguir un local, que tienes que tener algo que contar, pero es más libre. No necesitas que intervenga una cadena de televisión o proceso ejecutivos.

¿De dónde surge la idea de adaptar sus novelas al teatro? ¿Es una idea que siempre ha tenido en la cabeza?

Con La obra que estrené en EE.UU., La piel de Mica, no lo había pensado. Y con La novia de papá, que es una obra que había escrito y se publicó antes, siempre pensé que se podía hacer una película o una serie de televisión. Yo siempre he trabajado bastante cerca del mundo del cine y de la tele. De hecho se vendieron los derechos a Ganga Producciones.

El trabajo de periodista es generalmente muy sacrificado ¿De dónde saca tiempo para escribir otras cosas?

Lo saco de la necesidad. La gente que trabajamos en empresas tenemos unos condicionantes y unos jefes. Lo bueno es que al escribir tú no tienes jefe. Haces lo que quieres y eres plenamente responsable de lo que haces y dices. Pero cuando quieres algo que es tuyo, un trabajo sin ningún tipo de cortapisa o condicionante impuesto por nadie, buscas es tiempo de donde sea.

¿Está tan maltratada la cultura española como dicen? ¿Es difícil publicar o estrenar?

Yo creo que publicar no es difícil. Creo que antes era más complicado y ahora hay un montón de mecanismos. Entre la autoedición de Amazon, o los propios editores, que no saben muy bien por donde tirar, de repente se dan el susto de que funciona 50 sombras de Grey y piensan que hay que hacer novela erótica. Si funciona cualquier otra gilipollez, o cualquier otro acierto, porque también triunfan cosas buenas, buscan un mercado por ahí.

Como nadie lee y se venden muchos menos libros que antes, los editores están ampliando el abanico publicando cosas a ver si suena la flauta. Creo que publicar no es difícil, lo que es difícil es que te lean.

Y en cuanto a la cultura maltratada, yo creo que es evidente que sí. Hay dos maltratos, uno el institucional, el IVA al 21% es una aberración. Es un intento, entiendo, de que se consuma menos cultura. No sé si es por el rencor al “No a la guerra”. Y no me importa. Pero es evidente que la cultura ayuda a que los ciudadanos sean más libres y a que tenga un criterio propio, entonces todo el freno que pongas ahí no es desintencionado.

¿La gente en España va al teatro?

Es verdad que se han cerrado salas, pero yo siempre que voy al teatro está lleno. Puede ser que pase un poco parecido que con los conciertos, es de las pocas experiencias que se pueden vivir en directo. El teatro no es pirateable igual que no es pirateable la adrenalina de un concierto. Es verdad Lo que antes hacías con todos los medios ahora lo haces con la mitad de la mitad.

La compañía Primas de Riesgo hizo una campaña para su obra en la que vendía una entrada que a su vez era una revista pornográfica para que el IVA que les cobrasen fuese del 4% en vez del 21%. ¿Usted también se lo ha planteado?

Yo me lo he planteado, sí. Pero vendiendo libros. Lo que pasa es que luego no es tan fácil porque yo creo que hay una parte de la industria cultural a la que le cuesta adaptarse al cambio. Y no es tan fácil poner en marcha iniciativas de ese tipo cuando tienes una estructura más tradicional.

¿A qué otras dificultades se enfrenta al adaptar las obras al teatro?

Cuando adaptamos La piel de Mica en Nueva York, que prácticamente no teníamos tiempo y era todo muy estresante, la directora neoyorquina me decía “la diferencia entre el teatro y la novela es que el personaje no puede contarle al público quien es en el escenario. El público lo tiene que vivir con el protagonista”.

No se puede contar nada, el monólogo interior o el momento en el que desde una novela se puede contar muchas cosas necesarias… Todo eso lo tiene que sentir el público a través del personaje. Tienes que reducirlo todo al diálogo.

Cuando estrenas una obra de teatro ves como el espectador reacciona ¿Es más gratificante el teatro que escribir?

Es muy bonito, por una parte, que unos actores hagan suyo el texto y lo representen. Pero también es verdad que las ventajas de las redes sociales han permitido que al publicar una novela te encuentres con la satisfacción de que hay lectores que te buscan, que te encuentran y te dicen cosas, entonces ahí ya hay una relación directa.

¿De qué habla cuando escribe?

En general escribo de las cosas que nos pasan a todos. A mí me han intentado poner la etiqueta de que soy “una mujer que escribe para mujeres”. Y no, lo que nos pasa a las mujeres les pasa también a los tíos. Yo escribo de lo cotidiano: el amor, la familia y el trabajo. Lo que ocurre también es que en estos tiempos está influyendo mucho lo social. Para mí también son muy importantes los amigos.

También he de decir que invento bastante. Pero lo hago sobre cosas que conozco, que tengo cerca, que entiendo o que quiero entender.

¿Existe la temática de sexos o cree que los sentimientos son universales?

Los sentimientos son universales y creo que son unisex. A mí me gustan las series que no son para mujeres, lo cual no quiere decir que me gusten las series que son para hombres. Pero creo que muchas veces, desde los medios y desde la industria cultural es más fácil poner una etiqueta.

Es evidente que un libro como Bridget Jones no le interesa demasiado a un hombre, pero tampoco me interesa demasiado a mí. Pero los sentimientos y lo cotidiano, que es de lo que escribo, pues si que pienso que es universal.

¿En quién se inspira?

Tuve como una iluminación. De pequeña en el colegio creía que escribir era como hacer frases muy largas con oraciones subordinadas, pero en la adolescencia descubrí los autores norteamericanos y más tarde los ingleses. Entonces vi que los anglosajones son capaces de hacer una frase de sujeto, verbo y predicado sin subordinadas de ningún tipo y transmitirte muchísimo.

Por ejemplo Carver, en un cuento en el que relata la vida de un hombre te está contando en realidad la vida de ese hombre, la de sus vecinos y la tuya. Esa capacidad, desde la síntesis, de hacer una frase muy sencilla en un diálogo y hacerte con ello entender el mundo es lo que más me gusta de los autores anglosajones.

¿Está contenta con el resultado final de su próximo estreno?

A mí me gusta mucho porque es muy callejera, muy gamberra y muy macarra. Además he tenido la oportunidad de actualizarla, porque la obra se escribió en 2009 y la crisis no era tan salvaje y lo que ha pasado en estos últimos años es que de alguna manera la política se nos ha metido en casa y nosotros hemos salido a la calle, eso se refleja en la obra también.

El equipo es muy bueno además. La capacidad que tiene María Castro, que no deja de estar en escena en ningún momento, de pasar por todas las emociones, de la risa al llanto, al cabreo... Es impresionante. Se ha juntado un equipo muy generoso.

Por una parte, María rompe mucho la cuarta pared, intenta hacer al público cómplice de lo que le está pasando, es como su espejo. Además Eva Isanta y Rodrigo Sáez Heredia hacen de varios personajes, y eso le da un ritmo muy trepidante y un valor extra a la obra.

Con experiencia de su obra de teatro anterior podría suponerse que con La novia de papá todo le ha sido mucho más sencillo de organizar...La novia de papá

No te creas. Llevamos trabajando un año y medio hasta que se ha conseguido producir. Porque para mi anterior adaptación, por ejemplo, sólo hacía falta una actriz y lo hicimos todo entre tres personas. Esta nueva obra tiene seis actores, es más comercial y menos arriesgada. Exige una infraestructura que en La piel de Mica no era necesaria.

¿Qué recibimiento espera entonces de la obra?

Yo no sé lo que espera el productor, pero me gustaría que la gente se lo pase bien y entiendan una cosa que a mí me obsesionaba cuando escribí la novela: Los problemas que tienes con los hijos de tu pareja son los mismos problemas que vas a acabar teniendo con tus propios hijos. Toda una lucha de poder.

Quiero que se entienda que es una historia de cualquier familia y un ejercicio de tolerancia. Un ejercicio que consiste en ponerse en el lugar de cada uno de los miembros de la familia. Por otra parte, como es muy bestia y muy irónica, quiero que la gente se atreva a desatar su sentido del humor.