El 74,8 por ciento de los periodistas cede a las presiones ante el “miedo” y las “represalias” a ser despedido o relegado en la asignación de trabajos, principalmente los autónomos, y un 57,2 % de los profesionales de los medios reconoce que se autocensura.
Lo destaca el “Informe anual de la Profesión Periodística 2016” de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), presentado hoy por su presidenta, Victoria Prego, y el presidente de la Comisión de Publicaciones de la APM, David Corral, y que está basado en una encuesta realizada a 1.833 periodistas entre septiembre y octubre de este año.
“La precariedad laboral, el subempleo en los salarios -no bajos, sino ínfimos- atentan directamente contra la libertad de los periodistas de una manera gravísima”, ha resaltado Prego, que ha subrayado que “sin libertad de criterio en la información se atenta contra el derecho del ciudadano a recibir información libre”.
Si en 2012 había un 25,1 % de periodistas que manifestaba no haber sido nunca presionado “para alterar partes significativas de su trabajo”, este año el porcentaje ha descendido en 4 puntos, según la APM, para la que este asunto “empeora año tras año”.
Las presiones sobre el periodista, en general, proceden de personas allegadas a la propiedad o la gestión del medio e incluso no es “infrecuente” que provengan también del ámbito de los profesionales de la comunicación corporativa, según este estudio.
Para el director del informe, Luis Palacio, la “única manera” de combatir las presiones sería que los profesionales no estuvieran en una situación precaria y que las empresas tampoco fueran dependientes respecto a sus fuentes de ingresos.
Fernando González Urbaneja, expresidente de la APM, ha propuesto la creación de un Observatorio de Presiones para profundizar sobre este tema.
El estudio también señala que “se ha detenido” la caída de las plantillas, y que en 2016 el paro entre los periodistas, que afecta mayoritariamente a las mujeres, se ha reducido un 9,1 % respecto a 2015.
Prego ha dicho que “pinta un panorama difícil” pero que “hay una cierta esperanza” por los caminos que se abren debido a las nuevas tecnologías, además de argumentar que quizá “no se pueden perder más”.
De hecho, entre los 27.300 trabajadores que se fueron al paro en 2013 y los 27.100 en 2014 (último año con datos completos), se produjo un descenso del 0,7 % pues en años anteriores ese porcentaje llegó al 11 % (2012) y 6 % (2013).
El 26,8 % de los profesionales que trabajan en periodismo y que contestaron a la encuesta son autónomos, dato que en 2015 era de 25,6 %, y el 35,6 % de los autónomos trabajan para una sola empresa.
Se incluye por primera vez información sobre fotógrafos y camarógrafos, ya que han participado en la encuesta, y se desprende que el 63,9 % trabaja como autónomos.
En cuanto a los salarios, la APM ha detectado en su estudio que hay una “diferencia elevada” entre lo que cobran los autónomos y los contratados, ya sean redactores, fotógrafos, cámaras y trabajadores de la comunicación.
En el caso de los que cobran menos de 1.000 euros al mes, el porcentaje de autónomos cuadruplica el de contratados.
Y el porcentaje de las mujeres es más alto en los niveles salariales por debajo de los 2.000 euros al mes, y descienden por encima de esa cantidad.
Prego también se ha referido a los gabinetes de comunicación de las empresas señalando que crecen “manifiestamente”.
El estudio detecta que el 60 % de los profesionales se dedica al periodismo y un 40 % a la comunicación corporativa, cifra que invierte la tendencia alcista que se daba desde 2013.
Luis Palacio ha comentado que la profesión periodística mantiene sus principios como la búsqueda de la verdad, la lealtad con el publico o la verificación de la información, pero “todo lo demás ha cambiado” y debe haber una “reestructuración del sector”.
Por ello, se ha incluido un capítulo dedicado a los nuevos perfiles y funciones en las redacciones por la digitalización ya que “la información se distribuye de otra forma porque los receptores disponen de nuevos canales y terminales”.