Teddy Bautista vuelve a la SGAE. Después de salir de la entidad de derechos de autor en aquellos infaustos días de julio de 2011 de la Operación Saga, en la que fue detenido y que acabó con su reinado de 34 años, regresa porque ha sido premiado. La asociación Musicaem, que engloba a autores de música para televisión, le concederá este jueves el Premio de Honor por su trayectoria musical en unos galardones que ellos mismos crearon el año pasado –premios Apolo- y que serán entregados en la sala Manuel de Falla de la Sociedad General de Autores.
La entidad se ha desentendido de estos galardones, de este premio a Bautista y de la propia Musicaem. Sin embargo, la imagen de Bautista relacionada con una asociación en la que algunos de sus miembros forman parte de la ejecutiva de la SGAE , y que además, defendieron en junio del pasado año la famosa rueda de las televisiones por las que hubo hasta 18 detenidos –el juez Ismael Moreno amplió el número de investigados a 33 en octubre-, no es muy halagüeña. Bautista se enfrenta en estos momentos a siete años de cárcel tras la apertura del juicio oral por el caso SGAE, en el que se le investiga por desvío de fondos.
Musicaem, según indica en su propia web, ya que no hay más información al respecto y tampoco se facilita ningún número de teléfono y no ha sido posible establecer contacto con ellos, es una asociación independiente presentada a principios de 2014, tal y como señalan en su blog. Se definen como “una plataforma creada desde la necesidad urgente de reaccionar ante la alarmante fractura y división del Colegio de Pequeño Derecho y, en general, de todos los autores de música”, debido a las “descargas ilegales, salas de conciertos y estudios de grabación que se ven obligadas a cerrar, contratos editoriales de por vida, el injusto IVA cultural, la crisis económica, y sobre todo el desprestigio que desde hace algunos años sufrimos a consecuencia de la lamentable imagen proyectada por los escándalos continuos de los administradores de SGAE. Desprestigio del cual se benefician otros colectivos sin ningún tipo de escrúpulo”. Un desprestigio que poco parecen relacionar con los años de Bautista.
En su junta directiva figuran nombres como el compositor sinfónico y de audiovisuales, Carlos Duque (presidente), el autor y compositor Juan Fernández de Valderrama (vicepresidente), y el compositor Juan Carmona (secretario). Este último también está en la directiva de la SGAE, como la hermana de Fernández de Valderrama, Mónica, con la que formó el grupo musical Materia Prima. Tanto Duque como Carmona defendieron la famosa rueda de las televisiones, ya que, según ellos, servía para que muchos compositores pudieran ganarse la vida y que no siempre fueran las multinacionales de música las grandes beneficiadas. Juan Fernández de Valderrama es, además, uno de los investigados por este asunto.
La polémica rueda de las televisiones
La polémica de la rueda saltó en 2013 denunciada por quien fuera el presidente entonces de la SGAE, Antón Reixa. Según explicó el líder de Os resentidos y volvió a señalar en una entrevista realizada por eldiario.es en junio de este año, cuando la policía nacional entró en la entidad como parte de la investigación, la rueda consistía en un complejo entramado por el cual una serie de intermediarios producían minutos musicales que vendían a las televisiones. Estos intermediarios cedían a la editorial de cada cadena el 50% de lo que se llama el derecho editorial y del otro 50%, que habitualmente va para el autor, una parte se lo quedaban ellos mismos y lo registraban a su nombre. Era música que se emitía en horarios de madrugada y que podía generar beneficios para estos autores mucho más altos que los que obtenían cantantes más exitosos. El asunto del fraude estribaba en que, según la investigación, esta música creada para las franjas de madrugada consistía en pequeños arreglos a las sinfonías más conocidas, incluso temas clásicos sin derechos de autor, que se registraban como nuevas para generar derechos. Y aquello, según Reixa, podría haber movido hasta 50 millones de euros destinados a unos pocos autores que se beneficiaban de ello.
En julio, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual dictó un laudo para regular esta rueda y que fijaba un límite en los derechos de autor que se repartían a partir de la música emitida en la franja nocturna.
Sin embargo, el asunto es uno de los que más escuece todavía en la entidad, puesto que ha abierto bandos y disputas entre los que sostienen que discrimina a unos autores y los que manifiestan que acabar con ella sólo daría más beneficios a las majors, entre los que se encuentran miembros de Musicaem. Preguntado por esta asociación, Reixa ha afirmado en declaraciones a eldiario.es no conocer ni siquiera la asociación ni la relación de sus miembros con la rueda. “Yo ya dije todo lo que tenía que decir de la rueda, porque creo que actué en conciencia”, ha señalado.
El año pasado, el premio Apolo de Honor recayó en el recientemente fallecido Jesús Glück, compositor que reconoció que “el 99% estamos ahí [en la franja nocturna] porque no hay otro sitio, ni conciertos en la televisión, ni galas; el único sitio donde oyes música es ahí”. El asunto aún está en plena investigación, un momento en el que quizá la trinidad Bautista, rueda y SGAE no sea la mejor fotografía.