Julian Assange: “Ahora tenemos superpoderes”

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Julian Assange lleva cuatro años encerrado en la embajada de Ecuador en Londres. Primero fueron a por él, aunque no fue el único. Los casos de Lauri Love, Edward Snowden o Chelsea Manning, entre otros, son solo algunos ejemplos de ciudadanos perseguidos por ir contra el establishment. A todos ellos el gobierno de EEUU ya les intentó capturar en el pasado del mismo modo que a Assange. Este domingo, eldiario.es ha celebrado un debate-coloquio en el que la figura del fundador de Wikileaks ha ocupado un papel central y ha servido de vehículo conductor para explicar, además de otros temas, cómo la defensa de los Derechos Humanos no es algo reservado únicamente a las altas instancias o a los entes oficiales. “No hay que quedarse sentado en el sillón”, reiteraba una y otra vez el juez Baltasar Garzón, animando al público congregado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid a denunciar las irregularidades que comprueben en su día a día.

Tras la presentación del director de eldiario.es, Ignacio Escolar, la periodista y presidenta de la Plataforma en Defensa de la Libertad de la Información, Virginia Pérez Alonso, tomó la palabra. “Ojo con lo que tuiteamos”, advertía. Su intervención giró en torno a la Ley Mordaza y los límites de la libertad de expresión. La presidenta de la PDLI también se centró en el recorte de libertades que ha sufrido la Red en los últimos años. “La Ley de Seguridad Ciudadana tiene una indefinición en la redacción que hace muy difícil su interpretación”, aseguraba, y continuó poniendo varios ejemplos de cómo precisamente este cercenamiento ha llevado a muchos ciudadanos en nuestro país cara a cara con la justicia.

A continuación fue el turno de Ana Garrido, que explicó cómo denunció un caso de corrupción en su municipio, Boadilla del Monte. Fue ahí cuando comenzó su calvario: denuncias, persecuciones y amenazas de muerte se volvieron una constantes en su vida. “He llegado a ser okupa”, explicaba. Garrido vio cómo su alrededor se desmoronó por llevar ante los tribunales hace siete años el caso Gürtel en su localidad. Le costó, demandas aparte, la renuncia a su puesto de trabajo. “Somos cientos de personas las que hemos denunciado corrupción en España”. Su caso llamó la atención de la gente en Internet, que rápidamente montó un crowdfunding, para ayudarla. Nació así la Plataforma por la Honestidad: “Pedimos que el anonimato en la denuncia sea real”, denunciaba la exempleada del ayuntamiento de Boadilla. “Al final recurrimos a entidades como filtra.la o eldiario.es, que tienen sistemas de encriptación”.

Garrido continuó explicando más demandas de la plataforma: “También pedimos blindaje laboral, ya que son procesos muy largos”. Cuenta que ha recibido amenazas de muerte y persecuciones continuas desde que se convirtió en testigo protegida del caso Gürtel, y es que “te cambia todo”. Desde la Plataforma demandan asistencia psicológica. “Queremos que haya cobertura no solo para el que filtra sino también para el que publica la información, porque si no está vendido”. Ana Garrido terminaba su intervención mencionando que, en Japón, hay una fiscalía especializada en defender a los denunciantes de corrupción. Aunque en España existe la figura del protector de delitos y testigos, “no cumplimos los requisitos”, sentenció.

Baltasar Garzón coordina la defensa de Wikileaks y Julian Assange. “La situación jurídica es complicada, los tres actores en juego no están en modo alguno por dar una solución que pase por conceder el derecho de asilo”, comenzaba el juez su intervención. Garzón se refería a los tres países que han llevado a Assange ante la justicia: Reino Unido, EEUU y Suecia. “Consideran que afecta a la seguridad nacional”, explicaba. Garzón también tuvo palabras para explicar el caso de Chelsea Manning, el whistleblower acusado de proporcionar las pruebas a Wikileaks y condenado a 35 años de cárcel. Se visibilizaron de esa manera las violaciones sistemáticas de Derechos Humanos, multitud de crímenes y casos de corrupción, la mayoría durante la etapa de George Bush.

“Julian no ha hecho nada. Salió con autorización y volvió. Luego ocurrió algo que no sabemos bien qué es: la policía sueca llamó y pidió a las mujeres que declarasen. Esa fue la vía para denunciar a Assange por Wikileaks”, explicaba Garzón, que no dudó en considerar el caso como “una persecución política claramente delimitada”. Y es que Assange ni siquiera tiene acceso a asistencia médica. “Tiene el hombro izquierdo prácticamente paralizado”, informaba el juez. “Estamos en una situación de clara tortura”. Pero también tiene motivos para la esperanza “nos dio un subidón el resultado del informe del Working Group”.

Julian Assange entra en escena

Puntual a su cita, Julian Assange entró a las 21:30 desde Londres al auditorio del Círculo de Bellas Artes de Madrid. No solo España, Nueva York, Quito, Berlín y París también conectaron en directo con el fundador de Wikileaks. “Es increíble ver todo este apoyo para mí, para Wikileaks, para todos los que luchamos juntos”, saludaba Assange. “He estado detenido sin cargos desde 2012, pero hay alguna que otra consolación y ciertas carencias”, dijo. El australiano quiso hacer partícipe a todo el público de su causa hablando sobre el súper poder de la acusación: “Esto es maravilloso. Tenéis superpoderes, superpoderes para acusar”.

Assange también dedicó parte de su intervención a recordar a Chelsea Manning y otros activistas, como Lauri Love o Edward Snowden. “Es un sueño tan romántico el de educar al mundo en principios verdaderos y en la verdad, para así poder cambiarlo... Así es el conocimiento moderno”, continuaba. La parte final de los nueve minutos en los que Assange conquistó a cinco ciudades se la dedicó Ecuador. “Nada de esto podría haber sido posible sin Rafael Correa y Ecuador, un país de 40 millones de personas. Tampoco sin Vivienne Westwood. Gracias, de verdad. Os quiero”, concluyó.

Assange sorprendió al auditorio con Guillame Long, el ministro de Exteriores de Ecuador. “Ha venido a visitarme”, dijo riéndose. Long comenzó su intervención recordando que “hace cuatro años, en un día como este, Julian Assange solicitaba asilo en Ecuador”. También se mostró duro con los tres países que mantienen la acusación contra Assange: “Cuatro años son muchos. Pongamos fin a esto”, sentenció.

Una vez terminada la emisión desde las islas británica, le tocó el turno al último de los ponentes, el periodista Luis Martín. “La transparencia, la libertad de prensa y los DDHH son elementos fundamentales, pero igualmente frágiles”, decía uno de los fundadores, junto a Yanis Varoufakis, de DIEM25. También explicó cómo funciona la organización presentada el pasado febrero por el exministro de economía griego: “Pedimos que verdaderamente salvaguarden estos derechos y libertades”, explicaba. DIEM25 pretende restaurar la democracia y la transparencia a Europa para que así “la presión política disminuya”, gracias a una “alianza paneuropea”.

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