Madrid, 30 oct (EFE).- Ni un Rayden capaz de llenar el Wizink Center ni una Rigoberta Bandini con un himno en plena ebullición. La selección de Benidorm Fest presentará en 2023 un cartel plagado de artistas que aún buscan su hueco en la música entre voces críticas que se preguntan: ¿Qué fue del supuesto efecto llamada de 2022?
La primera edición de este gran proceso de elección del representante de RTVE en Eurovisión creado el año pasado para seducir a otro tipo de talento musical, más diverso, y mejorar los malos resultados de España en la última década en dicho festival superó todas las expectativas.
Para empezar por el plantel de aspirantes. El ente público se había esmerado con una escenificación de este nuevo proceso apelando al espíritu del viejo Festival de Benidorm que había encumbrado a Julio Iglesias o Raphael y se habló asimismo del reputado Festival de San Remo como uno de sus modelos a seguir.
“Allí descubres la canción y, después, al artista, pero lo que prima es la canción, no las hechuras, y eso hace que pueda convivir y subsistir fuera de lo que tiene que ver con Eurovisión”, alegó Rayden en una charla con EFE sobre las razones que le habían llevado a apuntarse al primer Benidorm Fest.
Pocos habrían imaginado que un músico de su perfil, vinculado a la escena urbana y con una carrera en curso que solo unas semanas antes le había permitido llenar el Wizink Center de Madrid, hubiese querido asociarse con el concurso europeo de canciones, menos con una preselección en la que no se le aseguraba nada pero que sí se ponía en riesgo.
“Me gusta jugar”, alegó sobre esta apuesta que le salió bien en cuanto a incremento de reproducciones. También al resto de participantes, muchos con una posición igualmente consolidada en los diversos niveles de esta industria, véase los “indies” Javiera Mena, Varry Brava o Rigoberta Bandini, que llegó con una gira cerrada para el verano de 2022 merced a “hits” como “Perra” o “In Spain We Call It Soledad”.
Para el presidente de Sony Music España, José María Barbat, había que aprender de lo que pasó con ella, “de todo lo que puedes conseguir aunque no salgas elegido”. A su modo de ver, la catalana “fue la auténtica ganadora”, porque además de “Ay Mamá” (35 millones de escuchas), el resto de su catálogo se contagió de esa viralidad.
“Benidorm Fest me ayudó como plataforma a entrar en las casas de la gente y a visibilizarme, con reproducciones y números”, declaró ella sobre los beneficios de su participación con “Ay Mamá”, propulsada a un final de gira estos días con no una, sino dos fechas en el Wizink Center de Madrid ante 10.000 personas cada una.
ANTES LAS CANCIONES QUE LOS NOMBRES.
A varias semanas aún de conocer las canciones de 2023, las voces más críticas del mundo eurofán lamentan que el conjunto de los intérpretes elegidos esta vez recuerda más a las viejas preselecciones españolas, en cuanto último tranvía para resucitar carreras en estado de coma o plataforma de despegue para músicos muy noveles sin apenas experiencia.
¿Por qué la nómina de participantes parece tan exigua en figuras con la misma repercusión musical de 2022? ¿Han vuelto a huir los “artistas con nombre” de Benidorm Fest? ¿Y los más alternativos?
“Nos quedamos muchos en la cola, pero ha vuelto el más puro 'mainstream' de toda la vida”, protestó en Twitter Rocío Sáiz, música de recorrido como miembro de Las Chillers o Monterrosa, ahora en solitario, y locutora de Radio 3 en el programa “Que parezca un accidente”.
La propia RTVE confirmó que, entre los 876 artistas que optaron a una plaza de Benidorm Fest 2023, se apreciababa “una participación más activa” de discográficas y una mayor profesionalización.
EFE ha podido corroborar de fuentes internas de algunas de las principales multinacionales que sí, que esos nombres más conocidos están en la lista pero que no pasaron el corte. También que, pese a los números de 2022, sigue habiendo resistencia a asociarse con la marca Eurovisión.
En cuanto al comité responsable de la selección, la consigna este año parece haber sido priorizar la calidad de las canciones sobre la parte nominal de las mismas, así como la diversidad de géneros. Desde RTVE se insiste de puertas para dentro que el nivel es muy alto este año.
A favor de esa postura, el hecho de que la ganadora de la primera edición, Chanel, era una perfecta desconocida que adelantó a todos sus rivales por la derecha con “SloMo”, también en Eurovisión, donde concluyó en tercer lugar, convirtiéndose de la noche a la mañana en una estrella con discográfico con Sony Music.
Más de 3 millones de personas siguieron la final de Benidorm Fest 2022, en parte por el factor territorial (Galicia se volcó con una propuesta de gran calado folclórico como Tanxugueiras), en parte por el perfil de los participantes, que atrajo hacia el área eurovisiva a público que no es gran seguidora del festival.
“Es cierto que Benidorm Fest todavía no es una marca asentada y que apostar por un cartel sin artistas mediáticos conlleva un riesgo. (...) En este contexto, el impacto y atención en televisión en 2023 dependerá en gran medida de que TVE realice una campaña promocional intensa”, opina Laura Pérez, redactora del portal Vertele y experta en la cobertura eurovisiva.
Coincide con ella Juanma Fernández, responsable del portal Bluper y experto en información del festival, que extiende el éxito de este al trabajo que hagan los propios artistas.
“Creo que sí va a haber expectación por ese tercer puesto de una artista que tampoco era conocida. La clave estará en cómo se vendan las candidaturas de cara a febrero para que lleguen viralizadas; ahí hay un par de nombres como Aritz Arén o Sofía Martín que utilizan muy bien redes sociales como Tik Tok”, señala confiado en el éxito de Benidorm Fest 2023.
Javier Herrero