El escritor asturiano Ricardo Menéndez Salmón ha ganado hoy el Premio Biblioteca Breve 2016, dotado con 30.000 euros, con su novela distópica “El Sistema”, una obra simbólica cargada de metáforas y ambientada en un futuro apocalíptico.
El jurado ha estado compuesto por José Manuel Caballero Bonald, Pere Gimferrer, Manuel Longares, Elena Ramírez y Clara Usón, quienes han seleccionado “por unanimidad” la obra de Menéndez Salmón, que se había presentado bajo el seudónimo de Juan María Brausen.
“El Sistema”, que estará en las librerías el 1 de marzo, es la plasmación de una distopía, ubicada en una época futura llamada Historia Nueva, en la que nuestro mundo se ha convertido en un archipiélago donde conviven dos fuerzas: los Propios, súbditos de las islas, y los Ajenos, personas extrañas, residuos que las disputas ideológicas y económicas han purgado.
La acción de la novela ganadora del Biblioteca Breve comienza en una de las islas del archipiélago, llamada Realidad, que acoge una Estación Meteorológica en la que vive el Narrador, encargado de la vigilancia, protagonista principal y voz que guía al lector durante tres cuartas partes de la novela.
El arranque de la historia coincide con la noticia de que el Sistema empieza a desmembrarse, de que fuerzas Ajenas intentan penetrar en él y conducirlo al colapso.
Para Menéndez Salmón, no es casualidad que el protagonista de “El Sistema” carezca de nombre propio, ni tampoco es casual el despliegue de puntos de vista que el Narrador adopta: “La novela está narrada en primera, segunda y tercera persona del singular, para terminar con una voz omnisciente”.
Este libro propone “una lectura de todos los temas que tenemos sobre la mesa en nuestra sociedad, como la identidad, nuestra necesidad de definirnos en relación a otros; y la cuestión de hacia dónde vamos como especie, hasta el punto de que se llega a plantear la posibilidad de una evolución hacia un tiempo poshumano, ya no sólo de final de época, de ciclo”.
“El Sistema”, añade el escritor asturiano, se pregunta abiertamente “hacia dónde nos dirigimos como colectividad, hacia donde se dirigen los frutos de nuestra cultura, de nuestros sistemas políticos, éticos, para juzgarnos y proponer la posibilidad de un mundo más allá de lo humano”.
Tampoco es gratuito que la isla del Narrador se llame Realidad, pues ésta es “la palabra más importante para todo novelista, pero al mismo tiempo, la más sospechosa”.
En nombre del jurado, la editora Elena Ramírez ha señalado que se trata de “una novela de ideas, de enorme ambición literaria que abre nuevos caminos en la literatura contemporánea”.
Combinando lo íntimo con lo político, la privacidad con la Historia, la novela se asoma a múltiples formas narrativas: lo distópico, la alegoría, la política-ficción, la pesquisa ideológica, la investigación metafísica, el relato de terror y la lectura apocalíptica“.
En sus páginas, continúa el jurado, tienen cabida asuntos centrales que nos preocupan desde el cambio de siglo, “caso del miedo al otro, la obsesión por la identidad, la búsqueda constante y a menudo desesperada de un relato que nos permita interpretar la complejidad del mundo, e incluso la posibilidad de un tiempo poshumano”.
“Con 'El Sistema' he añadido -ha confesado- al placer de la creación de los personajes y de la trama el placer de la creación de un espacio ficcional único: un mundo dentro del mundo”.
Desde Ballard, DeLillo, Houellebecq a Borges, Kafka, Lem o Foucault y Orwell son algunas de las influencias literarias que Menéndez Salmón ha barajado en esta novela, en la que no faltan referentes artísticos como el lienzo “La lección de anatomía del doctor Tulp”, de Rembrandt, que “en la novela se convierte en una suerte de aleph para su protagonista, el Narrador”.
A éstos suma sus cinco escritores españoles de cabecera: Miguel Espinosa, además de otros cuatro ganadores del Biblioteca Breve, que han marcado su evolución, García Hortelano, Benet, Marsé y Caballero Bonald.