Hay varios casos de destrucción del patrimonio “denunciados pero no confirmados”. El presidente de The Blue Shield (Escudo Azul) es Peter G. Stone y cuenta a elDiario.es que necesitan enviar una misión a Ucrania “lo antes posible para verificar estas afirmaciones lo más rápido posible para que no se pierdan pruebas importantes”. La organización no gubernamental internacional, independiente y neutral fue creada en 1996 para ayudar a proteger los bienes culturales en caso de conflicto armado. The Blue Shield no tiene personas trabajando en Ucrania. Es una organización compuesta por voluntarios que se dedica a garantizar que todas las partes en un conflicto armado “tomen todas las precauciones posibles” al amparo de la Convención de La Haya de 1954.
Su presidente adelanta que están preparando un equipo para que visite Ucrania en cuando acabe el conflicto para recopilar información sobre daños y destrucción de bienes culturales. “Suponiendo que nos permitan el acceso”, matiza Peter G. Stone. Por su parte, la UNESCO trabaja con las autoridades ucranianas señalando desde este fin de semana los lugares y monumentos culturales con el emblema “Escudo Azul”, con el fin de evitar daños deliberados o accidentales.
El pasado dos de marzo, tal y como ha podido saber este periódico, su presidente escribió al ministro de Cultura de la Federación Rusa, Anton Kuznetsov, para recordarle que el ejército ruso está obligado a respetar el patrimonio cultural. La Federación Rusa ha firmado la Convención de La Haya de 1954, que especifica (en su protocolo primero) la protección de bienes culturales en caso de conflicto. El artículo uno de este tratado aclara que todas las fuerzas de la Federación Rusa que combaten en Ucrania actuarán en estricto cumplimiento de sus responsabilidades para salvaguardar y respetar todos los bienes culturales de Ucrania. Además, debería haber tomado todas las medidas factibles para identificar y proteger todos los bienes antes y durante la invasión de Ucrania.
También es Estado parte de la Convención de Patrimonio Mundial de 1972, en la que se protegen los sitios del Patrimonio Mundial inscritos en la famosa y preciada lista de Unesco. Estos hitos se reconocen como de “valor universal excepcional” para toda la humanidad. En virtud a estos compromisos adquiridos por Rusia, el ejército de Putin está obligado, como el resto de Estados firmantes, a no emprender ninguna acción que dañe el patrimonio mundial en su propio territorio o en el de otros Estados. Eso quiere decir que ninguna institución cultural (museos, bibliotecas o archivos), sitios o monumentos, edificios históricos o religiosos serán atacados por las tropas rusas. ¿Hay sanciones por la violación contra el patrimonio? La Convención de La Haya no contiene la lista de delitos punibles. La elaboración y adopción de sanciones concretas es cosa de cada Estado parte.
Objetivo: patrimonio
El presidente de Blue Shield ha sido contundente con el ministro de Cultura de Rusia: “Llamo la atención en particular sobre el sitio del Patrimonio Mundial en Kiev, la catedral de santa Sofía y los edificios monásticos relacionados (Pechersk Lavra), que corre grave riesgo de sufrir daños por los ataques de la Federación Rusa contra la ciudad”.
¿Por qué cree que la catedral corre peligro? “Está en riesgo si las tropas de la Federación Rusa bombardea Kiev sin el debido cuidado y consideración. Es poco probable, aunque no imposible, que sea un objetivo específico”, responde a este periódico Peter G. Stone. Sin embargo, en una guerra como esta ningún bien cultural está a salvo: “Todo el patrimonio está en riesgo por los llamados daños-destrucción ”colaterales“. Ya hay denuncias de ataques intencionales contra el patrimonio cultural, pero aún no se han verificado de forma independiente. The Blue Shield ha identificado las amenazas para el patrimonio durante el conflicto armado”, indica en referencia a los sitios de Ucrania incluidos en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Stone ha recordado por escrito al ministro de Cultura ruso que ninguna colección cultural puede ser trasladada de sus ubicaciones actuales a ubicaciones en la Federación Rusa. El peligro de expolio es evidente en una guerra. Por último, reclama todo el apoyo y protección necesarios a las autoridades ucranianas para ayudar a salvaguardar todos los bienes culturales de Ucrania. Ha pasado una semana desde que escribiera la carta y, tal y como indica Stone a este periódico, todavía no ha recibido respuesta de Anton Kuznetsov.
Patrimonio destruido
Los mecanismos formales de protección del patrimonio mencionados parecen haberse lesionado. El ministro de Cultura de Ucrania ha hecho público un primer listado de bienes destruidos por el ejército ruso: el extraordinario edificio de la Sociedad Filarmónica de Kharkiv ha resultado dañado; el museo de Ivankin (cerca de Kiev), donde se guardaba una importante cantidad de pinturas de Maria Prymachenko, ha sido destruido; la iglesia de Kharkiv, dañada; la iglesia de la Ascensión en Bobryk (en la región de Kiev), destruida. En redes han aparecido otras iglesias agredidas como una ortodoxa cercana a Zhytomyr, construida en 1862, otra ortodoxa en la población de Vyazivka (región de Zhytomyr) y la de San Jorge, en el distrito de Brovary (Kiev), de 1873.
Ante la escalada de agresiones al patrimonio cultural, el presidente de la organización The Blue Shield ha enviado al presidente del Comité para la Protección de Bienes Culturales de la UNESCO una lista de bienes culturales en Ucrania. Recomienda que los hitos señalados se añadan “inmediatamente” a la lista de bienes culturales bajo protección reforzada según el protocolo de 1999 de la Convención de la Haya de 1954. “Para que estos lugares figuren en la lista es necesario que el Ministerio de Defensa de Ucrania confirme que no se utilizan con fines militares, ni que su inscripción serviría para proteger los sitios que se utilizan con fines militares”, explica Stone.
Precisamente la UNESCO ha alzado la voz por primera vez. Dice que está “gravemente preocupada” por las amenazas al patrimonio cultural ucraniano, después de que la invasión haya obligado al desplazamiento a dos millones de personas. La organización internacional asegura que ha hecho una evaluación de daños este martes y muestra su preocupación por los daños causados en las ciudades de Kharkiv y Chernihiv, que cuentan con sitios en la “lista provisional” para su posible nominación al estado del Patrimonio Mundial. “Debemos salvaguardar el patrimonio cultural en Ucrania como testimonio del pasado y como base para la paz y la cohesión en el futuro. La comunidad internacional debe protegerlo y preservarlo”, ha declarado Audrey Azoulay, directora General de la UNESCO.
Bienes bajo vigilancia
La UNESCO, en colaboración con el UNITAR (Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación), también está analizando las imágenes de satélite de los lugares prioritarios, en riesgo o ya afectados. Así evalúan los daños. “Hasta la fecha una docena de sitios prioritarios ya están cubiertos por este sistema de vigilancia, incluidos los sitios de la lista de Patrimonio Mundial”, indica Lazare Eloundou Assomo, director del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en Zonas en Conflicto (ALIPH) ha destinado una dotación inicial de dos millones de dólares para la protección de emergencia del patrimonio ucraniano y sus profesionales. “Muchos sitios, monumentos y museos han resultado dañados. Este conflicto genera serias preocupaciones sobre sus consecuencias para todo el patrimonio de Ucrania”, indican desde el organismo, que se define como una herramienta útil, concreta y ágil para proteger el patrimonio. “Es una carrera contra el tiempo”, añaden.