Inmóviles en la postura en la que los encontró la muerte. Sepultados un día de agosto –octubre, quizá– del año 79. Desde su hallazgo en el siglo XVIII, los restos de los ciudadanos de Pompeya, 'congelados' en ceniza volcánica, han fascinado a la Humanidad, precisamente por su rotunda humanidad: son nosotros. Hoy sabemos que uno de ellos tenía problemas de espalda y que seguramente superó una tuberculosis. La revista Nature informa este jueves de la secuenciación completa, por primera vez en la historia, del genoma de un pompeyano fallecido por la erupción del Vesubio, hace 1.943 años.
El genoma de un individuo está formado por genes, segmentos de información de la cadena de ADN (que es una molécula formada por esas 'letras químicas' que determinan ciertas características físicas de ese individuo y su desarrollo). Secuenciar el genoma es colocar esas letras químicas en el orden correcto. En las células que componen cualquier organismo, el ADN se encuentra en el núcleo y en las mitocondrias, un órgano de la célula. Mientras que el ADN nuclear lo heredamos de nuestro padre y nuestra madre; el ADN mitocondrial, generalmente, se hereda únicamente de la madre.
No es la primera vez que estos genetistas arqueólogos se adentran en Pompeya, pero hasta ahora sólo habían logrado secuenciar tramos cortos de ADN mitocondrial de restos humanos y de animales. El investigador Gabriele Scorrano y sus colegas de las universidades de Copenhague (Dinamarca) y Salento (Italia) examinaron los restos de dos individuos encontrados en la llamada 'Casa del Fabbro' (Casa del Herrero) y extrajeron su ADN.
La forma, la estructura y la longitud de los esqueletos, colocados en posturas inquietantemente familiares, indicaron que uno de los restos pertenecía a un hombre que tenía entre 35 y 40 años en el momento de su muerte, mientras que el otro conjunto de restos pertenecía a una mujer de más de 50 años, según indican en una nota de prensa.
Lagunas en las secuencias de los restos de la mujer
Aunque los autores lograron extraer y secuenciar el ADN antiguo de ambos individuos, sólo pudieron secuenciar el genoma completo de los restos del hombre debido a las lagunas en las secuencias obtenidas de los restos de la mujer.
Las comparaciones del ADN del hombre con el de otros 1.030 individuos antiguos y 471 modernos de Eurasia occidental sugieren que su ADN era el más parecido al de los italianos centrales actuales y al de otros individuos que vivieron durante la época imperial romana en lo que hoy es Italia.
Sin embargo, los análisis del ADN mitocondrial y del cromosoma Y –presente únicamente en individuos masculinos– también identificaron grupos de genes que se encuentran comúnmente en los habitantes de la isla de Cerdeña. Esto indicaría altos niveles de diversidad genética en toda la península itálica durante esta época.
Lesiones en vértebras y bacterias
Los análisis adicionales del esqueleto y el ADN del individuo masculino identificaron lesiones en una de las vértebras y secuencias de ADN que suelen encontrarse en Mycobacterium, un género de bacterias al que pertenece la causante de la tuberculosis. Esto sugiere que el individuo podría haber estado afectado por esa enfermedad infecciosa antes de su muerte.
Los autores creen que si han podido recuperar con éxito el ADN antiguo de los restos del individuo masculino, se debe a que los materiales liberados por el volcán durante la erupción –los llamados piroclastos– han proporcionado una protección contra los factores ambientales que degradan el ADN, como el oxígeno atmosférico.
Los hallazgos, señala el comunicado de prensa, demuestran la posibilidad de recuperar ADN antiguo de los restos humanos de Pompeya y proporcionan más información sobre la historia genética y la vida de esta población.