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Por qué Taylor Swift sí puede influir en las elecciones de EEUU

Taylor Swift, en el concierto que dio en Louisiana el 25 de octubre

Laura García Higueras

3 de noviembre de 2024 23:31 h

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11 de septiembre de 2024. Minutos después de que terminara el debate presidencial de Estados Unidos, Taylor Swift publicó el siguiente mensaje en Instagram. “Votaré por Kamala Harris porque lucha por los derechos y las causas que necesitan a alguien que los defienda”. Un día después, reiteró su apoyo a la candidata del Partido Demócrata en los premios MTV VMA –en los que se coronó con siete galardones–, y animó a la población estadounidense a que se movilizara de cara a los comicios del próximo 5 de noviembre. “Si tienes 19 años, por favor regístrate para votar. Es una elección importante”, reclamó.

La CBS informó de que el efecto de sus palabras había sido inmediato: el registro aumentó un “400% o 500%”, lo cual se traducía “entre 9.000 y 10.000 personas por hora”, cuando no se habían alcanzado las 48 desde que se postulara públicamente. No era la primera vez que el apoyo de la estrella internacional empujaba a la participación. En 2018, 65.000 personas se inscribieron en un solo día después de que la artista anunciara en su cuenta de Instagram que votaría por los candidatos demócratas en las elecciones legislativas de medio mandato que se celebraron el 9 de octubre de aquel año.

Ahora bien, Swift no es la única –ni ha sido la primera ni será la última– celebrity en postularse públicamente en unas elecciones. Y lo hacen usando distintos altavoces; ya sea en forma de post en redes sociales, discursos en galas y conciertos, o con actuaciones dentro de los propios actos de campaña (como es el caso de Mumford & Sons y Gracie Adams en el mitin de Harris en Wisconsin la semana pasada).

“La gente no debería tener miedo a expresar sus opiniones. La vicepresidenta apoya un futuro para este país en el que estas libertades y muchas otras se defiendan y protejan”, pronunció igualmente el rapero Eminem en un mitin de Barack Obama hace diez días. “Una victoria de Trump serían cuatro años más de mierda. Siempre seré estadounidense antes que republicano. Por eso, esta semana, voy a votar a Kamala Harris y a Tim Waltz”, alertó el actor y exgobernador republicano de California Arnold Schwarzenegger en X el jueves.

Hasta Mariah Carey se ha pronunciado, transformando su tradicional bienvenida a la Navidad con su archiconocido All I Want For Christmas Is You por un vídeo en el que la actriz Kerry Washington interviene para recordar que todavía no es tiempo de recibir los regalos de Papá Noel, sino de “votar”.

Billie Eilish, Ariana Grande, Jennifer Anniston, Bruce Springsten, Spike Lee, Jennifer López, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Stevie Wonder, Beyoncé, Demi Lovato, Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Anne Hataway, Sigourney Weaver, Barbra Streisand y Robert de Niro son otras de las figuras que engrosan la lista de soporte a Harris. También Rufus Wainwright, que calificó de “colmo de la blasfemia” el uso de Trump de Hallelujah durante uno de sus actos de campaña, sin su permiso ni el de los representantes de la herencia del compositor del tema, Leonard Cohen.

En la contraparte se sitúan otros nombres como Mel Gibson o Clint Eastwood, que se han postulado en favor del expresidente. Constatadas sus opiniones, la gran incógnita es saber si sus opiniones tienen realmente el poder de marcar el devenir de los resultados electorales.

Los “atajos” para elegir el voto

El politólogo Lluís Orriols explica a elDiario.es que, “en términos generales”, la ciudadanía “no se forma opiniones sobre qué políticas o candidatos son los buenos solamente mirando los programas o informándose exhaustivamente, sino que buscan atajos. Fuentes fiables que les digan qué opinar”. “Igual que cuando quieres comprar un coche preguntas a alguien que sepa de coches. Y lo mismo con los ordenadores. Esto hace que los endorsements [estrategia de comunicación que usa la imagen de figuras reconocidas para recomendar productos] funcionen mucho. La población está constantemente pendiente de cuál sería una voz autorizada para poderse formar una opinión de forma sencilla y a bajo coste”, reflexiona el experto.

Eso sí, lo siguiente sería plantearse “si las cerebrities son o no una fuente fiable”. Lo sean o no, el politólogo valora que “sí que tienen una capacidad de impacto importante porque son role models para mucha gente”. En el caso de Taylor Swift, “especialmente entre la comunidad joven, por lo que sí que puede generar cierto efecto de movilización, que no quiere decir que de cambiar de voto”. Lluís Orriols explica que el hecho de que la cantante publique un comunicado en sus redes sociales provoca que “la campaña electoral entre a una porción de la ciudadanía que no tendía noción de estos temas sino es por estos canales”. “Que Taylor Swift hable de política justo en campaña ayuda a que haya ciudadanos que estén más pendientes de lo que lo estarían”, concluye.

Que Taylor Swift hable de política justo en campaña ayuda a que haya ciudadanos que estén más pendientes de lo que lo estarían

Lluís Orriols Politólogo

En la misma línea se sitúa Paco Camas, director de Investigación de Opinión Pública en IPSOS España, una multinacional centrada en la Investigación de mercados y consultoría, que además apunta: “Los altavoces que tienen artistas o empresarios de prestigio, ya sea Elon Musk con Trump o Swift con Harris, son absolutamente necesarios”, en especial porque “Estados Unidos es el rey del espectáculo político, se vive como una especie de show”.

Y más en unos comicios como los presentes que, como describe, “son los más ajustados de los últimos cincuenta años. La diferencia entre Harris y Trump está en menos de cinco puntos. En un tipo de disputa tan empatada, cualquier cosa cuenta. Para ambos partidos es absolutamente necesario movilizar lo máximo posible y trasladar el mensaje al mayor número de personas posible, de toda condición”.

Paco Camas recuerda que “una manera de legitimar las candidaturas es contar con personas que gocen de una credibilidad y legitimidad que no tienen los políticos”. En lo que respecta a los artistas provenientes del mundo de la música, incide en cómo al “hablar directamente a las emociones”, generan “un vínculo tan fuerte con el público que el que esas personas emitan un posicionamiento, le otorga una entidad”. A su vez, considera que “los golpes de efecto suman”, en especial por la manera en la que invitan a “sacar a gente de la abstención. Para personas que no estén muy movilizadas políticamente, este tipo de cosas pueden marcar la diferencia”.

Los altavoces que tiene artistas o empresarios de prestigio, ya sea Elon Musk con Trump o Swift con Harris, son absolutamente necesarios. Estados Unidos es el rey del espectáculo político, allí se vive como una especie de show

Paco Camas Director de Investigación de Opinión Política en IPSOS España

El historiador del arte y arquitectura Miguel Ángel Cajigal Vera (@elbarroquista) expone que en EEUU, la influencia se agranda porque allí “no solo hay un partido A o partido B, durante las primarias de cada uno, cada persona se alinea y apoya”. “En Europa no hay tanta tradición de participar en el juego partidista”, compara. El historiador incide en que el vínculo entre arte y política tiene larga tradición, y aporta ejemplos desde compositores como Wagner o Strauss, al pintor Gustave Courbet, que directamente participó en los disturbios de la Comuna de París en el siglo XIX.

Más recientemente, realza el papel que jugó el artista urbano y diseñador estadounidense Frank Shepartd Fairey (OBEY), artífice del icónico cartel con la frase “Hope” (esperanza) que Barack Obama usó en su campaña electoral de 2008. Y del escultor Jeff Koons, que en 2016 donó hasta 50.000 dólares para la campaña de Hillary Clinton, y sigue pronunciándose públicamente a nivel político. En los comicios de 2024 forma parte de la lista de artistas que están subastando obras para financiar la candidatura de Harris, junto al propio Shepard Fairey, además de Carrie Mae Weems, Njideka Akunyili Crosby y Judy Chicago.

Activar vs. convencer

“Activación sí que hacen, otra cosa es que consigan convencer de que la gente cambie de voto. Eso es más dudoso”, reflexiona Lluís Orriols sobre el margen de maniobra que tienen las declaraciones de artistas. El primer efecto para el politólogo es “acercar la campaña a mucha gente. El aumento de registros tras el endorsement de Taylor Swift avala la idea de que movilizar, moviliza, y consiguió que la campaña se colara por canales no habituales”. Sin embargo, no ve claro que porque la cantante “diga que va a apoyar a Harris, muchos trumpistas se vayan a pasar ahí”.

En ese sentido, considera que es aún más complicado en “contextos tan polarizados como el presente, donde si Swift hace una declaración, ya se buscan los contraopinadores poner en duda la autoridad o la calidad de la opinión de una cantante. Si ya estás alineado a una trinchera política, no porque Taylor te diga que cambies de trinchera vas a hacerlo”. Paco Camas defiende también que es “difícil medir estadísticamente los efectos”. “Se puede observar en cuestiones como un debate, que es el evento político por excelencia y una de las manifestaciones que más ayuda a decidir el voto”, subraya, recordando que fue precisamente a raíz de un debate lo que “llevó a Biden a renunciar”.

Paco Camas subraya que la “altísima polarización” implica un “riesgo mayor” para los artistas que deciden alzar sus voces. “Que se estén posicionando tan claramente demuestra lo mucho que está en juego en estas elecciones”, advierte, al tiempo que señala: “Hay un miedo mucho mayor por el impacto que pueda tener en tu carrera como artista”.

Al comparar las implicaciones en EEUU con las de España, asegura que aquí “se penaliza muchísimo” –un ejemplo claro fueron las repercusiones que tuvieron quienes apoyaron el 'No a la guerra' en 2003–. Lluís Orriols explica que “tradicionalmente, escritores o actores han estado mucho en el debate público en cuestiones políticas. Han tenido esa autoridad”. Con las miras aún en Europa, Paco Camas recuerda otro caso paradigmático, cuando Mbappé llamó a votar contra la extrema derecha en las elecciones francesas el pasado mes de junio. Lo hizo en la primera y segunda vuelta, para la que insistió en la “urgencia” de votar para frenar a Le Pen.

“Él es una de figuras francesas más conocidas y de mayor influencia. No solo como futbolista, también por sus orígenes, su familia y el libro que publicó contando su vida. Un posicionamiento de ese tipo claro que tiene impacto y tiene consecuencias al estar en una sociedad polarizada”, asegura el experto. Finalmente, la unión de la izquierda logró ganar las elecciones.

Este martes 5 de noviembre se decidirá el futuro del Gobierno de EEUU, donde Kamala Harris o Donald Trump se convertirá en la nueva o nuevo presidente del país. La cuenta atrás para los alegatos que artistas y figuras reconocidas llega a su fin y, con él, una nueva lista de nombres que podrán haber ejercido –o no– su poder de convocatoria e inclinación ciudadana en los comicios.

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