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Las mujeres del teatro se salen del guion para luchar contra el abuso sexual y la desigualdad

El teatro es un arte vivo. Es el arte de las ovaciones en el patio de butacas, el de la improvisación y el del instinto felino de supervivencia. El teatro se revuelve contra el opresor y en los últimos tiempos se ha convertido en el mejor altavoz de nuestras denuncias, incluso por encima del cine.

Es un reflejo más atrevido y elocuente de lo que no nos permitimos gritar en la calle y por eso lo aplaudimos desde la platea. Pero, ¿es así siempre?

En noviembre supimos de primera mano que, tras el maquillaje y el espectáculo, la tramoya del teatro está tan carcomida por el abuso sexual como cualquier otra. Era un secreto a voces que las trabajadoras de nuestro país se encargaron de desvelar. Estaba ahí desde hace años, pero la Liga de Mujeres Profesionales del Teatro (LMPT) lo puso sobre un papel y nos obligó a abrir los ojos.

­­­­ Su manifiesto Una profesión de putas era más que un titular incendiario. Era el retrato de un mundo machista y dominado por algunos que se creyeron que los los cásting y los escenarios eran su barra libre. Los depredadores sexuales usan la precariedad del sector como arma y el miedo como moneda de cambio, por eso las mujeres se lanzaron hace tres meses a “dinamitar este sistema demencial”.

Precisamente por su naturaleza viva, el teatro es uno de los ámbitos más interesantes para poner el foco el próximo 8 de marzo, Día internacional de la Mujer Trabajadora. Si hacen huelga, ¿cerrarán las salas ese día? ¿Estarán solo los hombres sobre la escena? ¿Pararán las actrices, iluminadoras, técnicas de sonido, regidoras, directoras, escenógrafas y coreógrafas? No es tan sencillo.

“El trabajo es tan precario que muchas mujeres no se lo pueden permitir. Si has conseguido un papel en una obra, y el miércoles dices que no vas, seguramente no te lo permitan o pasen a la siguiente. La gente se desloma por vender entradas o aguantar en el teatro un día más. Hacer huelga en el teatro no es tan sencillo”, cuenta Beatriz Cabur, presidenta de la LMPT. La organización asegura que participarán activamente en la manifestación de Madrid.

Aunque es difícil encontrar una postura común respecto al día 8, las mujeres de la Liga tienen la agenda cargada de otras muchas acciones contra la desigualdad y los abusos de su sector. “Me gustaría que no fuera el mes ni el día de la mujer. ¿Y el resto del año donde está mi visibilidad? Si un director de teatro hace un montaje y una directora también, el director sale en portadas once veces más que la mujer. Pero si es marzo, sale ella”, reivindica Cabur.

“Además, si las mujeres no se suben a un escenario ese día, muchos ni se darían cuenta”, apunta irónica. La desigualdad en las artes escénicas es una de las grandes luchas de la Liga, ya que el panorama roza lo desolador. El último estudio realizado por la asociación Clásicas y Modernas arrojó que solo el 22% de las obras están escritas por mujeres, el 20% versionadas y el 23% dirigidas. A nivel interpretativo, apenas un 25% de los papeles están diseñados para ellas.

El próximo 6 de marzo, la LMPT estará debatiendo sobre esto en el centro Conde Duque con otras tres conocidas asociaciones de mujeres de la cultura (CIMA, MAV y Clásicas y Modernas), en el marco del festival Ellas Crean. “Es sin duda un encuentro único”, asegura Cabur. Varias profesionales afrontando a coro la desigualdad existente en el cine, las artes escénicas y visuales, la música y la literatura.

La Liga presentará aquí también la segunda edición de su Programa de Mentorías, su Programa de Fomento de la Contratación Laboral y celebrará la creación de un nuevo departamento para estudiantes que se ocupará de diseñar soluciones para los problemas específicos que pueden tener las mujeres en este momento temprano de su carrera profesional.

Un día más tarde, el 7, volverán para reunirse esta vez solo con mujeres de las artes escénicas y debatir los problemas intrínsecos (que son muchos) de este sector. Como si se tratara de la secuela del manifiesto Una profesión de putas, la Liga reflexionará sobre los siguientes pasos a seguir. “Con un manifiesto no cambias las cosas. Lo que haces es girar un par de caras y que se enfaden dos o tres porque has dicho puta. Ese primer paso dio lugar al programa entero”, desvela la presidenta.

El programa al que se refiere Beatriz Cabur se llama #NOAST (NO al Acoso Sexual en el Teatro) y está formado por varios departamentos que tienen una lucha común: acabar con los depredadores y la brecha de género en la escena teatral. La Liga de Las Mujeres Profesionales del Teatro lo presentará el día 14 de marzo en la sala Luchana, justo después de la función de No solo duelen los golpes, el brutal testimonio de violencia machista de Pamela Palenciano.

Aprendiendo de las mejores

Saben que la suya es una carrera de fondo, por eso, aunque lancen su web a finales de marzo ( el día 27), el calendario de #NOAST finaliza en 2025. “Como ves, nos hemos dado unos plazos realistas porque es un problema contra el que queremos luchar seriamente”, asegura Cabur.

Este programa contra el acoso constará de tres fases, cada una con un equipo y unas metas especializadas. La primera será la de Documentación: “Hemos encontrado iniciativas interesantes en todo el mundo -sobre códigos de conducta, políticas internas y movimientos para visibilizar- y ahora queremos establecer vínculos con estos teatros y compañías. De momento, tenemos tres: Londres, Omaha y Chicago”, explica la representante de la Liga.

Esa toma de contacto enlaza directamente con la segunda fase, la de Investigación. “Estamos diseñando una encuesta para evaluar el grado del problema. En Inglaterra, un tercio de los profesionales sufrieron acoso, en Australia, el 40% y en Noruega, el 1%. A partir de esas tres diseñaremos la nuestra. ¿Qué hay que hacer para que no pase? ¿Cómo lo hacen los que nunca han llegado a tener ese problema?”, se pregunta Beatriz Cabur.

En la última fase, la LMPT organizará cuatro mesas de trabajo: con otras asociaciones afines; con mujeres especialistas en afrontar el acoso día a día, como policías, trabajadoras sociales o abogadas; con ONGs como Amnistía Internacional y GreenPeace; y por último, con políticas de todas las formaciones para estudiar un cambio legislativo en España, ya sea a través de una proposición de ley aquí o directamente en Bruselas.

“Las mesas empiezan este mes, pero no acaban este mes”. El objetivo de #NOAST es crear un organismo capaz de supervisar la situación en espacios teatrales. “El organismo debería poder ir y repasar la situación en los espacios que se hubiesen adscrito previamente a los códigos de conducta”. Una idea que se inspira en lo que hacen Clásicas y Modernas en sus Temporadas de la igualdad.

“Van dos representantes a un teatro que ha firmado el compromiso de programar a un 50% de mujeres, y luego ellas publican un informe. En este, la Liga publicaría tres listas. Una con los teatros que suscriben el código antiacoso, otra con los que no y la última con los que no dicen nada”, enumera la portavoz.

Son tiempos oscuros para la seguridad, tanto laboral como sexual, de las mujeres en el teatro, y nadie mejor que ellas para poner fin a una tradición de abusos. Juntas han encontrado la manera de protegerse y rugir de puertas para afuera (y para adentro). Marzo será un mes clave para las profesionales de las artes escénicas, pero está revolución no tiene fecha de caducidad.