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'Pokémon GO', 'Dark Souls', 'Limbo'… Estos son los 10 juegos que marcaron la década

La década de los 10 arrancó con la séptima generación de videoconsolas. Xbox 360, PlayStation 3 y Wii daban sus últimos coletazos de vida hasta la llegada de sus relevos, una transición que, como viene siendo habitual, tardaría algo más en consolidarse. Ahora nos encontramos a finales de 2019 y toca echar la vista atrás para hacer balance: ¿Qué nos han dejado estos diez años?

Cualquier lista que se precie corre un riesgo inevitable: dejar fuera obras imprescindibles. También ser un calco de la recopilación hecha por otros y pecar de falta de personalidad, como si todos los jugadores hubieran estado marcados por los mismos títulos.

La solución, por tanto, pasa por aceptar que ningún top es universal y que, aunque existan algunos referentes comunes, enumerar “los 10 juegos que marcaron la década de los 10” será distinto según a quien preguntemos. Y es ahí precisamente donde radica su valor, porque, más allá de “lo imprescindible”, las listas también pueden servir a modo de descubrimiento para ese título que quizá se nos haya pasado.

En la nuestra quizá eches de menos obras como The Elder Scrolls V: Skyrim, Minecraft o The Witcher 3, entre muchas otras. Pero, sin negar el valor ni la influencia cultural de éstas, también vale la pena poner el foco en otras que igualmente merecen nuestra atención. Comencemos.

10. The Binding of Isaac (2010)

Todas las plataformas

Está inspirado en la historia bíblica del sacrificio de Isaac con el que Dios puso a prueba a Abraham. Aquí controlamos a ese hijo, intentando escapar de todos los demonios que intentan arrastrarle hasta su destino final. Básicamente, se trata de ir pasando mazmorra tras mazmorra, como si de un Zelda clásico se tratara, derrotando a los enemigos con nuestras propias lágrimas. En realidad The Binding of Isaac es uno de los grandes exponentes del roguelike moderno, un género donde el personaje suele morir habitualmente y en el que los niveles son generados al azar. ¿El resultado? Que cada partida es diferente.

9. Limbo (2010)

Todas las plataformas

Limbo es un juego que entra por los ojos: solo basta un vistazo a su aspecto monocromático y minimalista para comprobarlo. Pero es mucho más. Las mecánicas son sencillas. Controlas a un niño en un entorno siniestro y simplemente hay que avanzar resolviendo algún que otro puzle. Sin embargo, la tónica del título, con el aspecto artístico por bandera y dejando la narrativa a interpretación del jugador, marcó un precedente para una serie de juegos indie que llegarían después, como son Ori and the Blind Forest o el laureado GRIS.

8. Zelda: Breath of Wild (2017)

Nintendo Switch

Pocos juegos encarnan tan bien la aventura como Zelda: Breath of Wild. El jugador es quien toma las riendas en un mundo abierto tan hermoso como amenazante. En él puedes escalar y volar en parapente, o quizá refugiarte en el calor del hogar y preparar un buen estofado. Hay mil cosas para hacer, pero quien toma los mandos es el responsable de decidir qué tipo de historia es la que quiere vivir con Link. De hecho, el jefe final está prácticamente disponible tras completar el tutorial, siendo esta una buena muestra de hasta qué punto quienes escribimos los acontecimientos y el ritmo de ellos somos nosotros.

7. Hotline Miami (2012)

Todas las plataformas

Hotline Miami comienza como muchos títulos a los que estamos habituados: eres un sicario que recibe un encargo, una excusa habitual para aporrear botones y matar enemigos. La diferencia es que, en el fondo, es una crítica a todo eso. Bajo su música electrónica, sus píxeles y su estética retro a lo Drive, se esconde una reflexión sobre el uso de la violencia en los videojuegos y nos señala a nosotros, quienes apretamos el disparador, como culpables de querer lo que vemos en pantalla. Usa la sangre y los tiros para criticar la presencia de estos, aspecto que también es abordado en juegos como Far Cry 3 o Spec Ops: The Line.

6. Pokémon GO (2016)

Android e iOS

Pocos fenómenos han tenido la capacidad de calar tanto y en tantas capas como Pokémon GO. Niños, adolescentes o adultos podían tenerlo instalado en su smartphone para pasear por parques con una única finalidad: capturar bichos. El movimiento social fue tal que incluso llegó a la prensa generalista, que, más que hablar del impacto cultural que generó, se centró en todas las excentricidades generadas alrededor del videojuego. Sin embargo, el tiempo ha provocado que se vea Pokémon GO como lo que es: un título innovador por centrar la acción fuera del hogar (como previamente hizo Ingress).

5. Fallout New Vegas (2010)

PC, PlayStation 3, Xbox 360

Fallout New Vegas es una obra que en el fondo habla de quién es el jugador. Llevó la experiencia de Fallout 3 a un nuevo nivel, con una narrativa centrada en el discurso de clases y una cantidad de opciones posibles a la hora de entablar conversaciones como pocas veces se han visto. El guion revela a unos escritores conscientes de quiénes son los que están al otro lado de la pantalla, algo que en más de una ocasión aprovechan para ponernos en encrucijadas de difícil respuesta. Como uno de esos libros de 'elige tu propia ventura' pero en el que ningún camino es el adecuado, sino el menos malo.

4. Red Dead Redemption 2 (2018)

PlayStation 4, Xbox One y Windows

Arthur Morgan, el protagonista de Red Dead Redemption 2, es probablemente el personaje masculino de videojuegos mejor escrito. Es alguien que representa lo opuesto a la toxicidad del patriarcado: le vemos llorar, estar inseguro de sí mismo, se deja aconsejar por los demás y, además, es consciente de que el mundo avanza y no necesita a personas como él. Acepta su propia muerte sin negar el progreso social de los demás, ya sea en materia de igualdad de género o de derechos civiles.

También muestra que los cambios no son siempre a mejor. En ocasiones, unas cuantas personas privilegiadas son quienes imponen la ley y el orden, como ocurrió durante las guerras indias que fulminaron a los nativos americanos. Es un juego sobre el Lejano Oeste que te hace querer enterrar el rifle para disfrutar de pequeños momentos como, por ejemplo, una cita romántica.

3. Undertale (2015)

Ordenadores, PlayStation 4, PS Vita y Nintendo Switch

A priori puede parecer el clásico videojuego RPG en el que hay que derrotar a personajes por turnos, a lo Final Fantasy o Pokémon. Pero es mucho más. La obra creada por Toby Fox no versa sobre cómo asesinar a monstruos con el mejor ataque, sino sobre cómo dialogar con ellos para que se terminen calmando y nos dejen de ver como una amenaza. Y es que realmente los intrusos somos nosotros, ya que el mundo subterráneo al que accedemos es su hogar. Dependiendo de las elecciones, podemos huir de ellos o incluso hacernos amigos, siempre teniendo en cuenta que cada decisión tiene su consecuencia en el final.

2. The Last of Us (2013)

PlayStation 3 y PlayStation 4

The Last of Us ha marcado la tendencia a seguir en los juegos aventuras con tintes cinematográficos. Su historia no es nada del otro mundo: hay un apocalipsis zombi y los humanos deben ingeniárselas para sobrevivir en un planeta en decadencia, como en la novela The Road. Sin embargo, la forma de narrarlo, la forma de presentar la acción y los debates vitales planteados convierten al título de Naughthy Dog en uno de los más importantes de la década.

Acertaron al considerar que a veces se transmite más mostrando que contando, haciendo que la relación entre Ellie y Joel y su arco argumental haya servido de ejemplo hasta para películas como Logan. Asimismo, tiene el que probablemente sea uno de los mejores contenidos descargables realizados hasta la fecha: Left Behind.

1. Dark Souls

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Hidetaka Miyazaki es quizá el creador de videojuegos más influyente de los últimos años. Dark Souls no solo es un título único en su especie, también abrió la puerta a un nuevo género del que posteriormente se nutrirían un amplio espectro de obras. Grandes producciones como God of War (2018) o indies como Hollow Knight no serían hoy posibles sin este precedente, dos ejemplos de los muchos que se pueden poner sobre lo que ya es una etiqueta en la industria: el estilo 'souls'.

Pero Miyazaki no se quedó ahí. Posteriormente, también ha demostrado su valía refinando su propio estilo con Bloodborne o Sekiro, el cual inauguró un impactante sistema de lucha de espadas en el que posteriormente se han fijado para hacer Star Wars Jedi: Fallen Order. Es de los pocos autores que quedan en la industria con nombre propio y capacidad para innovar más allá de las tendencias marcadas, algo que, en la era marcada por los grandes sellos, es sin duda un aspecto que celebrar.