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El Barça exhibe fe y logra el milagro europeo

Venía el Barça de suspender de forma incuestionable la primera revalida para mantenerse en Europa, después de una prueba en París donde nada salió bien. Con la lección aprendida y más que repasada, junto a los exámenes previos realizados en las tres semanas de margen entre un encuentro y otro, los de Luis Enrique consiguieron resarcirse logrando una matrícula de honor de aquellas acompañarán a los azulgranas a lo largo de sus memorias, gracias a un antológico tanto de Sergi Roberto en el minuto 95 que desató de alegría del templo donde los sueños se hacen realidad (6-1).

Con Sergio Busquets, Luis Suárez y Neymar como alumnos más aventajados, ni la prueba más complicada de la historia hasta la fecha, nadie en la Champions League había levantado un 4-0 en contra, ni el gol de Cavani que pareció por instantes enterrar cualquier opción (62'), fueron límites suficientes para que el Barça dejara de creer y se resignara a presentarse a las convocatorias del año que viene.

En un escenario distinto y preparado para la ocasión en busca de guiar a los suyos hacia la épica con 96.290 aficionados entregados, ni el rival ni la eliminatoria parecieron ser similares a lo vivido el fatídico día de los enamorados en el Parque de los Príncipes, donde la desazón que mostró el Barça esa noche dio paso al orgullo, a la fe y al coraje exhibido en una noche que jamás olvidarán en el Camp Nou.

Ataques sin miramientos

Del atrevimiento y descaro que enamoró del París Saint Germain tan solo quedaron los nombres de unos jugadores atenazados por los nervios, superados por el escenario y recelosos de cometer un error que propiciara algún desbarajuste atrás. Perdiendo la eliminatoria que ellos mismos habían ganado, el planteamiento defensivo de Emery dilapidó cualquier posibilidad parisina de mantener la proeza de París.

El técnico español fue el artífice de ganar la eliminatoria en la ida pero también de perderla en la vuelta con una propuesta raquítica y vulgar, su equipo tan solo tuvo el 34% de la posesión, donde renunció al ataque olvidando así que el pase a cuartos se ganaba arriba y no en la defensa, en un planteamiento que tantos otros equipos probaron sin éxito en sus visitas a la Ciudad Condal.

Con un Barça que mantuvo su 3-4-3 habitual en los últimos partidos, Luis Enrique apostó por no introducir laterales en su once dejando patente desde el minuto uno que la zaga de tres sería inamovible, con la única permuta de Busquets en fase defensiva, durante todo el encuentro y en busca de una lluvia de goles que se produjo desde el inicio con el tanto de Luis Suárez en el segundo minuto de juego (1-0).

Lejos de un fútbol de antaño pero amparados en el miedo escénico que fue consumiendo al París Saint Germain, los azulgranas echaron mano de la fe para irse al descanso con una doble ventaja gracias al gol en propia puerta de Kurzawa, después de una de aquellas tantas jugadas que solo Iniesta es capaz de imaginar, ver y plasmar con un fútbol que tan solo el manchego tiene en sus botas (2-0, 39').

La ambición de Di Maria

Con la mitad del examen contestado, y con la sensación de que la recuperación era el pasaporte hacia el siguiente curso, el resto de prueba fue una montaña rusa de la que pudo salir muy mal parado el Barça a pesar de que Messi anotara el tercero de los azulgranas al inicio de la segunda mitad, en un penalti más que controvertido donde el quinto árbitro fue el encargado de dictar sentencia (3-0, 49').

Consciente de que su equipo estaba superado por la atmósfera del Camp Nou y vislumbrando su error a la hora de plantear el partido, Emery echó mano de Di Maria, un experto en estos lares y uno de esos futbolistas capaces de cambiar la tendencia de un partido. Y sí, el argentino cumplió las expectivas e hizo del anhelado revulsivo para el ex del Sevilla, aunque su efecto se fue diluyendo a la par que su equipo se iba empequeñeciendo.

La entrada del argentino dinamitó a un PSG que empezó a llegar con peligro y que, tras un aviso al palo de Cavani, encontró un botín que parecía más que suficiente para hacer realidad su sueño (3-1, 62'). Con el Barça al borde del KO, incluso Di Maria tuvo en un uno contra uno la posibilidad de dar por finiquitada la prueba azulgrana pero apareció Mascherano para alargar un examen de enjundia azulgrana.

Con el Camp Nou enmudecido y con la obligación de anotar tres goles más en 30 minutos, la proeza adquirió tintes de inverosimilitud y más cuando el paso de los minutos recalcaba la necesidad de los de Luis Enrique. Noqueados en el pupitre, mirando al techo esperando una ayuda divina y sin respuesta, los catalanes cerca estuvieron de tirar la toalla entregando un examen sin resolver.

Ya con el acceso al próximo curso lejos, muy lejos, el Barça se aplicó, puso los codos sobre la mesa y recordó aquella lección donde el equipo y el estadio se unían en un binomio capaz de negarse a lo imposible haciendo viable lo que era inverosímil.

Ocho minutos de historia

Anduvo alicaído el Barça durante 15 minutos, en blanco y con múltiples preguntas a la espera de soluciones, tirando más de corazón que de fútbol en busca de lo que parecía un imposible hasta que todo cambió. Con más de medio examen por resolver y el sonido timbre acechando en el horizonte, las cuestiones pendientes empezaron a encontrar las respuestas adecuadas.

Neymar inició el camino de la gesta con un gran gol de falta en el 87' (4-1) y posteriomente transformando un penalti en el 90' (5-1), cargado de polémica y que despertó la ira de los parisinos, dejando para los últimos cinco minutos unas imágenes que quedarán pretéritas en el imaginario de los aficionados al fútbol. En un último aliento, un balón colgado por Neymar encontró la bota de Sergi Roberto (95') para resolver la última pregunta de un examen que sirvió para dejar al Barça como el alumno más aventajado de la siempre exigente competición europea, que en la noche del 8 de marzo escribió una nueva página de su historia.

Ficha técnica:

FC Barcelona (6): Ter Stegen, Umtiti, Piqué, Mascherano, Busquets, Rafinha (Sergi Roberto, 76') Iniesta (Arda, 64'), Rakitic (André Gomes, 84'), Neymar, Luis Suárez y Messi.

París Saint Germain (1): Trapp, Meunier (Krychowiak, 92'), Marquinhos, Thiago Silva, Kurzawa, Rabiot, Verrati, Matuidi, Lucas (Di Maria, 54'), Cavani y Draxler (Aurier, 75').

Goles: Luis Suárez (2'), Kurzawa en propia puerta (40'), Messi (de penalti, 50'), Cavani (61'), Neymar (87'), Neymar (de penati, 90') y Sergi Roberto (95').

Tarjetas: Matuidi (5'), Draxler (14'), Piqué (23'), Busquets (36'), Neymar (65'), Suárez (67'), Marquinhos (90') y Verrati (93')

Árbitro: Deniz Aytekin

Estadio: 96.290 espectadores en el Camp Nou (Barcelona)