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La ONG Sea Watch alerta del “riesgo para la vida” de los rescatados a bordo tras 13 días abandonados en el Mediterráneo

Varias personas rescatadas esperan a que pase la tormenta en un reducido espacio del barco Sea Watch 3, mientras sufren los estragos del mareo.

Gabriela Sánchez

“Tenemos trabajo porque viene un tiempo... interesante. Debemos trasladarnos todos hacia dentro del barco”, explicaba Kim, miembro de la ONG alemana Sea-Watch, a los rescatados a bordo. El día de Nochevieja, tirando de alguna que otra broma, la tripulación advertía a los náufragos de las posibles consecuencias de la tormenta que estaba por llegar. “Vamos a tener tres o cuatro días de mucho oleaje, y nos pondremos enfermos juntos”, indicaba Kim en un vídeo recogido por la organización.

Las 32 personas rescatadas por el barco de Sea Watch 3, de bandera holandesa, cumplen 13 días en alta mar, a la espera de una solución europea que no llega. Tras el continuado silencio de las autoridades, 2019 arrancó para ellas con mareos y bolsas de vómito, abandonadas a su suerte bajo una fuerte tormenta en el Mediterráneo Central. La ONG lanzó ese mismo día un comunicado pidiendo con urgencia un puerto donde desembarcar ante las difíciles condiciones climáticas que estaban por llegar. No hubo respuesta.

Malta tan solo ha permitido al buque introducirse en sus aguas este jueves para protegerse de la tormenta.

La ONG alerta de las consecuencias que la tormenta ha dejado a su paso. “Desde la tarde los rescatados y la tripulación han tenido que aguantar olas de cuatro metros. Te puedes imaginar cuántas personas están gravemente mareadas. Esto ha sido especialmente difícil para los niños, se encuentran muy mal”, relata a eldiario.es Alina Krobok, portavoz de la organización. “Nuestros médicos han reportado que la situación no es sostenible por más tiempo”.

Los efectos del mareo pueden agravar el débil estado de salud de quienes han sido rescatados en el Mediterráneo, advierten desde Sea Watch. “Para una persona malnutrida y débil, la deshidratación resultante puede suponer un riesgo para su vida, especialmente en condiciones de hipotermia”, han indicado este miércoles a través de un comunicado. “Luego que no digan que no hemos avisado”, añaden a través de su cuenta de Twitter.

A bordo del Sea-Watch 3 viajan 22 hombres, cuatro mujeres, tres menores no acompañados, dos niños pequeños y un bebé. La ONG se encuentra especialmente preocupada por los tres niños que permanecen a bordo (de uno, seis y siete años), pues “cuentan con menos reservas y tienen un mayor riesgo”. Los rescatados proceden en su mayoría de Costa de Marfil, Nigeria y Libia.

Si bien estas personas se encontraban estables en el momento de ser rescatadas, la ONG lamenta los estragos de dos semanas en alta mar. “La comida que tenemos sirve para un corto periodo de tiempo, pues no contiene suficientes nutrientes ni fibra, lo que les hace más vulnerables al mareo y a las enfermedades infecciosas”, sostienen desde el equipo médico.

A medida que pasan los días, la desesperación entre los rescatados se dispara. “Llevan trece días en un barco, no saben dónde van... Ellos están perdiendo la confianza en nosotros. Porque les hemos rescatado y ellos confían en que cuidaríamos de ellos. Y ahora llevan en el mar trece días y no no saben qué va a pasar ya con ellos porque ninguna autoridad europea está respondiendo a nuestra llamada a una solución urgente. Ellos están bastante desesperados ahora mismo”, lamenta Krobok.

Como medida de protección ante la tormenta, las 32 personas rescatadas fueron reubicadas en el interior del barco, en un pequeño espacio que, según ha podido identificar la tripulación, está causando la “retraumatización” de algunos de los migrantes que sufren síndrome de estrés postraumático, tras su paso por Libia, un país del que se han documentado abusos y torturas sistemáticas contra la población migrante. Cientos de personas rescatadas en el Mediterráneo han reportado en los últimos años haber sido secuestrados en pequeñas habitaciones por parte de milicias, donde son explotados y extorsionados.

“La prolongada situación de incertidumbre les está empujando a una situación de mucha tensión. Muchos de ellos no confían en nuestra colaboración , lo que dificulta nuestras posibilidades de darles ayuda psicológica, así como de mantener la seguridad en el barco”, alertan desde Sea-Watch. A ello se suma, la baja de varios miembros del personal de la embarcación. “Tenemos menos manos, y la tripulación está al limite”.

Además del buque Sea-Watch 3, otro barco de rescate, el 'Profesor Albrecht Penck', de la organización humanitaria Sea-Eye, se encuentra en la misma situación desde el pasado 29 de diciembre tras socorrer a 17 náufragos de una embarcación en peligro. En total son 49 migrantes que esperan en alta mar un puerto seguro donde desembarcar.

Según los medios locales, Holanda, el Estado de bandera del Sea Watch 3, se ha ofrecido a acoger a “menos de 10” migrantes rescatados por la ONG. Alemania, país del que proceden las dos organizaciones con náufragos a bordo en el Mediterráneo central, ha afirmado que “buscará” soluciones. Mientras, Italia y Malta continúan con sus puertos blindados.

eldiario.es ha preguntado a la Vicepresidencia de España si está mediando para lograr un puerto seguro con los distintos gobiernos implicados, como ha presumido de hacer en casos anteriores, pero por el momento no ha recibido respuesta.

“Tenemos 32 personas en un bote. 32. ¿Cómo es posible que se esté tardando tanto en buscar una solución para esta gente?”, se pregunta la portavoz de Sea Watch, Alina Krobok.

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