La alta abstención invalida el referéndum contra refugiados en Hungría
Una mayoría ha votado “no” a la pregunta de la consulta: “¿Quiere que la UE disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría), sobre el asentamiento obligatorio de ciudadanos no húngaros en Hungría?”, pero la alta abstención ha liquidado su validez.
El Gobierno de Viktor Orbán propugna ese “no”, al igual que la ultraderecha, mientras que la oposición de centroizquierda pidió que no se acudiera a las urnas y otras agrupaciones civiles piden votar pero hacerlo de forma nula en el plebiscito celebrado este domingo. Las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos tanto internacionales como nacionales han criticado la consulta como una forma de criminalizar a los refugiados.
El conservador Orbán se opone de plano al sistema de reubicación de refugiados entre los países de la Unión Europea (UE), que prevé para Hungría aceptar a poco menos de 1.300 solicitantes de asilo en un país de casi 10 millones de habitantes.
Hasta ahora Hungría no ha reubicado a ningún refugiado de su cuota, ha impugnado la decisión de la UE ante el Tribunal Europeo de Luxemburgo y ha empleado una dura retórica contra los refugiados, a los que califica de “inmigrantes económicos” y los vincula con el aumento de la criminalidad y el terrorismo.
Orbán ha definido como “ingenua” la actual política europea sobre migración y considera que la llegada masiva de refugiados musulmanes supone “un peligro para la cultura húngara y europea”.
En los últimos días la campaña se intensificó y Orbán ha multiplicado su presencia en los medios, incluido un artículo publicado hoy en el que llama a los húngaros a participar en el referendo.
Medios cercanos al Ejecutivos, como el Magyar Idök o la televisión pública, han difundido en los últimos días informaciones en las que se asegura que los yihadistas que cometieron los ataques terroristas de París el pasado noviembre cruzaron Hungría como refugiados.
Para movilizar al electorado, el presidente del grupo parlamentario gubernamental Fidesz, Lajos Kósa, ha llegado a asegurar que “si gana el 'sí', el gobierno dimitirá”, algo considerado por la oposición como un “farol”.
Kósa buscó así motivar a la izquierda para que emita un voto válido que permita al referendo superar con claridad la participación del 50 por ciento del censo.
La oposición de izquierda se ha mantenido en su posición de boicotear la consulta o, en caso de votar, hacerlo de manera nula.
Orbán, consciente de la situación, planteó en una reciente entrevista que “desde el punto de vista político la participación no es relevante” y que lo que importa es la proporción del “no”, que le dará un mandato para “luchar” contra Bruselas.
Gábor Gyulai, director del programa de asilo del Comité Helsinki Húngaro explicó a Efe que “es evidente que el Gobierno, en su discurso, considerará el referéndum como un gran éxito, independientemente del resultado”.
“Es muy probable que el gobierno continúe atacando la institución de asilo y todas las políticas europeas en esta materia”, enfatizó Gyulai.
El enfrentamiento de Orbán con la Comisión Europea y la UE sobre políticas migratorias comenzó el año pasado, cuando Hungría levantó vallas y endureció su legislación para detener a los miles de inmigrantes y refugiados que llegaban a diario al país en su camino hacia el centro y el norte de Europa.
La popularidad del primer ministro aumentó debido a su posición de dureza contra la inmigración en un momento en el que su aceptación caía.
Desde este julio las autoridades pueden devolver en caliente a los refugiados detenidos en una franja de 8 kilómetros desde la frontera.