La portada de mañana
Acceder
Mazón calca la estrategia del PP en otras catástrofes y sigue sin explicar su comida
La riada se llevó 137.000 vehículos en horas y comprar uno es casi imposible
Regreso a las raíces: Trump, gobierno de “delincuentes”. Por Rosa María Artal

La activista que boicoteó a Obama: “En los centros de extranjeros violan y agreden a las trans”

Jennicet Gutiérrez, activista transexual mexicana, boicoteó el acto que organizó la Casa Blanca para celebrar la semana del Orgullo Gay. “Decidí interrumpirlo para contarle (al presidente) los abusos que están sufriendo los miembros de la comunidad LGTBI en los centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. Son agredidos físicamente y son sometidos a violencia sexual y emocional. Le quería pedir que les dejase en libertad”, explica desde Los Ángeles a eldiario.es en una entrevista telefónica.

Dos días antes de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos fallase a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país, Gutiérrez interrumpió a Obama mientras estaba dando un discurso ante representantes del colectivo transexual y homosexual norteamericano. Desde el público alzó la voz: “Presidente Obama, libere a la comunidad LGTBI de los centros. Dejen de torturar a las mujeres transexuales que están ahí detenidas. Soy una mujer trans y estoy cansada”. Quería que el presidente conociese la historia que a ella le empujó a irse el pasado miércoles 24 de junio a Washington DC, acompañando a una colega de militancia que había sido invitada al evento, vestirse de largo e interrumpirle en medio del 'speech'.

“El pasado 28 de mayo nos manifestamos en el exterior de un centro de California. Por la noche salió una mujer transgénero de Guatemala, indocumentada. Nos contó que la violencia era horrible: las golpeaban físicamente, les tocaban los pechos y algunos compañeros que también estaban detenidos abusaron de ella sexualmente”, así relata Gutiérrez el momento en el que se dio cuenta que esos ataques eran desconocidos dentro de la comunidad LGTB norteamericana y necesitaban ser difundidos para que conseguir que se erradiquen.

Denuncia que en estos emplazamientos no se respeta el cambio de género de las internas y las mujeres trans son encerradas con hombres. Según los datos facilitados por su asociación, Familia QTLM, hay 75 personas pertenecientes a la comunidad LGTB inmigrante detenidas en centros de internamiento a la espera de que un juez investigue su caso y decida si les deporta o no. La mayor parte son mujeres transexuales mexicanas y centroamericanas.

“Además si denuncian los abusos, los agentes no solucionan el problema: las castigan, encerrándolas durante más tiempo”. La activista considera que era una prioridad que el presidente de EEUU se enterase de la agresiones que sufre el colectivo LGTB inmigrante en el día que se celebraba el Orgullo Gay en la Casa Blanca. Antes de realizar esta protesta, cuenta que varias organizaciones ya habían transmitido esta queja a la administración aunque “desafortunadamente no han tenido éxito y no les han escuchado”.

Gutiérrez lleva 20 años viviendo en Estados Unidos como indocumentada, era consciente de que se arriesgaba a ser arrestada por boicotear un evento en la residencia de los Obama. “Sé que corrí un riesgo personal muy grande. Pero con esta acción no quería representarme a mí, quería hacer público el sufrimiento de mi comunidad”, apunta. En cuanto comenzó a gritar pidiendo la liberación de las detenidas, Obama paró su discurso. Visiblemente molesto, la contestó: “No va a tener una buena respuesta interrumpiéndome de esa manera”.

Acompañando a Obama estaba el vicepresidente, Joe Biden, que se llegó a llevar las manos a la cabeza en un par de ocasiones. Mientras el líder de EEUU continuaba intentando que la mexicana se callase: “Escuche, usted está en mi casa, no es respetuoso”. La activista continuó con su queja en español: “No es justo, presidente Obama, que nuestras comunidades sufran”. Por su parte, el público se posicionó apoyando al anfitrión, le arroparon con un baño de aplausos y terminaron gritando: “Obama, Obama, Obama”, para silenciar las quejas de Gutiérrez.

“Sentí como si me asestasen una cuchillada en la espalda. No consideraron importante lo que quería contar. No me hicieron caso. Apoyaron al presidente”, contesta la activista que se marchó muy decepcionada por la postura que adoptó la comunidad LGTB norteamericana en ese acto. Tampoco se imaginaba que el presidente no fuese a tener ninguna intención de interesarse por su protesta: “Me parece que las formas que utilizó al responder demuestran que le falta liderazgo, quiso decir que no le importaba la denuncia que hice. Fue muy doloroso”. Eso sí, consiguió abandonar la Casa Blanca sin ser detenida, estuvo retenida durante 20 minutos en los que comprobaron que figuraba en la lista de invitados y la dejaron marchar.

Esta activista ha fundado la asociación Familia TQLM con el objetivo de introducir en el debate público la defensa de los derechos de la comunidad LGTB inmigrante. Considera que lo ocurrido en la Casa Blanca demuestra que todavía les queda mucho trabajo por hacer y que los colectivos transexuales y homosexuales norteamericanos no quieren compartir sus reivindicaciones. “No escuchan nuestro sufrimiento ni nuestras historias. Ha quedado muy claro en el vídeo que se ha difundido de mi protesta. Por eso también hay que seguir presionando a más miembros de la comunidad para que tomen cartas en el asunto”.

La petición de su organización va más allá de los centros de internamiento: “No solo sufrimos violencia en esos emplazamientos. En lo que va de año hemos reportado 9 muertes violentas de mujeres transgénero de color. Es una ola de agresiones que nos afecta y que no podemos tolerar”. Una semana después de la protesta la administración Obama no se ha puesto en contacto con ella para conocer detalladamente la situación de este colectivo.

Sin embargo, tras el revuelo mediático el Departamento de Inmigración ha dado un paso al frente y ha publicado el protocolo que determina cómo se debe actuar cuando detienen a personas transexuales. “El hecho de que divulguen ese documento no va a solucionar el problema, el escrito ya existía antes y se cometían abusos”, responde Gutiérrez. La activista está pasando por una semana agridulce, considera que la legalización del matrimonio homosexual es un hecho histórico pero defiende que el colectivo no se debe acomodar ya que todavía les quedan muchos objetivos que alcanzar: “Para las personas LGTBQ de color el matrimonio no es una prioridad. Nuestro objetivo consiste en encontrar oportunidades, educar a la sociedad y pedir que se paralicen las deportaciones”.