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Activistas antirracistas cuelgan una pancarta de la estatua de Colón de Madrid para pedir su derribo: “Fuego al orden colonial”

Activistas piden derribar la estatua de Colón

Marta Maroto

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“Fuego al orden colonial”, rezan cinco metros de pancarta. Simulando la sangre, la pintura roja, mancha el agua que guarda los 17 metros de pedestal sobre el que la figura de Cristobal Colón encumbra la plaza madrileña a la que da nombre. A partir de las ocho y media de esta tarde de viernes colectivos de personas migrantes y racializadas se han concentrado en el Paseo de Recoletos en una convocatoria no autorizada para pedir el derribo de los momumentos coloniales en España.

Bajo el eslogan “Reclama tu llama”, los manifestantes han formado una llama, el camélido andino representativo de Latinoamérica. Una “llama de Troya” con la que han cortado la calle y enfilado hacia la estatua para que “ardiera Colón”, explican los colectivos. Y de esa figura, caminando al ritmo de tambores, ha salido la pancarta y los gases rojos que han ahogado la estatua de Colón, entre los cláxones y el griterío de los conductores de los vehículos. La Policía ha colaborado a cortar y regular el tráfico.

Máscaras de diferentes identidades latinoamericanas, la estrella y la bandera mapuches junto a las de los pueblos originarios, decenas de personas han participado en la performance bajo el grito “abajo el orden colonial”.

Atacar la estatua de Cristobal Colón y el resto de monumentos que conmemoran la colonización es, para los activistas, la forma de protestar contra aquello que simboliza “el inicio del proceso colonial global y su estela de muerte que hoy permanece en pleno vigor dentro y fuera de las fronteras europeas”, han indicado en la lectura del manifiesto.

“Apuntar a Colón como genocida es destruir un símbolo que es uno de los componentes estructurantes de la identidad española”, defienden los activistas.

El “I can’t breathe” que acertó a pronunciar George Floyd poco antes de morir ahogado por la rodilla de un agente de policía blanco en Estados Unidos hizo estallar una oleada de protestas mundiales. El movimiento Black Lives Matter fue más allá y comenzó un proceso de resignificación y derribo, decapitación y vandalización de estatuas y monumentos que rememoran la opresión contra las comunidades migrantes y racializadas.

Aunque estas reivindicaciones llevan haciéndose en España desde 2012, la intervención de símbolos coloniales en el espacio público no ocurrió hasta finales del mes de junio, tomando impulso de esta corriente internacional, con el incendio provocado en la estatua de Colón en Barcelona.

Este viernes, la “toma” a la plaza del mismo personaje histórico en Madrid es una forma también de disputar un espacio en el que la derecha suele celebrar sus concentraciones. Fue aquí, detrás de los Jardines del Descubrimiento donde Partido Popular, Ciudadanos y Vox sellaron su alianza, y es este lugar la referencia para las manifestaciones convocadas por el partido xenófobo de Santiago Abascal.

En Madrid hay 19 estatuas de Colón. Su retirada, junto al resto de referencias a lo largo y ancho del país que exaltan y homenajean la colonización, es la principal reclama de los colectivos de migrantes y racializados que han participado esta tarde en la protesta. La convocatoria se difundió a través de redes internas y apenas unas horas antes de que tuviese lugar se ha colgado en redes sociales.

Otra de las exigencias es la eliminación del 12 de octubre como festividad patria. El conocido como Día de la Hispanidad fue nombrado de esta manera en dictadura, sin embargo, fue bajo la batuta de Felipe González cuando se estableció como la Fiesta Nacional de España. De esta forma, entre desfiles militares y banderas en paracaídas que terminan por aterrizar en cualquier farola, la identidad española se asienta, según han defendido los manifestantes, en un “relato de esclavitud, explotación y genocidio de los pueblos originarios”.

No es casualidad que esta protesta, con la que se pretende forzar un proceso de revisión y reflexión sobre los símbolos nacionales, comience en la plaza donde ondea la bandera española más grande del mundo. Los colectivos que han convocado el acto piden una Ley de Memoria Histórica de los Pueblos que, de la misma forma que la actual trata de borrar las referencias franquistas, renombre calles y ensalzamientos a personajes como el Marqués de la Ensenada, autor del ‘Proyecto de Exterminio de los Gitanos’ en 1749, o la retirada de los leones del Congreso de los Diputados, realizadas con materiales extraídos de la guerra con Marruecos. “Las poblaciones racializadas queremos calles libres de representaciones del supremacismo blanco sobre nuestros cuerpos”, exponen en el manifiesto, que se ha leído al término de la acción.

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