Las imágenes de decenas de jóvenes migrantes tirados en el suelo, hacinados, heridos, exhaustos y golpeados por las fuerzas de seguridad marroquí cerca de la valla de Melilla, han despertado la indignación de la sociedad española. Al menos 37 personas han perdido la vida en los acontecimientos y brutal respuesta de las autoridades marroquíes ante el intento de salto de valla para alcanzar la ciudad autónoma de Melilla. Pero las palabras de Pedro Sánchez, que calificó este sábado de “asalto violento” el salto y responsabilizó de las muertes a las mafias, también han despertado el descontento entre la ciudadanía.
En respuesta a esta situación, este domingo 26 de junio, ciudades de toda la geografía española se han concentrado en repulsa de estos hechos y en solidaridad con las víctimas. Madrid, Barcelona, Valencia, Cádiz, Sevilla, Granada, Bilbao, Palma, Zaragoza, Badajoz, Girona, Valladolid o Las Palmas de Gran Canaria, son algunas de las ciudades que se han sumado a este grito en defensa de los derechos humanos.
En Madrid, en la céntrica Plaza de Callao, cientos de personas se han congregado, muchas de ellas vestidas de negro y portando flores, en señal de duelo y protesta. A grito de “ningún ser humano es ilegal”, comenzaba la protesta marcada por el dolor. Eran repetidos los gestos de llantos ahogados en las gargantas de muchas de las personas asistentes que se fundían en abrazos con otros conocidos.
Thimbu Samb, un joven senegalés que llegó a Españas después de intentar cruzar el Estrecho en varias ocasiones, se mostraba profundamente consternado. “No venimos a España porque nos guste morir, nosotros arriesgamos nuestras vidas porque los recursos en nuestros países son saqueados por Occidente”, denuncia el joven, que hoy es actor de profesión. “No puedo comprender cómo Pedro Sánchez condena lo que está pasando en Ucrania y aplaude lo que está pasando en la frontera de Melilla”, apunta Samb en referencia a las últimas declaraciones del presidente Pedro Sánchez, en las que responsabilizaba a las mafias de las muertes frente a Melilla.
Araceli Caballro, Carmen Laín, Alba Rondan y Pilar Redondo, son cuatro amigas que rondan los 70 años, pero se conocen desde hace más de cuatro décadas, unidas frente a distintas injusticias sociales. Por eso estaban allí. “No se puede consentir la masacre que ha habido en Melilla”, apuntaba Redondo, a lo que añadía su compañera Araceli: “No se puede consentir. Matar por matar”. Este grupo de amigas tampoco podían esconder su indignación frente a las declaraciones de Pedro Sánchez. “Lo lamentable es escucharle ahora acusar a las mafias de las muertes en la frontera, cuando las mafias son los gobiernos que crean esta situación”, señalaba Rondan con estupor.
“Lo más triste es que esto, como sociedad, lo vamos a normalizar. Ya pasó con la tragedia del Tarajal”, lamenta Teresa Palomo, fotógrafa que conoce muy de cerca la realidad de las fronteras de Ceuta y de Melilla. “Llevo tres días en shock, vengo sin cámara, no sé ni que hacer”, se sinceraba Palomo. “Esto es cada vez peor, es como Libia, un infierno. De hecho, la mayoría de la gente que estaba en este salto procedía de Sudán, seguramente escapando de Libia con la esperanza de llegar a Europa en este paso fronterizo, y mira con lo que se han encontrado. Mi chico ha estado en siete intentos de salto en la valla y ayer me decía: ‘menos mal que en esta ocasión tenemos imágenes que puedan mostrar lo que se vive ahí cada día’”, compartía Palomo con el dolor y hastío de quien lleva años señalando la brutalidad que el viernes estalló en la frontera hispano-marroquí contra personas migrantes.
Jalil Mohamed, periodista saharaui, acudía a la protesta con otros compañeros compatriotas. No dudaron en compartir su solidaridad con las víctimas de la violencia cometida por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes. “Nosotros como saharauis llevamos muchísimos años repitiendo una consigna que es muy clara: ‘Marruecos asesina, Europa patrocina’, y lamentablemente han tenido que venir estas imágenes para remover un poco la conciencia de la sociedad europea”, dice este joven recordando también el reciente cambio de postura del Gobierno actual, que apoya el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, contrario a la legalidad internacional respecto a la antigua colonia española.
En un momento de la protesta, se improvisó un pequeño altar en el centro de la plaza donde se amontonaban flores como símbolo de duelo y empatía con las víctimas. Además, en un momento el suelo de la plaza se cubrió de un manto de cuerpos tumbados en el suelo, que recordaban a las imágenes que se han visto estos días de las personas migrantes hacinadas y tiradas en el suelo bajo custodia de las fuerzas de seguridad marroquíes, que también propinaban golpes. Con ese gesto se guardó un minuto de silencio que se rompió con gritos de “Melilla, hermanos, nosotros no olvidamos”, “las vías negras también importan” o “la ley de extranjería mata gente cada día”.
“No nos entra en un comunicado toda la rabia y la impotencia de ver cómo las vidas migrantes, las vidas negras, los cuerpos racializados en las fronteras, pueden sufrir toda la violencia de los Estados responsables de la falta de vías seguras para acceder a la Europa Fortaleza y llamara a estas actuaciones criminales:’acuerdos de cooperación’”. Así comenzaba el manifiesto leído por la Plataforma Regularización Ya, colectivo que ha convocado la protesta en Madrid. El comunicado también señala que no se trata de “hechos aislados”, sino “tragedias anunciadas, planificadas por el sistema de control migratorio y de expulsión de fronteras” y exige la “rectificación del Gobierno” y “acabar con la violencia que la Ley de Extranjería impone en las fronteras y dentro del territorio”.
Entre los asistentes se han visto caras conocidas del panorama político como Alejandra Jacinto y Serigne Mbaye, diputados de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid; Miguel Urbán, eurodiputado de Anticapitalistas; o Nacho Murgui, concejal de Más Madrid.