Hamid (nombre ficticio) tenía un vínculo especial con el mar, detallaban los equipos de protección de Ceuta en los documentos y correos intercambiados con las distintas comunidades autónomas. El adolescente, decía, soñaba con ser socorrista. La información llegó a oídos de los técnicos del servicio de menores de Galicia. Decidieron enviarle a una de las pocas “casas de familia” ubicadas en una localidad costera de la región.
Es uno de los menores trasladados en los últimos meses desde Ceuta, a través del mecanismo de reparto de 200 niños, niñas y adolescentes, comprometido por la mayoría de los gobiernos autonómicos, bajo la coordinación del Ministerio de Derechos Sociales, tras la crisis migratoria surgida en mayo en la ciudad autónoma. El proceso avanza, en general, al paso que permiten los trámites ligados a un dispositivo, que está siendo aplicado en base a las características individualizadas de los menores tutelados, según explican a elDiario.es desde distintos ejecutivos autonómicos y la cartera dirigida por Ione Belarra.
Algunas comunidades, sin embargo, han resuelto la burocracia de una forma más ágil que otras. Hasta el momento, 155 niños han sido repartidos por distintos puntos de la península. Solo cuatro autonomías (Asturias, Madrid, Murcia y Euskadi) aún no han recibido a ningún menor, debido a los problemas “burocráticos” ligados a la gestión de los expedientes de traspaso de la guarda o tutela, según explican desde el Área de Menores de Ceuta y desde los gobiernos que aún no han acogido a ningún niño migrante desde la ciudad autónoma.
“Hay que poner en valor la reacción de todas las comunidades autónomas que nada más producirse la situación de crisis, aceptaron el reparto propuesto, excepto Madrid –que votó en contra–”, sostiene Violeta Assiego, directora general de Derechos de la Infancia. “Los distintos gobiernos autonómicos están sorteando todas las dificultades burocráticas que conlleva el traslado de 200 menores. Las decisiones ligadas al proceso se están tomando de manera individualizada, caso a caso, a pesar de la especial situación que vive Ceuta”, añade Assiego. El Ministerio de Derechos Sociales trabaja en el impulso de un mecanismo estable de reparto de menores, al que acudir ante situaciones de emergencia, con el objetivo de evitar las trabas burocráticas alegadas por todos los ejecutivos regionales contactados por elDiario.es.
La primera salida, de once menores, se produjo el 11 de junio con destino a Islas Baleares. Ante la falta de plazas disponibles en los consejos insulares –de los que depende la acogida de menores–, el Govern buscó una alternativa para cumplir con el cupo asignado en mayo. “Había tres chavales para los que no había espacio. Aunque no tenemos competencias, pedimos a Ceuta que mantuviese la tutela de estos niños, e invitamos a estos jóvenes a estar en Mallorca bajo la supervisión del Govern”, detalla Fina Santiago, consellera de Asuntos Sociales del Archipiélago.
En base a sus recursos, el Ejecutivo balear se ofreció a recibir a los adolescentes más próximos a la mayoría de edad, dado que el Govern cuenta con un programa de emancipación de jóvenes extutelados, que garantiza un proceso de acompañamiento una vez alcanzados los 18, uno de los momentos que los menores extranjeros no acompañados viven con mayor ansiedad, debido a la falta de oportunidades a la que se enfrentan. “Algunos de ellos se mostraron preocupados ante la cercanía de su cumpleaños, pero les explicamos que aquí les apoyaríamos”, dice Santiago.
Una semana después de la salida a Baleares, 14 chavales partieron hacia recursos de protección andaluces. Entre ellos, el Gobierno andaluz recibió a un niño con un perfil “extremadamente vulnerable” que había llegado a la ciudad en la entrada masiva de mayo. A finales de ese mismo Castilla y León realizó ocho de los 18 traslados pactados en mayo.
La última semana de junio, 20 menores fueron recibidos en Galicia. “Se intentó trabajar con la mayor agilidad posible, entendiendo que la situación que afrontaba Ceuta era compleja. Hablábamos de una emergencia, porque la administración ceutí tenía que atender en condiciones dignas a esos menores, pero estaba sobrepasada”, dice Joaquín Rey, director general de Infancia de la Xunta de Galicia. En coordinación con el Área del Menor ceutí, el servicio de protección gallego distribuyó a los menores en los espacios de acogida que, a su juicio, mejor se adaptaban a las particularidades de los chavales marroquíes.
“Antes de producirse el traslado, sabíamos los perfiles de menores que venían, lo que nos ha ayudado a poder buscar una fórmula lo más adecuada posible para cada uno”, explica Rey. “Teníamos varias opciones: crear un centro específico para atenderlos; o distribuirlos en distintos centros, evitando de esta forma su concentración y facilitando su inclusión con el resto de niños”. La Xunta optó por separar a los menores (en parejas, tríos o solos, en función de las valoraciones de Ceuta) y repartirlos en “casas de familia”, pequeños centros con un máximo ocho plazas.
Extremadura (11 del cupo acordado más dos vulnerables), La Rioja (5), Cataluña (15 más una joven reagrupada con sus familiares), Aragón (9), Cantabria (7 más otros tantos vulnerables), Comunidad Valenciana (25), Castilla–La Mancha (14) y Navarra (6 trasladados la semana pasada) también han recibido ya a los niños y adolescentes que se comprometieron a acoger.
Las salidas que faltan
La siguiente salida se espera que se produzca hacia Asturias. En las “próximas dos o tres semanas”, once menores serán trasladados a la región, según confirma una portavoz de la Consejería de Derechos Sociales. Euskadi, a la que le corresponde acoger a ocho niños, también se encuentra en una fase avanzada del procedimiento, después de recibir esta semana “el visto bueno” por parte del Gobierno ceutí, explica una portavoz del Departamento de Políticas Sociales de Euskadi.
Las comunidades que aún no han firmado los convenios necesarios para activar los traslados son Madrid (20) y Murcia (7).
“Estamos ultimando la tramitación administrativa y todo el papeleo que requiere el acuerdo de solidaridad y colaboración”, explica un portavoz de la Consejería de Política social de la Comunidad de Madrid, que asegura que el Gobierno regional ya ha reservado 20 plazas para recibir a los menores que le corresponde. Fuentes del Ejecutivo de Murcia aseguran que se encuentran a la espera de resolver “un trámite” para poder proceder “en breve” al traslado.
Además de las 200 plazas comprometidas en mayo, algunas comunidades autónomas han acordado en estos meses recibir a un número mayor de los menores, debido a su situación “especialmente vulnerable”. Fuentes del Ejecutivo de Ceuta aseguran que que “valora” y “agradece” la disposición de distintos gobiernos autonómicos a hacerse cargo de más adolescentes de los asignados inicialmente.
En el Centro de Realojo Temporal de La Esperanza solo quedan actualmente 14 menores acogidos antes de la entrada de un millar de niños y adolescentes en mayo. El acuerdo inicial se centraba en el traslado de 200 chavales tutelados por la ciudad antes de la crisis diplomática con Marruecos. Dado que aún hay 56 traslados pendientes, la administración local ha propuesto a las regiones pendientes incluir a jóvenes con perfiles vulnerables llegados en mayo, así como a las adolescentes atendidas por la asociación Engloba.
Además de los gobiernos regionales, distintas organizaciones no gubernamentales que colaboran con el Gobierno de Ceuta en la gestión de la atención a los menores migrantes no acompañados que acoge han valorado el “minucioso” trabajo desarrollado por el Área de Menores que dirige Antonia Palomo para organizar los traslados a cada autonomía “teniendo en cuenta no solo la posible existencia de familiares o allegados a cada niño en los distintos territorios, sino también la formación de grupos por afinidad personal con el fin de facilitar al máximo su integración en el destino”.
Condiciones de “absoluta precariedad”
Al margen de este reparto por comunidades, la Ciudad Autónoma ha logrado reagrupar con familiares en distintos puntos de España y Europa a “unos treinta” adolescentes llegados a Ceuta en mayo, según el Ejecutivo local, que ha renunciado a seguir pidiendo ayuda al resto de comunidades para aliviar la “insoportable” presión que dice sufrir y para mejorar las condiciones de acogida de “absoluta precariedad” en que se encuentran los menores.
Según el presidente de Ceuta, Juan Vivas, su decisión se apoya en que la ciudad “no puede ser” para la inmigración ni un “presidio” ni “pasaporte verde a Europa”. A su juicio “el fenómeno es estructural” y la de los traslados a otras regiones “terminaría no siendo una solución provisional” con el riesgo de presentar a la ciudad como “un problema”, por lo que apuesta por “el retorno” de los menores lo antes posible a su país como “principio general” de actuación.
Las entidades sociales no opinan lo mismo. La Plataforma de Infancia de España ha pedido al Gobierno de Pedro Sánchez que “facilite recursos para el cuidado de los niños” y que “coordine con las Comunidades Autónomas el apoyo para acogerlos en el sistema de protección cuando la evaluación individualizada así lo recomiende”. La directora de Incidencia y Política de Save The Children, Catalina Perazzo, ha vuelto a reclamar a la luz de la situación en Ceuta “un mecanismo de corresponsabilidad estable y de obligado cumplimiento para las autonomías que tenga en cuenta a las regiones con mayor presión migratoria y dé respuestas ágiles, ya que los niños no pueden continuar acogidos en condiciones que no son aceptables tres meses después de la emergencia”.
Hamid, el menor acogido en Galicia que soñaba con ser socorrista, aún no ha podido trabajar en el rescate de vidas en el mar, pero ya ha cursado unas prácticas de verano en el sector hostelero, explica el director general de Infancia del Gobierno gallego. Otros adolescentes acogidos en Islas Baleares ya han encontrado trabajo en Menorca, indica la consejera de Política Social del Govern, quien ha comprobado las ganas que estos chavales tenían de salir de Ceuta, en busca de oportunidades laborales: “De forma, muy espontánea uno de ellos nos dijo: 'Estamos mejor aquí, porque allí somos muchos'. Aquí es posible el acompañamiento personalizado que requieren”, concluye Fina Santiago.