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La Cooperación española financia a una empresa con denuncias de explotación y afincada en paraísos fiscales

Miembros del poblado de Bambembe en la visita de Grain en marzo de 2013 a República Democrática del Congo./ Fuente: Grain.

Laura Olías

Los fondos públicos de la Cooperación española están pensados para apoyar a las poblaciones más desfavorecidas. A veces, el destino final del dinero público se aleja de su objetivo, como denuncia el informe Feronia Inc. La diosa desnuda. La investigación de varias ONG sigue los pasos de 40 millones de euros destinados al Fondo Africano Agrícola, de los que la empresa Feronia recibió 3,16 millones. La compañía Feronia, que opera en República Democrática el Congo cuenta con sedes en paraísos fiscales y acumula denuncias de sus empleados sobre las malas condiciones de trabajo, con salarios que a veces no llegan al mínimo del país, y el acaparamiento de sus tierras, que se remonta a la época colonial.

La participación pública en un fondo de inversión como el Fondo Africano Agrícola (FAA) –gestionado por una entidad afincada en el paraíso fiscal de las Islas Mauricio– es posible gracias al Fonprode, una herramienta financiera del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación muy criticada por varias ONG. “Los gobiernos compran una serie de participaciones, y a partir de ahí ese fondo busca cómo colocar el dinero”, explica Pablo Martínez Osés, de la Plataforma 2015 y más. Las empresas deben cumplir, no obstante, con los criterios de desarollo y sostenibilidad.

El informe Feronia Inc. La diosa desnuda –de las organizaciones Mundubat, Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas, Grain y la Plataforma 2015 y más– sigue el rastro de la empresa Feronia, en un pormenorizado relato, desde su nacimiento en 2008 en las Islas Caimán, donde mantiene dos sedes (Feronia JCA y Feronia CI).

En el camino, Feronia compró a la empresa Unilever las participaciones que ésta había adquirido anteriormente de la histórica compañía PHC, creada bajo el dominio colonial belga en 1911. Como resultado, Feronia se convirtió en una empresa, que cotiza en la bolsa de Toronto, dedicada a la explotación de monocultivos de aceite de palma en tres grandes plantaciones en República Democrática del Congo (Yaligimba, Boteka y Lokuto) y, en menor medida, a la producción de otros alimentos.

En 2010, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación aprobó la partida de 40 millones de euros para el Fondo Africano Agrícola (FAA), que se ha convertido en uno de los principales inversores de la compañía Feronia, al igual que la agencia oficial británica para la ayuda al desarrollo de la Commonwealth (Commonwealth Development Corporation, CDC). 3,16 millones de las arcas públicas españolas han ido a parar a Feronia, según informan en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). Según explica Pablo Martínez, las autoridades españolas están al corriente de estas actividades puesto el FAA explica a sus inversores a dónde va a parar su dinero.

“Casos parecidos hay muchos, en República Democrática del Congo, pero nos llamó la atención Feronia porque establecimos un vínculo bastante directo con Ong locales y pudimos acceder a los testimonios de gente de allí. Confluían múltiples cuestiones: las consecuencias sociales y ambientales de los monocultivos, el acaparamiento de tierras y el uso indebido de las agencias de cooperación”, afirma Joaquim Muntané, de Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas.

Miles de hectáreas por “unos sacos de sal y mantas”

“Unos sacos de sal, paquetes de cigarrillos y algunas mantas”, reza una carta escrita a mano y firmada por 61 personas del territorio de Yahuma, donde se asienta una de las tres grandes plantaciones de aceite de palma de Feronia. Las personas entrevistadas por las ONG Grain y RIAOC-RDC en marzo de este año, denuncian que en la empresa PHC (adquirida por Feronia a través de Unilever) les dieron esas retribuciones a cambio de 14.000 hectáreas de tierra en 1911, cuando el país se encontraba bajo dominio belga.

“Desde 1911 hasta la fecha la comunidad local deplora la falta de negociación con la sociedad”, dicen los trabajadores en referencia a Feronia. Los intentos de recuperar y explotar sus territorios no han obtenido respuesta.

En la compañía canadiense consideran que las “opiniones (reflejadas en el estudio) no son representativas del sentimiento en nuestras comunidades”, responden a eldiario.es en una entrevista escrita. Sobre la apropiación de tierras, Feronia admite que “no descartamos esas cuestiones históricas, pero estamos centrados en la realidad de la situación que heredamos después de casi un siglo de funcionamiento en estas ubicaciones” y confían en “desarrollar un camino productivo e inclusivo” en el futuro. Recuerdan que, en las localizaciones donde opera, la empresa facilita las únicas instalaciones médicas y educativas, y ha construido carreteras y otras instalaciones básicas. Este aspecto también valorado por la Aecid en sus respuestas a eldiario.es.

Según explican a este fuentes de la agencia de cooperación, la oficina del Fonprode ha investigado las denuncias de apropiación de terrenos y “de acuerdo a la información facilitada por el gestor [FAA], Feronia cumple con la legalidad congoleña”.

Denuncias del salario de 1,5 dólares al día

Las denuncias de la posesión ilícita de tierras no son las únicas. Trabajadores locales entrevistados por Grain –que ha publicado otro informe de la visita a República Democrática el Congo– “sostienen que el salario diario para un obrero típico de las plantaciones y los viveros de Feronia en Lokutu es alrededor de 1.400 francos congoleños (1 dólar y 50 centavos), lo cual es menor que el salario mínimo de mil 680 francos congoleños”, alerta la ONG.

Fuentes de Feronia, que no responden a la pregunta expresa sobre los salarios de 1,5 dólares, afirman que hay once escalas salariales (sin especificar) y enfatizan que existen sindicatos con los que tratan estas cuestiones. La compañía destaca un acuerdo, alcanzado con los sindicatos, en el que se comprometieron a subir los salarios a partir de enero de este año, aunque no especifica de qué cantidad se trata.

Aunque la visita de la organización Grain tuvo lugar en marzo de 2015, y en una carta fechada entonces los empleados denuncian la existencia de trabajadores “mal pagados” en la actualidad, la Aecid responde que de las investigaciones del FAA sobre el tema se extrae “que la situación reflejada en el informe respecto a los salarios de los trabajadores corresponde al período anterior a la entrada del Fondo Africano de Agricultura en la empresa”, en 2013.

La agencia española de Cooperación destaca también el nuevo convenio con los sindicatos: “Gracias a él se ha igualado el salario de los trabajadores con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) local”.

Pérdidas millonarias cada año

Las entidades responsables del estudio resumen la investigación como un ejemplo de lo que temían que ocurriera con el modelo de cooperación al desarrollo que se empezó a implantar al final del gobierno socialista, en 2010, y que ha continuado el actual. “Introdujo como novedad que el Gobierno español, como ya hacían el británico el el francés, pueda comprar participaciones en fondos de inversión con dinero público de cooperación”, cuenta Pablo Martínez Osés, de la Plataforma 2015 y más.

En la información pública del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación sobre la participación en el Fondo Africano Agrícola, se justifica la viabilidad de la operación por “la existencia de un modelo financiero y un plan de negocios sólidos con expectativas positivas de rentabilidad”.

Las cuentas de Feronia, públicas a través de la información facilitada a la bolsa de Toronto, distan mucho de esa imagen de rentabilidad. La empresa acumula pérdidas millonarias año tras año. En 2014, la cantidad fue de 20 millones de dólares; en 2013, de 12,8 y en 2012, de 8,9. “Ningún fondo de inversión invertiría en una empresa así si no hay algo que se escapa de la propia lógica inversora”, argumenta Pablo Martínez.

Según la Aecid, el FAA “es una de las pocas vías a disposición de este tipo de empresas” y su falta pondría en riesgo un gran número de empleos (8.000 directos e indirectos, según Feronia).

El estudio, que se presenta al público este jueves en Madrid, discute las razones objetivas de las agencias europeas de cooperación en invertir en Feronia, con sede en Canadá y que está lejos de poderse considerar un proyecto de “pequeños productores”.

“Se supone que estos fondos de cooperación dan dinero adonde no llega, a africanos independientes, para ayudar a las poblaciones más empobrecidas a construir sus propias empresas. Pero ya lo dijimos en una investigación con Eurodad, tal y como funcionan los mercados financieros, si eres un pobre agricultor no vas a recibir el dinero del fondo, que tiene accionistas que quieren recuperar su inversión”, argumenta Pablo Martínez.

Los portavoces de Plataforma 2015 y más y de Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas coinciden en su intención de que el estudio genere un cambio en el proceder de la Cooperación Española pública respecto a la inversión en estos fondos. “Es un ejemplo de los riesgos de invertir en los espaciones más ocuros, donde funcionan los brokers. No hay garantías de desarrollo ni de transparencia”, lamenta Martínez.

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