Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este martes que al menos 281 personas de todo tipo y condición que trabajan para promover y defender los derechos humanos fueron asesinadas en 2016 en todo el mundo, frente a los 156 del año previo y los 136 de 2015, la mayoría de ellos en América.
“Mientras se continúa atentando contra la vida y la integridad de los defensores de los derechos humanos alrededor del mundo, los Estados están fallando en su obligación de respetar y proteger el derecho a la vida y el derecho a defender los derechos humanos sin miedo a represalias”, alerta la ONG.
Según su informe Ataques mortíferos pero evitables: Asesinatos y desapariciones forzadas de aquellos que defienden los derechos humanos, desde 1998 un total de 3.500 activistas fueron asesinados en diferentes partes del globo.
Asimismo, la ONG recuerda que el asesinato es el último eslabón de una serie de ataques previos dirigidos contra estos activistas. “Los brutales ataques que se documentan en este informe son el final lógico de una tendencia alarmante”, señala Guadalupe Marengo, directora del Programa Global sobre Defensores y Defensoras de los Derechos Humanos de AI.
“En lugar de apoyar a los defensores y defensoras de los derechos humanos, muchos líderes globales los ponen en una situación de mayor riesgo mediante campañas difamatorias, el uso indebido del sistema de justicia penal o presentándolos falsamente como personas que se oponen a los intereses nacionales”, prosigue.
La mitad de asesinatos son de defensores de la tierra
Más de tres cuartas partes de los asesinatos de defensores de los derechos humanos cometidos el pasado año tuvieron lugar en América, señala el informe, que recoge datos de la organización Front Line Defenders.
Según informaciones de diferentes ONG y agencias de la ONU recopiladas por AI, en Colombia se registraron 59 muertes y en Brasil 66, en su mayoría de indígenas y activistas que trabajaban en defensa del medio ambiente o los derechos territoriales. Casi la mitad de los asesinatos, el 49%, fueron perpetrados contra personas que trabajaban en asuntos relacionados con la tierra y el medio ambiente.
“En muchas partes de América Latina, donde el acceso a la sanidad y los derechos sexuales y reproductivos está fuertemente restringido, Amnistía Internacional ha documentado cómo los que defienden tales derechos han sido objeto de campañas de difamación, acoso, persecución injusta, amenazas y ataques físicos”, reza el documento difundido este martes en Nueva Delhi.
En cuanto a los periodistas que perdieron la vida por su profesión, el pasado año se registraron 48 asesinatos, una cifra que asciende a 827 al referirse al periodo entre 2006 y 2015, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
AI también muestra su preocupación por los ataques contra el colectivo de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI). “Los defensores LGBTI sufren ataques por quiénes son y también por lo que hacen: pueden ser atacados por su orientación sexual o identidad de género real o percibida, además de por defender los derechos relacionados con el género y la sexualidad”, según el informe.
Así las cosas, la organización, que también alertó de la prevalencia de desapariciones forzosas y maltrato cuando los activistas se encuentran bajo arresto, pidió a los gobiernos que implementen leyes de protección para estas personas.
Además, les pidió que ofrezcan medidas preventivas para los que han sido amenazados, y que lleven ante la Justicia a los autores de los crímenes contra los defensores de los derechos humanos.