450 personas desembarcaron la pasada madrugada del mercante “Ezadeen” tras la llegada del barco al puerto italiano de Corigliano Calabro, desde donde fueron distribuidos a centros asistenciales de la zona.
El desembarco de los inmigrantes estaba previsto para la noche del viernes, pero se retrasó debido a problemas técnicos para el atraque del buque. Las operaciones de desembarco se complicaron por el hecho de que la maquinaria del barco, que al parecer carece de electricidad, resultó dañada, según explicaron fuentes de la Capitanía del puerto.
De momento no se tiene noticias de casos graves de salud en ninguna de las personas, la mayoría de origen sirio, de las cuales aproximadamente medio centenar son menores.
El carguero había sido abandonado en aguas del mar Jónico e intervenido esta mañana por la Guardia Costiera, seis de cuyos miembros tomaron el control del buque. La nave, al parecer matriculada en Sierra Leona, fue hallada abandonada por su tripulación a 40 millas (70 kilómetros) del Cabo de Leuca (Lecce, sur de Italia).
Los guardacostas la dirigieron hacia el puerto calabrés de Crotona, aunque luego se decidió llevarlo al de Corigliano Calabro, en una zona protegida del Golfo de Taranto.
Las autoridades italianas han asumido la investigación del caso para averiguar las circunstancias en las que los inmigrantes embarcaron y cuándo y cómo el “Ezadeen” fue abandonado en alta mar.