Eslovaquia acudirá a la Justicia europea para impugnar las cuotas de refugiados aprobadas ayer por los ministros de Interior de los países de la Unión Europea (UE), declaró este miércoles el primer ministro eslovaco, Robert Fico.
“Eslovaquia es un país soberano y es un dictado de la mayoría en un tema muy delicado”, dijo Fico en una rueda de prensa en Bratislava. Eslovaquia es, junto la República Checa, Hungría y Rumanía, los estados que votaron en contra del reparto de 120.000 refugiados en la UE en los próximos dos años.
“Vamos a presentar una denuncia en el Tribunal de Luxemburgo”, aseguró el primer ministro eslovaco, para avanzar que su país no aplicará “la decisión de los ministros de Interior”.
El plan se aprobó por mayoría cualificada, ante la negativa de varios países del Este y la abstención de Finlandia y es de obligado cumplimiento. En declaraciones prosteriores a la reunión, el ministro luxemburgues Jean Asselborn afirmó que confiaba en que todos los estados miembros respetasen la legalidad comunitaria.
Los refugiados partirán de Grecia e Italia, las regiones a las que más refugiados llegan desde fuera de la UE. Hungría, que era uno de los países que se iba a beneficiar del reparto (con 54.000 refugiados que saldrían de su territorio a otros estados), se ha opuesto al plan: estos solicitantes de asilo partirán de Grecia, Italia u otros países que lo necesiten.
Los países del Este han ejercido una fuerte resistencia a la reubicación de miles de refugiados desde los países que reciben más llegadas de solicitantes de asilo hacia el resto de la UE.
La República Checa no denunciará
Por su parte, República Checa no denunciará el reparto aprobado este martes en Bruselas, aunque el gobierno checo había mostrado sus dudas sobre la legalidad de un sistema de cuotas obligatorias de refugiados.
“No quiero aumentar la tensión con denuncias. La cuerda se puede tensar hasta un límite, y luego se rompe”, reconoció hoy en un comunicado el jefe del Gobierno checo, el socialdemócrata Bohuslav Sobotka.
“Nos esperan otras batallas y un camino realista para la crisis migratoria, y necesitamos que los socios en Europa escuchen nuestros argumentos”, añadió.
Sobre las cuotas, Sobotka había indicado la víspera en otro comunicado que “la República Checa hará todo lo posible por evitar” aplicarla.