14.000 millones de dólares. Era la cifra que el Fondo Mundial contra el sida, la malaria y la tuberculosis había fijado como objetivo para la Conferencia de Donantes que se celebrada este jueves en Lyon, para volver a movilizar recursos contra estas tres mortales enfermedades. El llamamiento era claro: la escasez de financiación es una de las amenazas que pueden frenar el avance contra estas pandemias que, en 2017, mataron a más de dos millones de personas.
Lo lograron. Tras el encuentro, los responsables del fondo han informado de que los donantes se han comprometido a aportar 14.020 millones de dólares (12.726 millones de euros) en los próximos tres años, “la mayor cantidad recaudada” por el mecanismo que canaliza las donaciones para financiar proyectos contra el sida, la malaria y la tuberculosis. En él que participan Gobiernos de todo el mundo, pero también organizaciones de la sociedad civil y sector privado.
Al final de la conferencia, la sexta de este tipo, el monto total prometido era de 13.920 millones de dólares. No obstante, aún quedaban otros 80 millones por recaudar. El Fondo Mundial explica que varios de los participantes en el encuentro -el anfitrión Emmanuel Macron, el fundador de Microsoft Bill Gates y el cantante Bono- se han comprometido a recaudar otros 100 millones en las próximas semanas.
Con la financiación comprometida por los donantes, el fondo espera salvar 16 millones de vidas y prevenir 234 millones de infecciones. “Este año, les prometimos a los niños de siete años del mundo que terminaríamos con el sida, la tuberculosis y la malaria para 2030 -cuando se conviertan en adultos-, para que no tengan que hacerlo ellos. La notable demostración de solidaridad global de hoy muestra que el mundo está comprometido a cumplir esa promesa, trabajando más fuerte, más rápido y juntos”, ha dicho Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial.
De acuerdo con datos del Fondo Mundial, los programas de salud apoyados por el mecanismo han salvado 32 millones de vidas desde su creación en 2002 hasta finales de 2018. “En general, el número de muertes causadas por el sida, la tuberculosis y la malaria se ha reducido en un 40% cada año en los países en los que invierte el Fondo Mundial”, aseguran. Hace cuatro años, los dirigentes mundiales se comprometieron a poner fin a las tres epidemias para 2030 en la firma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Durante el encuentro celebrado en Lyon, varios países donantes han aumentado sus promesas, como EEUU o Francia, que ha incrementado su contribución en un 20% hasta los 1.296 millones de euros. La UE ha prometido un 16% más, 550 millones. Reino Unido y Alemania donarán 1.400 millones de libras y 1.000 millones de euros cada uno. Japón y Canadá figuran también entre los principales donantes.
Un total de 23 Estados africanos, un número “sin precedentes” según el Fondo, han asegurado que harán aportaciones. Durante la conferencia, explican desde el mecanismo, varios jefes de Estado se comprometieron a aumentar los recursos nacionales para sus sistemas de salud y a trabajar para lograr una cobertura sanitaria universal. La lista de los donantes privados (que aportarán cerca de 1.000 de esos 14.000) la encabeza la Fundación Bill & Melinda Gates, con 760 millones de dólares.
Por su parte, hace unas semanas, el Gobierno español anunció su regreso al fondo tras ocho años sin donar un solo euro. La contribución a la que se ha comprometido el Ejecutivo de Pedro Sánchez es de 100 millones en los próximos tres años. Este jueves, la ha mantenido. “España no solo quiere renovar su contribución financiera al Fondo Global. También queremos ser socios de este organismo y, a través de él, de la comunidad que aporta una visión integral y coherente de la salud global”, ha asegurado la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, durante su intervención.
En 2011, España pasó de estar entre los principales donantes del fondo durante los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, a no realizar ninguna aportación al mecanismo. Entre 2003 y 2010, España destinó un total de 724 millones. A partir de esa fecha, en el marco de los recortes presupuestarios en cooperación, el Ejecutivo -en un primer momento del PSOE y posteriormente del PP- suspendió las donaciones y dejó de contribuir. En 2016, todos los grupos parlamentarios reclamaron al Ejecutivo, a través de una PNL, que regresara con 100 millones.