Un total de 148 refugiados procedentes de Grecia llegan este lunes a Francia, como parte de los 30.000 que se comprometió a acoger este país en dos años en el reparto europeo decidido en septiembre pasado. Las cifras las dio a conocer el ministro de Interior francés, Bernard Cazeneuve, que en un artículo publicado en la página web del diario Libération justificó la lentitud de la entrada de los refugiados.
“Si sólo unos cientos han llegado a Francia por ahora no es por falta de atractivo de nuestro país, ni de una mala voluntad debilerada. Es simplemente porque los dispositivos de acogida y de reparto de los refugiados en los 'hot spots' (centros de registro y selección) no funcionan todavía más que de forma muy imperfecta”, precisó.
Recordó, además, que el pasado año Francia acogió a “más de 80.000 demandantes de asilo, es decir, muchos más que el Reino Unido, por ejemplo”, y que es “el único país que ha puesto en marcha un dispositivo específico para algunas víctimas” del Estado Islámico.
El ministro de Interior rechazó las acusaciones de que el desmantelamiento parcial del campamento de inmigrantes de Calais vaya a dejar en la carretera a cientos de personas.
Por el contrario, dijo que el objetivo es, “con el aval” de la justicia, “poner al abrigo” a los ocupantes del campamento que están allí “expuestos al frío”, en medio del barro y “sometidos a la violencia de los traficantes que se esfuerzan en sacarles el precio de un improbable y peligroso proyecto para pasar clandestinamente” al Reino Unido.
Cazeneuve destacó que más de 2.900 inmigrantes han abandonado diferentes campamentos para ir a centros de acogida oficiales, y eso “desmiente el análisis” de que rechazan en masa “la perspectiva de pedir el asilo en Francia”.