El dispositivo de acogida de las 629 personas rescatadas del Aquarius ya está en marcha. Momentos después del anuncio del ofrecimiento del puerto de Valencia, comenzaron las llamadas y la organización de reuniones de urgencia. Vicepresidencia y el Ministerio de Trabajo y Migraciones trabajan ya codo con codo con la Generalitat Valenciana para coordinar el operativo de emergencia ante la próxima llegada del barco de rescate y los dos buques de la Marina italiana.
Acnur, Cruz Roja, Accem, CEAR, entre una treintena de entidades más encargadas de la acogida de migrantes, ya están movilizadas y han debatido durante cerca de cuatro horas en una reunión celebrada este martes en Valencia. El objetivo era realizar una “radiografía”, en palabras de Mónica Oltra, de las plazas disponibles dentro de la red de ONG que componen los sistemas de asilo y de atención humanitaria en España, para valorar así si es necesaria la preparación de nuevos recursos, como los ofrecidos por algunas comunidades autónomas y ayuntamientos.
A no ser que el Gobierno central y la Generalitat Valenciana comuniquen un cambio de planes, una vez que las personas a bordo del Aquarius toquen por fin suelo español, el protocolo activado para la primera recepción será el habitual ante la llegada de pateras a las costas españolas.
Cruz Roja será la primera en entrar en acción. La organización humanitaria estará preparada en la Marina de Valencia, la antigua sede del Alinghi, con 1.600 metros cuadrados que ya han sido acondicionados, para encargarse de los desembarcos de los tres buques que trasladarán desde el Mediterráneo central a las 629 personas rescatadas, entre ellas 123 menores no acompañados, 11 niños pequeños y siete mujeres embarazadas.
El desembarco
“Nosotros estamos planificando el desembarco con el Ministerio de Trabajo. Haríamos la primera atención igual que la realizamos en el dispositivo habitual de pateras en las costas españolas”, explica Iñigo Vila Guerra, jefe de Emergencias de la organización que estará presente en la reunión de este martes en Valencia, convocada por la Generalitat. “El proceso de Cruz Roja es el mismo. Llegue en una patera de 10 o de 600 personas”, apunta.
Una vez hayan atracado en el puerto, sus equipos efectuarán una revisión médica a los recién llegados con la finalidad de identificar si es necesario un tratamiento específico o la derivación a un centro hospitalario.
Delegación del Gobierno hará la primera identificación
Tras la finalización de la primera atención humanitaria a cargo de Cruz Roja, la Delegación de Gobierno actuará en el mismo puerto para proceder a las primeras identificaciones para determinar “a aquellos que puedan acogerse al estatuto del refugiado” y quiénes serán tratados como migrantes en situación administrativa irregular, según ha explicado la vicepresidenta del Ejecutivo de Oltra. Este primer filtro determinará el mecanismo de acogida al que serán derivados.
Se trata de un procedimiento inusual que, según ha explicado Oltra, se llevará a cabo por “razones humanitarias” debido a la “excepcionalidad” del caso, en el que centenares de personas se han visto obligadas a esperar en alta mar durante días ante el desprecio del Gobierno italiano.
Normalmente, las personas recién llegadas, a pesar de acabar de desembarcar de un viaje traumático, suelen pasar a disposición de la Policía Nacional, después de haber permanecido durante días en alta mar, para ser identificados.
Las ONG especializadas en migración llevan años alertando de la necesidad de recibir a las personas rescatadas en el contexto de travesías migratorias traumáticas como víctimas de tragedias múltiples, atendiendo sus requerimientos psicológicos y humanitarios por encima de las cuestiones de “seguridad”, evitando así estancias prolongadas en calabozos de comisarías -donde pueden permanecer un máximo de 72 horas- tras su llegada a puertos.
Diferentes actores coordinados
¿Qué pasará después? Una vez identificadas, las personas rescatadas tendrán que ser hospedadas en los diferentes recursos puestos a disposición de la emergencia. Su destino específico es incierto. En la actualidad, la forma de proceder en la recepción de las pateras arribadas a las costas españolas depende del puerto al que llegan. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) han denunciado en distintas ocasiones la “arbitrariedad” y el “caos” con los que la Administración española gestiona esta primera atención.
Las posibilidades suelen ser varias en los desembarcos casi diarios que se están produciendo en nuestras costas. Las competencias se dividen entre los ministerios de Interior y el de Trabajo y Migraciones. La mejor noticia para quien llega de forma irregular a nuestras costas es que su caso sea gestionado por el de Trabajo, la cartera de la que depende el lado social de las políticas migratorias. Si es así, pasarán al sistema de acogida, ya sea por la vía del asilo o la de atención humanitaria de personas migrantes en situación irregular.
Trato “excepcional” por razones humanitarias
Generalmente, cuando las personas rescatadas no son consideradas como “posibles refugiados” y pasan a ser derivadas a la vía de extranjería, dependiente de Interior (generalmente si no son considerados casos “vulnerables”), los recién llegados son trasladados a un Centro de Internamiento para Extraneros (CIE).
Según fuentes cercanas al sistema de asilo, a los 629 rescatados no se les aplicará en principio la Ley de Extranjería, por lo que no acabarán en un CIE, dado que se trata de un dispositivo en respuesta a una situación “excepcional” aplicando la condición de “razones humanitarias”, lo que supone la aceptación de la condición de vulnerabilidad.
En base a la normativa española, los rescatados por el Aquarius tendrán el derecho de solicitar asilo. Si su petición es admitida, el Ministerio de Migraciones los derivará a centros de asilo y refugio especializados, gestionados por el Gobierno o por las ONG que participan en el sistema oficial de acogida.
Si los recién llegados no solicitan asilo, en principio, podrán permanecer durante unos meses en el sistema de atención humanitaria de inmigrantes, que también cuenta con una red de centros o recursos habitacionales distribuidos por toda España, también gestionados por ONG como Accem o Cruz Roja.
Tal y como ha reconocido la ministra de Migraciones, las plazas disponibles -tanto en la red de asilo como en el mecanismo de integración de migrantes en situación irregular- son “limitadas”, por lo que el Gobierno tendrá que contar con los ofrecimientos realizados por otras comunidades autónomas o ayuntamientos. El lugar al que van a ser derivados todavía no está cerrado y se irá perfilando en los próximos días.
El dispositivo de “emergencia” se organizará a través de la coordinación de diferentes actores en materia de migración: los diferentes ministerios implicados, las comunidades autónomas y municipios dispuestos a participar. Se trata de un modelo de gestión de la acogida defendido en numerosas ocasiones por Acnur y que el Gobierno de Mariano Rajoy se había negado a aplicar, a pesar de los muchos ofrecimientos de solidaridad despertados durante la crisis de refugio de 2015.
La mayor incógnita reside en qué pasará después del desembarco de los rescatados del Aquarius, cuando los focos dejen de apuntar hacia ellos y el resto de migrantes que cada día arriban a nuestras costas. Las ONG solicitan que esta primera decisión política de Sánchez sea el primer paso hacia “un cambio” de modelo en el sistema de acogida.