Tras más de siete meses desde el inicio del brote del ébola que activa la alerta de los Occidente ante la mínima sospecha de contagio, el Gobierno español ha enviado únicamente un total de 650.000 euros en ayuda humanitaria, según ha confirmado el Ministerio de Cooperación. A pesar de que África Occidental es una de las zonas “prioritarias” para la cooperación española, el Gobierno, hasta el momento, no ha dado una respuesta contundente a la crisis. Su aportación supone del 0,3% de la totalidad de las donaciones internacionales destinadas a acabar con el virus, según las cifras de la ONU. El brote se ha cobrado la vida de 3.338 personas.
España se queda lejos de la ayuda enviada por otros vecinos europeos como Inglaterra, que ha aportado 25'5 millones de euros, Suecia o Alemania, con cerca de 4 cada uno o Noruega y su donación de 2'2 millones de euros. Otros estados de la Unión Europea como Italia (773.494 euros), Suiza (721,888), Países Bajos o Dinamarca, aunque superan a España, sus envíos no llegan al millón de euros. Luxemburgo, Andorra y Estonia han mandado una ayuda inferior, según los datos de la ONU. Otros, como Francia y Gracia, no han enviado dotación económica, atendiendo al recuento de la organización de las Naciones Unidas encargada de ello.
Según la Agencia Estatal de Cooperación Española (AECID), los fondos aportados por España para paliar el virus se distribuyen en tres de los cinco países afectados: Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry. Con la aprobación de los últimos presupuestos, el Gobierno ha recortado un 80% en acción humanitaria gestionada por ONG, la partida de donde suele extraerse buena parte de las aportaciones de emergencias internacionales, como el brote del ébola.
La mayor parte de la ayuda se ha destinado a Liberia. En concreto, a la Orden de los Hermanos San Juan de Dios, a la que pertenecía el sacerdote español fallecido a causa el virus, con el objetivo de “apoyar la reapertura del Hospital de San José en Monrovia”. Con este fin, a través de Farmamundi, el Gobierno efectuó un envío aéreo de “dos lotes completos de equipo médico, material de protección y desinfección, rehidratación y medicamentos específicos para luchar contra el ébola” con un valor de 155.000 euros. A ellos se añade una aportación de 45.000 euros a la ONG Save the Children para financiar su campaña con tras enfermedad.
En Guinea Conakry, el Ejecuivo español ha entregado 50.000 euros a Acción contra el Hambre para “financiar el seguimiento de casos, apoyo a las familias y sensibilización en las comunidades para romper la cadena de transmisión”, según ha informado la Agencia Estatal de Cooperación.
La respuesta humanitaria del Gobierno se completa con 150.000 euros destinados al traslado de una Unidad de Respuesta de Emergencia de Cruz Roja Española en Sierra Leona y 100.000 euros dirigidos directamente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo de la ONU que está coordinando la lucha internacional contra el brote. Sin embargo, ninguna de estas aportaciones aparece reflejada en la cuantificación de las Naciones Unidas de las donaciones internacionales, que cifran la ayuda española contra la crisis del ébola en 264.954. Esto se debe, según la AECID, a que todavía no se habían completado todos los “trámites necesarios” para que la ayuda fuese registrada por el organismo internacional.
Por último, el 12 de septiembre, el Consejo de Minstros aprobó el pasado 12 de septiembre el envío de 160.000 euros al Gobierno de Liberia con el objetivo de ayudar en su lucha contra el brote del ébola. El Ejecutivo del país africano solicitó esa ayuda a España con antelación. Los hospitales de Liberia están completamente saturados, según las organizaciones internacionales presentes en el país. No hay camas suficientes para todos los enfermos que llegan y algunas personas contagiadas, aseguran, mueren en la puerta de los centros sanitarios.
Aunque nunca se confirmó el coste de la repatriación del español infectado, Miguel Ángel Pajares, el periódico ABC publicó una estimación que giraba alrededor de los 500.000 euros, la misma cantidad que el total de ayuda enviada por España. El Gobierno se encargo de todos los gastos relativos al traslado del sacerdote contagiado en el hospital Saint Joseph de Monrovia (Liberia), donde trabajó durante siete años. Tras permanecer menos de una semana en el hospital Carlos III de Madrid, falleció a causa del virus.