Baidy Kane lleva 48 días encerrado en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Madrid. Su hija tiene 50 días de vida. La niña, de nacionalidad española, nació dos días antes de que su padre fuese detenido por no contar con residencia en España horas después de salir del hospital junto a su pareja y la recién nacida. El Ministerio del Interior pretende materializar su deportación a finales de noviembre sin haber permitido el reconocimiento de su hija, ya que la jueza instructora del caso ha rechazado su traslado policial al Registro Civil de Granada para poner sus apellidos a la menor, según la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es.
“La niña nació, aquí, en Granada. Baidy y yo salimos del hospital a las 15:30 horas, dos días después. Él tenía que ir a Málaga a recoger su pasaporte para poder registrar a nuestra hija”, explica Leolinda, andaluza, pareja de Kane desde hace dos años, según señalan. El senegalés no ha vuelto a ver a su hija desde entonces. Mientras esperaba el autobús con dirección a Málaga en la estación granadina, dos policías se acercaron a él. Exigían su documentación.
Kane acabó en comisaría. “Les decía que acababa de tener una hija, que mi niña tenía dos días, que tenía pareja...”, recuerda el senegalés desde el interior del CIE de Aluche en conversación telefónica con eldiario.es. La policía llamó a su novia para confirmar sus informaciones. Ella lo hizo, pero no fue suficiente. Pasó la noche en el calabozo. Al día siguiente se celebró el juicio y su titular decretó su internamiento en el CIE de Madrid, donde lleva 48 días.
“Estoy muy mal. Aquí no nos tratan bien. Aquí todo esta mal”, describe Baidy Kane desde uno de los siete centros empleados por el Gobierno para privar de libertad deambulatoria a los extranjeros en situación irregular, supuestamente, a la espera de su expulsión. “Yo quiero reconocer a mi hija, pero no me dejan”.
La defensa de Kane solicitó en el Juzgado de Instrucción número dos de Granada la autorización del traslado del senegalés, bajo custodia policial, al Registro Civil de la provincia para ejercer su derecho de reconocer a su hija recién nacida. No obstante, la jueza María Ángeles Jiménez Muñoz ha rechazado su petición.
Según explica en un auto datado a 4 de noviembre, la jueza no lo ha aprobado por “los términos en que se plantea dicha solicitud, el lugar donde se encuentra el mismo actualmente, la finalidad del traslado propuesto y la falta de justificación del mismo”. El derecho de la menor a ser reconocida por su padre no le parece, por tanto, razón suficiente para autorizar el traslado.
Su abogado, Vicente Rodríguez, cuestiona la respuesta judicial. El letrado ha interpuesto un recurso recordando que la titular del juzgado alega una “falta de justificación” para el traslado solicitado cuando, “al ser detenido los días posteriores al nacimiento de la menor, la única documentación de la que se dispone es el certificado del alta médica tras el nacimiento, donde figura el nombre de Don Baidy como padre de la recién nacida, que consideramos mas que suficiente” para acreditar la necesidad del ciudadano senegalés de reconocer a su hija.
“Esto es peor que la cárcel. Quiero ver a mi niña, estoy muy mal”, repite una y otra vez. Según relata, cumplió una pena de tres años de prisión por conducir la patera en la que llegó a España hace once años, según narra su pareja. “Yo no recibía dinero. Como sabía hacerlo, la manejaba yo. Tan sólo quería llegar a España”, defiende el senegalés. “De todas formas, aunque fuese un delito lo que hice, pagué por ello”.
Vuelo programado “el 20 o el 21 de noviembre”
En un primer momento, el juzgado había decretado 40 días de internamiento. Sin embargo, la Jefatura Superior de Policía de Granada solicitó una prórroga “a fin de poder materializar su expulsión los días 20 o 21 del mes de noviembre, fecha en la que tiene previsto un vuelo a Senegal”, atendiendo a la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es.
No obstante, desde la Campaña por el Cierre de los CIE sospechan que la deportación podría adelantarse a finales de esta semana, ya que, según dicen, algunos senegaleses han recibido una notificación de expulsión para este viernes. La dirección del centro no ha entregado ningún aviso a Baidy Kane por el momento, según ha confirmado él mismo a eldiario.es.
“Se está obstaculizando de forma indebida el derecho de la menor a estar con ambos progenitores. Pero, independientemente de su expulsión, en vez de favorecer la determinación de la edad, se hace todo lo contrario”, denuncia una de las voluntarias que está haciendo seguimiento del caso desde la Campaña por el Cierre de los CIE. “No se está velando por el interés del menor, sino que se está obstaculizando de una forma inexplicable. No hay ninguna justificación”, critica.
Intentos de paralizar su expulsión
La base jurídica de los distintos recursos que ha presentado Vicente Rodríguez para paralizar la deportación de Baidy hacen referencia al arraigo familiar, puesto que vive con su pareja y la madre de su hija recién nacida. En primer lugar, alude a la Declaración Universal de Derechos Humanos. Concretamente, al artículo 16, donde se especifica que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”.
La Constitución Española es otra de las bazas que maneja el abogado. Apunta al artículo 18, que protege “el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”. El letrado hace especial mención a la parte que se refiere a la intimidad personal, un derecho constitucional que, con la expulsión de Braidy de España, podría estar “obstaculizando sus relaciones familiares”.
Para agotar la última bala, menciona el artículo 132 de la Ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso-administrativa. “Las medidas cautelares estarán en vigor hasta que recaiga sentencia firme que ponga fin al procedimiento en el que se hayan acordado”. Esto quiere decir que, si el juez admite a trámite el recurso, la extradición de Baidy podría pararse de forma cautelar y así poder acudir al Registro Civil en Granada.
Antes de colgar, las palabras de Baidy, entrecortadas por culpa de la mala cobertura del teléfono disponible para los internos en el CIE de Madrid, son contundentes. “Yo lo intentaré de todas las formas posibles. No quiero irme a Senegal, voy a hacer todo lo posible para no perder a mi niña. Voy a hacer cualquier cosa. Todo lo que pueda, hasta el último segundo, para quedarme con mi hija”.