El informe de la Guardia Civil contradice al ministro: se usaron pelotas bajo “la orden habitual”

El informe de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso eldiario.es, contradice los últimos argumentos esgrimidos desde Interior para justificar el uso de material antdisturbios en la tragedia de Ceuta. Mientras el ministro asegura que “nunca se había producido un supuesto” en el que “se lanzasen pelotas de goma a los inmigrantes [en el agua]”, el Instituto Armado detalla que el empleo de este material se hizo bajo la “orden habitual de que siempre haya varios metros entre el lugar de impacto en el agua y los inmigrantes”. Es decir, según el documento, este tipo de intervención se ha llevado a cabo en otras ocasiones.

De hecho, el mismo Fernández Díaz se contradice a sí mismo pues, durante la comparecencia en la que explicó los hechos ocurridos el pasado 6 de febrero, se basó en el informe citado y reprodujo literalmente este apartado del documento que ahora desmiente la excepcionalidad del “caso del Tarajal” defendida por el ministro en al menos tres declaraciones públicas recientes.

Las últimas explicaciones del ministro han dado un giro para justificar el uso de pelotas de goma. “Se han dado muchas entradas ilegales de inmigrantes por vía marítima a Ceuta y jamás se les ha disparado pelotas de goma. Pero el caso del Tarajal era distinto porque intentaron entrar por tierra primero, al no conseguirlo bajaron a la valla, superaron a la Gendarmería marroquí y, como elemento disuasorio, se lanzaron pelotas de goma a la mar para intentar trazar una línea fronteriza imaginaria con carácter disuasorio. Y ese supuesto nunca se había producido”, ha explicado el titular de Interior este martes en la Cope.

En esta misma entrevista Fernández Díaz parece afirmar que incluso el método utilizado por los inmigrantes en su intento de acceder a Ceuta, tratando de rodear el espigón fronterizo a nado, fue algo novedoso. Este argumento es insostenible: el pasado 17 de septiembre al menos 90 personas lograron llegar a la ciudad autónoma de esta manera.

“A fin de frenar su avance, se lanzan los medios para delimitar la traza fronteriza en el mar con la orden habitual de que siempre haya varios metros entre el lugar de impacto en el agua y los propios inmigrantes”, detalla el informe de la Guardia Civil.

Asimismo, el ministro ha deslizado en los últimos días que los agentes no recibieron órdenes de los mandos a la hora de usar material antidisturbios. “A las 7:45, cuando estás en una situación límite, no llamas a un despacho para pedir órdenes y actúas con los medios que tienes”, argumentó el titular de Interior en Onda Cero restando responsabilidad a altos cargos del Instituto Armado.

En este sentido, el informe de la Guardia Civil no deja lugar a dudas. “Bajo las órdenes y supervisión directa tanto del Oficial al mando del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), como del Capitán Jefe de la Compañía que realiza los servicios de impermeabilización fronteriza” se utilizó el material antidisturbios durante la tragedia de Ceuta.

El documento, al que ha tenido acceso eldiario.es, repite en varias ocasiones que el lanzamiento de pelotas de goma se efectuó respetando los “principios de proporcionalidad” establecidos en la legislación vigente. Destaca una matización: “Recuerdese que los inmigrantes se enfrentaban a los marroquíes con palos y tirándoles piedras”, añade el Instituto Armado para justificar el uso de material antidisturbios cuando los inmigrantes nadaban, una situación que imposibilita el lanzamiento de objetos y, por tanto, suponer una amenaza en el agua.

A pesar de que el informe está datado el 8 de febrero -48 horas después de la tragedia-, Interior no reconoció el uso de material antidisturbios desde el espigón hacia el agua hasta cinco días después de la recepción de la documentación. Aunque ya conocía la actualización de la información facilitada por la Guardia Civil de Ceuta, el Ministerio mantuvo su segunda versión oficial, la que defendía que los agentes solo habían lanzado pelotas de goma cuando algunos inmigrantes intentaron entrar a la ciudad autónoma por tierra.

Del mismo modo, el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, aseguró que las personas que intentaron cruzar el espigón fronterizo a nado no llevaban “ni manguitos ni flotadores” el mismo día en el que recibió esta documentación que constata que algunos de los inmigrantes “portaban unos objetos para utilizar supuestamente como salvavidas”.

Los cuerpos que ni España ni Marruecos recogía

En este mismo informe, la Guardia Civil reconoce que, tras la tragedia de Ceuta, habían sido localizados cuerpos sin vida en aguas marroquíes de los que nadie se hacía cargo. El documento insinúa que el primer cadáver hallado en zona española podría ser “uno de los detectados el pasado día seis” en el lado alauí. Esta matización confirma que algunos de los fallecidos deambularon durante días en aguas fronterizas después de haber sido avistados.

El baile de cifras de cadáveres recuperados podría haber sido fruto de un error a la hora de efectuar el recuento de los cuerpos, habitual en este tipo de tragedias, pero según las últimas informaciones no parece derivado de un fallo de cálculo.

El siete de febrero las autoridades marroquíes comunicaron al Centro Operativo de Servicios (COS) del Instituto Armado el hallazgo de los cadáveres de cuatro personas en aguas próximas al espigón fronterizo, según fuentes de la Guardia Civil consultadas por Europa Press. Con esta información, la mayoría de los medios, incluido eldiario.es, elevó la cifra oficial a 13 fallecidos.

Al día siguiente, con la aparición del primer cuerpo en aguas españolas, la Delegación del Gobierno en Ceuta especificó que se trataba del décimo cadáver recuperado. “Nosotros solo habíamos confirmado el hallazgo de nueve cuerpos -los confirmados desde primera hora de la mañana del día de la tragedia-, desconocemos de dónde procedía la información que había elevado la cifra”, explicaron fuentes de la institución a eldiario.es ante el descenso repentino de víctimas mortales oficiales. Este periódico reflejó en la misma información el baile de cifras registrado de un día para otro.