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La historia de Josefa, la única superviviente rescatada por el Open Arms

Josefa, la única superviviente a bordo del Open Arms.

Desalambre

Cuando la encontraron, Josefa estaba boca abajo, aferrada a una tabla de madera en la que había luchado por mantenerse con vida durante dos días en el mar. Junto a ella reposaban los cuerpos sin vida de dos compañeros de viaje, una mujer y un niño de corta edad. Uno de los socorristas saltó al agua cuando se dio cuenta de que todavía podía estar viva entre los restos de la patera destrozada. La mujer se agarró con fuerza, lo abrazó. Tenía la ropa pegada a la piel y la mirada perdida.

Josefa, cuya historia ha sido recogida por el medio italiano Internazionale, se encuentra descansando, recuperándose de la grave hipotermia que sufría. La única superviviente está a salvo a bordo del buque de rescate Open Arms, que indica que la mujer va mejorando poco a poco. La doctora del barco, Giovanna Scaccabarozzi, afirma al medio italiano que está fuera de peligro, pero todavía está conmocionada.

Josefa asegura venir de Camerún y cuenta que huyó por la violencia que sufría. “Huí de mi país porque mi marido me pegaba. Me golpeaba porque no podía tener hijos”, relata a Internazionale. 

El director de la organización, Óscar Camps, acusó este martes a los agentes libios que vigilan el Mediterráneo de “abandonar” a Josefa, a la otra mujer y al menor en el mar y “destruir su embarcación porque no querían subirse” a las patrulleras en las que han acudido a interceptar el bote, con 158 personas a bordo. No pudieron hacer nada por recuperar con vida al pequeño y la otra mujer que acompañaban a la rescatada.

“Estuvimos en el mar dos días y dos noches. Llegaron policías libios y empezaron a golpearnos”, relata la superviviente, que, según el medio italiano, no recuerda muchos de los detalles y no sabe dónde están sus compañeros de travesía. Según indicó la ONG este martes, fueron llevados de vuelta a Libia. 

Como muchos de los rescatados, Josefa solo tiene un temor: ser también devuelta a Libia, donde han sido documentados todo tipo de abusos sobre la población migrante y donde son desembarcados por las patrulleras del país vecino, con el apoyo financiero y técnico de la Unión Europea. “Libia no, Libia no”, repite Josefa. La tripulación trata de tranquilizarla y le responde que no, que no volverá a Libia, al “infierno” que describen quienes, como ella, consiguen llegar con vida a Europa.

Este miércoles, la ONG ha solicitado puerto a España para poder desembarcarla. “Nos vemos en la obligación de proteger a esta señora de las presiones que pueda recibir. La protegemos y la llevamos a España, es un tema de darle refugio”, asegura Óscar Camps, director de la ONG, en declaraciones a EFE. El buque ya se encuentra rumbo al norte. Tras el permiso del Gobierno español, Josefa podrá pisar suelo español, por fin, el próximo sábado. Esta vez será en Palma de Mallorca. 

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