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Una porteadora muere en la frontera con Melilla después de que Marruecos le retirase su mercancía

Sonia Moreno

Tánger (Marruecos) —

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Una porteadora marroquí de 56 años ha fallecido este sábado de un infarto en el paso fronterizo de Beni Ensar después de que las autoridades marroquíes le requisaran, sin explicarle el motivo, la mercancía que acarreaba desde Melilla.

Malika madrugó el sábado para viajar a Melilla desde la zona donde residen muchos porteadores en la carretera entre Beni Ensar y Nador. Cruzó la frontera temprano y recogió dos cajas pesadas de almendras para pasarlas a Marruecos por encargo de un empresario que tiene nave y comercio en ambos países.

A las once de la mañana ya estaba de vuelta con alrededor de 40 kilogramos al hombro, cuando las autoridades marroquíes la pararon y le confiscaron la mercancía. “Ella no se detuvo y siguió a la policía hasta la aduana, les suplicó que le devolvieran la mercancía porque al día siguiente tenía que pagar el alquiler”, explica a eldiario.es la Asociación Gran Rif de Derechos Humanos.

A pesar de padecer diabetes, se quedó todo el día a las puertas de donde se almacenó la mercancía, llorando y sin comer. “Sufrió un ataque de nervios y sobre las seis de la tarde, al levantarse, se desplomó y falleció de un infarto”, detalla la organización desde la frontera de Beni Ensar.

“Era de Oujda, pero llevaba tiempo aquí. Era muy conocida en la frontera, muy querida y muy buena gente”, añade la misma fuente.

Malika es la quinta porteadora que pierde la vida en la frontera con Melilla, anteriormente otras tres mujeres y un hombre fallecieron también transportando encima kilos de mercancía.

El objetivo de Rabat es reducir el comercio en la frontera

El Gobierno de Marruecos cerró el paso fronterizo de Tarajal II en Ceuta el pasado 8 de octubre, y busca alternativas de empleo para hacer lo mismo en Melilla. Una zona más complicada para terminar de una manera repentina con la actividad de “comercio atípico”, por miedo a que las revueltas del Hirak en el Rif solicitando derechos sociales y económicos puedan extenderse hasta la frontera.

En todo caso, “el final del contrabando en el norte es un paso positivo, pero el establecimiento de zonas económicas beneficiará a los jóvenes formados y no a las mujeres divorciadas que viven en una situación especial”, aseguró al diario marroquí Hespress Mohamed Benaissa, jefe del Observatorio del Norte para los Derechos Humanos, tras conocerse la muerte de Malika.

Por eso, Benaissa solicita “la integración de estas mujeres en ocupaciones sociales para preservar su dignidad y no ser víctimas de accidentes”, a través de “una estrategia integrada que incluya a todos los grupos afectados”.

La mayoría de las porteadoras proceden de entornos rurales y muy pobres, muchas de ellas divorciadas o viudas con hijos a su cargo. ONG españolas y marroquíes han denunciado reiteradamente en informes “humillación”, “malos tratos” y “violencia verbal”, además de la falta de condiciones sanitarias en la zona. Alrededor de 8.000 porteadores cruzan al día por los tres pasos fronterizos con la ciudad de Melilla.

El objetivo de Rabat es reducir al mínimo la actividad comercial no solo de las porteadoras si no también de los productos que entran en los coches por la frontera. De tal manera que la mercancía se importará y exportará directamente desde Marruecos, a través de los puertos de Tánger Med en Ceuta y Beni Ensar en Nador. De hecho, Marruecos cerró unilateralmente también la aduana comercial con Melilla el 1 de agosto de 2018. Entonces, la Administración de las Aduanas transfirió el paso de las mercancías comerciales del paso de Melilla al puerto de Beni Ensar.

El director de aduanas de Nador aseguró el sábado pasado en una conferencia en la localidad de Beni Ensar que “el contrabando de pescado, verdura y alimentos existe todavía por todas las partes en Melilla”. Este mes está prevista una reunión de las direcciones de aduanas de ambos países en Madrid para tratar esta cuestión, teniendo en cuenta que Rabat no las considera fronteras.

España y Marruecos ya crearon un grupo de trabajo común en 2018 para “poner en práctica los procedimientos, la organización y los medios idóneos para promover el comercio lícito y contribuir a la mejora del paso de viajeros”, según explicó entonces el gobierno español en el Congreso.

España está representada por los responsables de la Agencia Tributaria y del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales en Melilla, así como representantes de los Servicios Regionales de Andalucía, Ceuta y Melilla y de los Servicios Centrales del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales. Por parte de Marruecos participan representantes de los Servicios Centrales y Regionales de la aduana marroquí y los responsables de la aduana de Nador.