“La mayoría de la gente me conoce como Mo Farah, pero no es mi nombre ni es la realidad”. Así comienza el adelanto del documental sobre el campeón olímpico británico Mo Farah, que emitirá este miércoles la BBC. El cuatro veces medalla de oro en unos Juegos Olímpicos ha revelado que fue engañado para ser trasladado de niño a Reino Unido de manera irregular y tratado como esclavo doméstico por una familia en Londres.
“Durante años mantuve esto oculto”, dice Farah, de 39 años, en el documental. “La verdadera historia es que nací en Somalilandia, al norte de Somalia, como Hussein Abdi Kahin. A pesar de lo que he dicho en el pasado, mis padres nunca vivieron en Reino Unido”, relata.
En el programa, titulado “El verdadero Mo Farah”, el atleta explica que había dicho que nació en Somalia y que había entrado como refugiado en Reino Unido desde Mogadiscio cuando tenía nueve años para unirse a su padre que trabajaba en Londres, algo que no era verdad. Farah explica sus padres nunca viajaron a Reino Unido.
Su madre y sus dos hermanos viven en una granja en Somalilandia, un territorio que declaró la independencia en 1991, pero no está reconocido internacionalmente. Su padre, Abdi, murió tras recibir el impacto de balas perdidas cuando Farah tenía cuatro años durante enfrentamientos civiles violentos en Somalia, según relata.
La visita de una mujer
Más tarde, cuando tenía unos ocho o nueve años, él y a su hermano gemelo, Hassan, se fueron con su familia en Yibuti, país fronterizo de Somalia y, en teoría, más seguro. Farah recuerda que una mujer visitó la vivienda varias veces para observarlo. Le dijo que lo llevaría a Europa a vivir con unos parientes, según cuenta en el documental. El anuncio “emocionó” entonces al pequeño. Nunca había viajado en avión.
La mujer le dijo que, a partir de entonces, debía decir que se llamaba Mohamed. Cuando viajó, llevaba consigo documentos de viaje falsos en los que aparecía su foto bajo el nombre de otro niño: “Mohamed Farah”.
A su llegada a Londres, la mujer que lo acompañaba no lo llevó con sus familiares, como había prometido. El niño acabó en su piso del barrio de Hounslow, en el oeste de la ciudad. Nada más pisar Londres, la mujer rompió los papeles que llevaba Farah con la información de contacto de sus parientes. “Justo delante de mí, los rompió y los tiró a la papelera. En ese momento, supe que estaba en apuros”, dice el atleta.
A partir de entonces, fue obligado a realizar tareas domésticas y cuidar a los niños de otra familia “si quería comida”. Farah añade que la mujer lo amenazó diciendo que si quería volver a ver a su familia, no podía decir nada de lo que estaba sucediendo. El menor fue, por tanto, víctima de trata con fines de explotación laboral.
“A menudo me encerraba en el baño y lloraba. Nadie estaba ahí para ayudarme. Después de un tiempo, aprendí a reprimir esos sentimientos”, dice el atleta. La BBC dice que ha contactado con la mujer que llevó a Farah a Reino Unido, sin obtener respuesta.
“El verdadero Mo”
No fue hasta los 12 años cuando la familia con la que vivía le permitió ir a la escuela, donde lo presentaron ante los profesores como un refugiado somalí.
Su antigua tutora, Sarah Rennie, ha dicho a la BBC que Farah llegó a la escuela “desaliñado y descuidado”, que hablaba muy poco inglés y que era un niño “emocional y culturalmente alienado”.
Pero en este colegio, Farah encontró su “salvavidas”: el atletismo. “Lo único que podía hacer para escapar de esto era salir y correr”, dice. El joven confesó a su profesor de educación física, Alan Watkinson, su verdadera identidad, sus antecedentes y el trabajo que le obligaba a hacer la familia con la que vivía. El educador se puso en contacto con los servicios sociales y ayudó a Farah a ser acogido por otra familia somalí.
“Seguía echando de menos a mi verdadera familia pero a partir de ese momento todo mejoró”, dice el ahora atleta olímpico. “Sentí que me quitaban muchas cosas de encima y me sentí como yo. Fue entonces cuando salió Mo, el verdadero Mo”, recuerda.
Farah empezó a hacerse un nombre como atleta y, a los 14 años, fue invitado a competir por las escuelas inglesas en una carrera en Letonia, pero no tenía documentos de viaje, dado que los utilizados para viajar a Reino Unido eran falsos. Watkinson fue quien le ayudó a obtener la ciudadanía británica con el nombre de Mohamed Farah, que las autoridades le concedieron en julio de 2000. En el documental, el atleta habla con el verdadero Mohamed Farah y explica que seguirá usando el nombre de Mo Farah.
En 2012, en los Juegos Olímpicos de Londres ganó dos medallas de oro, en las carreras de 5.000 y 10.000 metros. Cuatro años después, en las olimpiadas de Río de Janeiro, Farah volvió a ganar el oro en las dos categorías. Ha ganado seis títulos mundiales, ha batido varios récord y ha logrado ser descrito como el mejor campeón de atletismo británico en la historia de las olimpiadas modernas. Ha batido varios récords europeos y en 2017 la reina Isabel II lo condecoró “caballero” como parte de los honores que concede a la excelencia.
El olímpico dice que quería contar su historia para llamar la atención sobre la esclavitud y la trata de personas. “No tenía ni idea de que hubiera tanta gente que pasara exactamente por lo mismo que yo. Eso demuestra la suerte que tuve”, dice. “Lo que realmente me salvó, lo que me hizo diferente, fue que podía correr”, reconoce.
También dice que sus cuatro hijos le han empujado a contar la verdad sobre su pasado: “La familia lo es todo para mí y, como padre, siempre enseñas a tus hijos a ser honestos, pero siento que siempre he tenido esa cosa privada en la que nunca pude ser yo y contar lo que realmente pasó”.
“Me lo he guardado durante tanto tiempo que ha sido difícil porque no quieres afrontarlo y a menudo mis hijos me preguntan: 'Papá, ¿cómo es esto? Y siempre tienes una respuesta para todo, pero no tienes una respuesta para esto”, dice.
“Inspirador y ejemplar”
El ministro de Economía británico y ahora aspirante a primer ministro de Reino Unido, Nadhim Zahawi, ha elogiado a Farah durante una entrevista con la BBC por su modelo de conducta “verdaderamente inspirador”. Zahawi, que llegó a Reino Unido como refugiado iraquí, dijo que se le había “roto el corazón” al escuchar la historia del atleta. “Tuve mucha suerte de tener a mis padres conmigo cuando huimos de Irak”, dijo.
“Todo lo que puedo decir es que alabo a Mo Farah”, ha añadido Zahawi. “Es un ser humano asombroso, pasar por ese trauma en la infancia, salir de él y ser un modelo tan grande, es realmente inspirador y ejemplar”, indicó.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, también ha elogiado a Farah como “un gran británico”. “Todo lo que Mo ha sobrevivido demuestra que no solo es uno de nuestros mejores atletas olímpicos, sino un verdadero gran británico”, ha tuiteado Khan. “Mo Farah, gracias por compartir tu historia, por arrojar luz sobre estos horribles crímenes y por mostrar por qué las vías seguras [para migrar a Europa] son tan importantes”, dijo.
En el documental, Farah admite estar preocupado por su situación migratoria. Pero, según informa The Guardian, el Ministerio de Interior confirmó este lunes por la noche que no se enfrentará a ninguna sanción. “No se tomará ninguna medida contra Mo y sugerir lo contrario es un error”, dijo un portavoz.