Al menos 41 personas han fallecido en el enésimo naufragio de una patera en el estrecho de Sicilia, en su intento de alcanzar las costas italianas desde Túnez, de donde habían zarpado a bordo de una embarcación rudimentaria hace varios días.
Según la agencia de noticias italiana ANSA, la Guardia Costera ha rescatado a cuatro migrantes con vida, tres menores (dos chicos y una chica) y un hombre, que han asegurado que otras 41 personas viajaban con ellos a bordo de la patera que ha volcado y se ha hundido.
A primera hora de este miércoles, el barco 'Rimona', con bandera de Malta, ha encontrado a los supervivientes y los ha entregado posteriormente a la Guardia Costera italiana, que los ha trasladado hasta la isla de Lampedusa a bordo de la patrullera Cp327, tal y como detalla ANSA. Allí, han sido acogidos en el centro para migrantes gestionado por la Cruz Roja Italiana y que este miércoles se encontraba saturado, como ocurre de forma recurrente.
Los supervivientes, que estaban en estado de shock, son ciudadanos de Costa de Marfil y Guinea Conakry, y han relatado haber partido el pasado jueves de la localidad de Sfax, en la costa oriental de Túnez y desde donde zarpan la mayor parte de las pateras que han llegado desde principios de este año a Italia.
Según el relato de los cuatro rescatados, a bordo de la embarcación viajaban un total de 45 personas, entre las que había tres niños. Después de unas seis horas de navegación, la patera de metal de unos 7 metros de eslora, volcó debido a las olas y todos sus ocupantes acabaron en el agua. Sin embargo, sólo 15 de ellos llevaban chaleco salvavidas, lo cual no impidió que se ahogaran, tal y como dijeron los compañeros de viaje que han sobrevivido y han podido contarlo.
El naufragio se produjo hace varios días y lejos de donde han sido rescatados hoy los cuatro migrantes y, por ello, no se han avistado los cuerpos de los fallecidos, según ANSA. No queda claro en qué punto naufragó la patera, pero los supervivientes han aguantado varios días en la mar gracias a que pudieron subirse a una embarcación precaria abandonada, según su relato “confuso”, agregó ANSA.
Travesías mortales
La ruta desde el norte de África a Italia, a través del mar Mediterráneo, es una de las rutas más utilizadas por migrantes, refugiados y solicitantes de asilo que intentan llegar a Europa en barco, y es también una de las más mortíferas. Según la Organización Mundial de las Migraciones (OIM), más de 1.720 personas han muerto en el Mediterráneo Central en la primera mitad de 2023, la cifra más alta registrada desde 2017.
Esta misma semana, se produjeron al menos tres naufragios frente a las costas de Túnez, en los que murieron 14 migrantes y 72 siguen desaparecidos, la mayoría de ellos procedentes de países del África subsahariana, informó el martes la OIM.
Además, el sábado se informó de otros dos naufragios frente a la isla de Lampedusa, en los que murieron 34 personas, aunque solo se pudieron rescatar tres cadáveres en medio de un fuerte temporal. Al igual que hoy, también fueron los 57 rescatados los que explicaron que sus compañeros de viaje se habían caído al mar.
Después de la tragedia de este miércoles, la OIM, la Agencia de la ONU para los Refugiado (Acnur) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) han pedido en un comunicado conjunto “mecanismos coordinados de búsqueda y rescate” por parte de los Estados europeos y “acceso más amplio a vías legales más seguras para la migración y el asilo en la Unión Europea, para evitar que las personas tengan que recurrir a viajes peligrosos en busca de seguridad y protección”.
Además, las tres agencias han denunciado las “prohibitivas condiciones meteorológicas de estos días” por un fuerte temporal “hacen extremadamente peligrosas las travesías en pequeños barcos de hierro no aptos para la navegación” y “pone de manifiesto la absoluta falta de escrúpulos de los traficantes que exponen así a los migrantes y refugiados a altísimos riesgos de muerte en el mar”.