“Free Carola [liberad a Carola]”. “Salvar vidas no es delito”. “Injusticia”. Las ilustraciones y los mensajes en apoyo a Carola Rackete, la capitana del barco Sea Watch 3 detenida por atracar sin autorización en el puerto de la pequeña isla italiana de Lampedusa con 40 migrantes a bordo, han inundado las redes sociales en los últimos días.
Desde el pasado sábado, cuando comenzó a circular la imagen de la alemana de 31 años siendo arrestada por las autoridades italianas, cientos de personas han querido mostrarle su solidaridad y han aplaudido su acción, exigiendo su liberación y criticando la “criminalización” que enfrentan las personas que defienden los derechos de los migrantes y refugiados en Europa. Entre ellas hay rostros conocidos como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el periodista Jordi Évole o la también activista Helena Maleno.
La detención de Rackete ha sido criticada también por algunos países europeos, como Alemania y Francia, que acusan a Italia de criminalizar a quienes salvan vidas. El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha dicho que “quien salva vidas no puede ser criminalizado”, algo que fue rápidamente respondido por el ministro del Interior ultraderechista Matteo Salvini, quien le pidió ocuparse de sus asuntos. También el ministro de Desarrollo alemán, Gerd Mueller, ha pedido una rápida reacción de la Unión Europea (UE) al arresto de la capitana.
La capitana, que ha estado desde el pasado sábado en arresto domiciliario, ha partido durante la mañana de este lunes desde Lampedusa hacia la ciudad siciliana de Agrigento, donde será interrogada esta tarde, en un bote patrullero de la Guardia de Finanzas italiana. A su llegada a Agrigento, donde ha saludado sonriente a los periodistas y las personas apostadas cerca, ha sido trasladada en un vehículo hasta la Fiscalía.
El interrogatorio ordenado por la Fiscalía de Agrigento, encabezada por Luigi Patronaggio, está previsto para las 15.30 hora local después una audiencia en la que se solicitará la validación de su arresto. Rackete es investigada por presuntamente haber desobedecido a buques de guerra italianos, por resistencia a estos y por entrar sin autorización en aguas italianas, delitos que conllevan penas de tres a diez años de cárcel.
La capitana, que defiende su acción alegando que tenía que desembarcar a las decenas de migrantes que había rescatado 17 días antes, será asistida por los abogados Leonardo Marino y Alessandro Gamberini. Rackete ha explicado en varias ocasiones que decidió atracar el barco en Lampedusa desesperada porque no se resolvía la situación de bloqueo y tras describir unas condiciones muy difíciles a bordo para los rescatados, que llevaban más de 15 días a bordo, y la tripulación.
Salvini, principal impulsor de la política italiana de mano dura contra la inmigración, ha pedido que se valide el arresto de Rackete, y ya ha anunciado que en caso de que la capitana del Sea Watch sea liberada en espera de un juicio se pedirá la expulsión inmediata del país.
En relación a los migrantes rescatados por el Sea Watch, Francia se ha mostrado disponible a acoger a 13; Alemania a 10, Finlandia a 8 y el resto se repartirán entre Luxemburgo y Portugal.