El Open Arms regresa al Mediterráneo tras más de 100 días de bloqueo para llevar ayuda humanitaria a Grecia

Desalambre / Agencias

Tras más de tres meses bloqueado en el puerto de Barcelona, el barco Open Arms ha zarpado este martes de nuevo al Mediterráneo para llevar material humanitario a las islas griegas de Samos y Lesbos, aunque no ha recibido permiso para rescatar a migrantes en peligro en la ruta que une Libia e Italia. Lo ha hecho ondeando la bandera de Sant Jordi, coincidiendo con la fiesta catalana que se celebra cada 23 de abril.

El buque de la ONG Proactiva Open Arms tenía previsto salir entre el pasado viernes y el sábado hacia las islas, pero el temporal de levante obligó al barco a quedarse en el puerto unos días más. Este martes ha soltado amarras en torno a las 15 de la tarde con 20 toneladas de material humanitario a bordo, entre las que transportan ropa, comida, productos de higiene y material escolar.

El Gobierno central autorizó el pasado día 17 al barco Open Arms a navegar hacia las islas griegas para transportar ayuda humanitaria tras 100 días de bloqueo en el puerto de Barcelona. Aunque esta autorización no les permite operaciones de salvamento, el fundador de la ONG, Oscar Camps, ha asegurado a Europa Press que estas no son un objetivo, sino “una obligación legal y moral y un imperativo ineludible”.

En la misma línea, el jefe de operaciones de Open Arms, Gerard Canals, ha advertido este martes en declaraciones a Efe de que, si se encuentran con una situación de emergencia en el camino, “ayudaremos como lo hacemos siempre, porque nos obliga la ley del mar”.

“Otra cosa -ha matizado- es que nos impidan desviarnos de la trayectoria para hacer lo que era nuestro trabajo habitual, que era monitorizar un sector en concreto del Mediterráneo central: eso ahora no lo podemos hacer y tampoco es nuestra intención”, ha dicho Canals.

La travesía del Open Arms durará entre ocho y diez días hasta el primer puerto, en Samos, después virará hasta Lesbos y acabará su misión atracando en el puerto de Tesalónica, con la idea también de “hacer una pequeña ruta por el Egeo para observar cómo está la situación allá”, ha informado el jefe de operaciones.

La autorización de despacho Capitanía Marítima de Barcelona --que depende del Ministerio de Fomento-- permite solo descargar material, pero no entrar en la región de búsqueda y rescate (zona SAR) del Mediterráneo central, e impide realizar operaciones de salvamento con la excepción de las que sean “de carácter espontáneo u ocasional”, y en coordinación con la autoridad de la zona SAR, según ha informado Europa Press.

El viejo remolcador transformado en barco de rescate se encontraba en Barcelona desde enero después de que Capitanía le denegara el permiso para zarpar hacia aguas internacionales próximas a Libia con el objetivo de rescatar a migrantes en peligro. Según exponía la resolución, desde el cierre de los puertos europeos, como los de Italia o Malta, “el buque se está viendo forzado a navegar durante varios días, cruzando el Mediterráneo, para desembarcar a las personas rescatadas en el mar muy lejos del lugar de rescate”.

Por esta razón, según el escrito, la Capitanía Marítima impedía la salida del Open Arms hacia la zona de rescate “hasta que no se garantice que existe un acuerdo para el desembarco de los auxiliados con las autoridades de las zona SAR concernidas (Italia y Malta)”, lo que supuso de facto el bloqueo del barco humanitario en el puerto de Barcelona o, en su caso, en la zona SAR española.

La organización ha defendido desde entonces que se trataba de una decisión política, algo que el Gobierno ha negado en varias ocasiones aduciendo que se trataba de una “respuesta administrativa”.

El buque de la ONG catalana pone rumbo a las aguas del Egeo, al igual que lo hizo la semana pasada el Aita Mari, el barco de rescate de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, que atracó este lunes en Lesbos, también para distribuir ayuda sanitaria entre las personas migrantes que residen en los campos de la isla.