Los países centroeuropeos situados en la frontera occidental de Ucrania se están preparando desde hace días ante una posible afluencia de millones de refugiados ucranianos por la escalada del conflicto con Rusia, que este lunes ha enviado tropas a las regiones separatistas del este de Ucrania tras reconocer su independencia.
Polonia, en concreto, se está organizando para varios escenarios en caso de una gran invasión rusa, según ha explicado el viceministro del Interior, Maciej WÄ sik. “Tenemos que estar preparados para una oleada de hasta un millón de personas”, ha declarado a la radio polaca.
Polonia ya es país de acogida de unos dos millones de ucranianos, muchos de los cuales llegaron a partir del conflicto de 2014 y han podido beneficiarse de unas condiciones relativamente flexibles para obtener permisos de trabajo. El Gobierno ha avanzado que, llegado el caso, contempla alojar a los refugiados ucranianos en albergues, dormitorios e instalaciones deportivas.
El pasado 12 de febrero, Krzysztof KosiÅski, alcalde de Ciechanów, una ciudad del norte de Polonia, afirmó en Twitter que las autoridades le habían pedido que indicara “la lista de instalaciones de alojamiento para los refugiados, la cifra de personas que sería posible alojar, los costes correspondientes y el tiempo de adaptación de los edificios con una recomendación de hasta 48 horas”. Es difícil calcular cuántos ucranianos huirían del país en caso de conflicto.
Reuniones de urgencia
Este martes, la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, ha viajado a Varsovia para reunirse con el ministro del Interior polaco, Mariusz Kaminski, con el objetivo de abordar los planes de Polonia ante el posible aumento de las llegadas de refugiados ucranianos. La UE ve probable el impulso de nuevas rutas de desplazados desde Ucrania en caso de una gran invasión rusa.
“Estoy segura del nivel de preparación de Polonia en relación a la situación de Ucrania”, ha afirmado Johansson tras el encuentro mantenido con Kaminski. La comisaria también ha mantenido encuentros con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional de las Migraciones en el país.
Muchos habitantes de la zona de conflicto en el este de Ucrania ya se han marchado a otras partes del país o a Rusia, mientras que otros han abandonado el país en busca de un trabajo mejor remunerado. “Como ahora tenemos la posibilidad de viajar a Europa sin visado, aquellos que querían marcharse ya lo han hecho”, ha precisado el ministro de Economía ucraniano, Serhiy Marchenko, en una entrevista en Kiev. “Si la situación en Rusia se recrudece y los ciudadanos deciden ir a Europa en busca de un lugar más seguro, es probable que la cifra sea menor”, ha señalado.
Sin embargo, hay muchas hipótesis sobre cómo puede materializarse un posible recrudecimiento del conflicto. Si se cumple el peor escenario de una invasión de Ucrania más allá del Donbás y un avance hacia Kiev por parte de los rusos, parece poco probable que la situación no conlleve grandes cifras de víctimas y de desplazados.
“Estamos siguiendo la situación muy de cerca, pero sigue siendo impredecible”, ha indicado Natalia Prokopchuk, portavoz de ACNUR en Europa. En este sentido, ha subrayado que en estos momentos “la ONU y sus socios humanitarios en Ucrania esperan que las tensiones actuales entre las partes no se intensifiquen y puedan abordarse por la vía diplomática y política”.
Rumanía y Eslovaquia
Otros países del este de Europa se están preparando para una posible afluencia de refugiados si sigue escalando el conflicto. En una entrevista para la televisión, el ministro del Interior rumano, Lucian Bode, ha dicho que su Gobierno está considerando la posibilidad de la llegada de “cientos de miles de refugiados en una afluencia incontrolada”. “Estamos analizando cuántos campamentos de refugiados podemos instalar en un tiempo relativamente corto: 10, 12, 24 horas. Estamos estudiando las capacidades de alojamiento existentes en los condados fronterizos, pero también estamos evaluando la segunda etapa, con los distritos vecinos, y la tercera etapa en todo el país”, ha añadido.
Por su parte, el ministro del Interior de Eslovaquia, Roman Mikulec, ha avanzado que su Gobierno también está dispuesto a colaborar. Las organizaciones de derechos humanos han celebrado la disposición de los países a ayudar, pero algunas no han podido evitar comparar esta situación con el trato que reciben otros refugiados, en una zona de Europa en la que los políticos se aprovechan a menudo del sentimiento de hostilidad con los refugiados de parte de la población.
El doble rasero de Polonia
Después de que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, organizara el año pasado el traslado de refugiados con la promesa de un paso seguro a Europa, miles de personas fueron detenidas por los guardias fronterizos polacos en los bosques cercanos a la frontera y devueltas de forma ilegal y violenta a Bielorrusia. A finales de enero, Varsovia anunció que había comenzado a construir un muro a lo largo de su frontera con Bielorrusia y que costará 353 millones de euros, con el fin de impedir la entrada de solicitantes de asilo sirios e iraquíes.
Un portavoz de la Fundación Ocalenie, que proporciona apoyo a los refugiados que viven en Polonia, ha elogiado el compromiso del Gobierno de Polonia, pero ha indicado que muestra un doble rasero. “Nos preguntamos por qué no hicieron ningún movimiento así durante la crisis en la frontera. Esto muestra una tendencia general de que en Polonia se favorece a algunos solicitantes de asilo en detrimento de otros”, ha dicho el portavoz.
WÄ sik ha descrito a los ucranianos como “verdaderos refugiados” que necesitan ayuda. En este sentido, ha afirmado que su Gobierno “está abierto a ayudarlos, de acuerdo con las convenciones de Ginebra”.
En un comunicado, Grupa Granica, una red polaca de ONG que supervisa la situación en la frontera con Bielorrusia, ha indicado que “durante casi medio año, el mismo Gobierno ha hecho retroceder violentamente a personas de muchos otros países que intentan cruzar la frontera bielorrusa. Es racista diferenciar a las personas y su acceso a los procedimientos básicos de migración en función de su país de origen. ¿Por qué no se da el mismo trato a refugiados de otras procedencias?”.
Alemania y Austria también prevén “fuertes” flujos de refugiados de Ucrania hacia los países vecinos, y dicen que se preparan para prestarles asistencia y ayuda humanitaria, según informa la agencia EFE. “Nos preparamos para, en primer lugar, apoyar a los países vecinos (de Ucrania), donde se prevén flujos muy fuertes, y también para acoger a los que lleguen hasta nuestros países”, ha afirmado la ministra alemana de Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser. “En un escenario de una posible guerra en Europa, se trata sobre todo de prestar ayuda humanitaria”, ha insistido.